La actividad fue convocada desde la Jefatura Distrital de Inspección y la dirección de la Secundaria 3 “Marie Curie” – Participaron la directora de Educación, Victoria Stodart, la jefa de Inspección, María Daniela Acuña, y la titular del Consejo Escolar, Marianela Barzaghi, entre otras autoridades educativas y municipales
Ayer, en la sede de la Escuela de Educación Secundaria 3 “Marie Curie”, tuvo lugar el acto escolar en conmemoración del Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, convocado desde la Jefatura de Inspección del distrito.
Se contó con la presencia de la Jefa Distrital de Inspección, María Daniela Acuña, del inspector de Secundaria, Daniel Ottavianelli, de la presidenta del Consejo Escolar, Marianela Barzaghi, y del consejero escolar Javier Membriani, de Diego Ferreyra, por la Federación de Educadores Bonaerenses, de la directora de Educación de la comuna, Victoria Stodart, y de la secretaria de Asuntos Docentes, Lorena Savi. Además, participaron delegaciones de la Secundaria 6, de la Técnica Nro. 1, del Jardín de Infantes 905, de las primarias 1 y 15, del Instituto San José y del establecimiento anfitrión.
Hubo mensajes a cargo de la Licenciada Acuña y del profesor Ottavianelli, y palabras alusivas a cargo de la Orientadora Social Andrea Russo Pascucci, tras lo cual el profesor Gustavo García explicó las actividades a desarrollar con los alumnos en el marco de la conmemoración, consistente en la elaboración de trabajos sobre los ejes de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
El Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, es un día feriado inamovible de Argentina que se conmemora cada 24 de marzo. La fecha remite al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y busca generar memoria y conciencia colectiva para que los golpes de Estado y las violaciones de derechos humanos no se repitan «nunca más» y sus autores sean enjuiciados y castigados.
El Proceso de Reorganización Nacional fue una dictadura cívico-militar que impuso un régimen de terrorismo de Estado que causó que decenas de miles de personas fueran asesinadas, desaparecidas, violadas, torturadas, secuestradas siendo bebés, o debieran nacer en cautiverio, padecer la sustracción de su identidad y sufrir el exilio. Las organizaciones de derechos humanos, los sindicatos, el movimiento estudiantil, los movimientos sociales y muchos partidos políticos hacen referencia a los 30.000 desaparecidos, que fueron víctimas de la última dictadura y cuya presencia en la sociedad actual se invoca en cada conmemoración al grito “30.000 detenidos-desaparecidos ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!”.
La conmemoración comenzó a realizarse de manera no oficial, por iniciativa popular, inmediatamente después de que se recuperara la democracia el 10 de diciembre de 1983, a raíz de la realización de marchas y actos organizadas por las organizaciones de derechos humanos y los partidos políticos. En 1998, el presidente Carlos Menem dictó un decreto disponiendo que cada año, los establecimientos educativos dedicaran ese día al análisis crítico del golpe. En 2002, durante la presidencia del peronista Eduardo Duhalde, una ley estableció la conmemoración oficial bajo la denominación de «Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia». En 2006, durante el mandato del también peronista Néstor Kirchner, otra ley estableció la condición de feriado de la fecha.
En 2017 el presidente Mauricio Macri, de la coalición Cambiemos, dictó un decreto de necesidad y urgencia, estableciendo la movilidad del feriado, pero fue dejado sin efecto poco después debido al rechazo del peronismo y las organizaciones de derechos humanos.
El 10 de diciembre de 1983, un gobierno democrático encabezado por el presidente radical Raúl Alfonsín, ponía fin a la sangrienta dictadura que se había iniciado siete años atrás, el 24 de marzo de 1976. Desde que Argentina estableciera el voto secreto y obligatorio en 1912, ningún gobierno democrático había podido finalizar su ciclo entregando el poder a un gobierno de otro signo elegido democráticamente. Durante casi todo el siglo XX, tres ciclos de gobiernos radicales y dos de gobiernos peronistas fueron sistemáticamente derrocados por golpes de Estado que impusieron dictaduras cívico-militares. En los 53 años que transcurrieron entre el primer golpe y la elección de Alfonsín en 1983, sólo durante doce años hubo gobiernos constitucionales elegidos en elecciones libres, mientras que los 41 años restantes hubo dictaduras y gobiernos fraudulentos o producto de elecciones con proscripciones, impuestos por las fuerzas militares. La violencia ejercida contra la población por cada una de las dictaduras fue creciendo, hasta el punto de que la dictadura que finalizaba en 1983, había recurrido al uso sistemático del terrorismo de Estado, causando decenas de miles de crímenes de lesa humanidad aberrantes, incluyendo masivas ejecuciones ilegales, desapariciones forzadas, violaciones, torturas y secuestros de niños para privarlos de su identidad biológica y familiar.