Según reveló el diario británico The Telegraph, Rusia habría encontrado en aguas británicas de la Antártida las mayores reservas de petróleo de la historia, a pesar de que la explotación de hidrocarburos en la región está estrictamente prohibida, con excepción de actividades científicas autorizadas específicamente.
La información publicada hace tres días da cuenta que los buques de investigación rusos reportaron a Moscú el hallazgo de reservas por un total de 511.000 millones de barriles de petróleo, equivalente a 10 veces la producción total del Mar del Norte en 50 años o 30 Vaca Muerta juntas, teniendo en cuenta que la formación neuquina ostenta reservas por unos 16.000 millones de barriles. Esta información fue presentada con pruebas contundentes la semana pasada ante el Comité de Auditoría Ambiental, de la Cámara de los Comunes (EAC), del Reino Unido.
Quién encontró petróleo en la Antártida
El hallazgo se produjo tras una serie de estudios realizados por el buque Alexander Karpinsky, operado por Rosgeo, una agencia rusa encargada de encontrar reservas minerales para explotación comercial alrededor del globo.
Constituida en 2011, Rosgeo aglutina a 63 empresas del sector que han descubierto más de 1.000 yacimientos importantes de gas, oro y otros recursos, decenas de ellos, en países de Asia, Europa, África y América Latina.
¿En qué parte de la Antártida encontraron el petróleo?
Se encontró en el Territorio Antártico Británico (BAT, por su siglas en inglés), el más grande y más meridional de los 14 territorios de ultramar del Reino Unido, y el menos hospitalario, ya que el 99% está cubierto de hielo. Sin embargo, en el pasado prehistórico experimentó climas más cálidos, con una vegetación que potencialmente permitió la formación de depósitos de combustibles fósiles.
El BAT se extiende al noroeste desde el Polo Sur, abrazando la Península Antártica y el Mar de Weddell, históricamente conocido por ser el lugar donde se hundió el barco Endurance de Ernest Shackleton y que ahora alberga potencialmente vastas reservas de petróleo y gas.
La mayor parte del Territorio Antártico Británico está sujeta a reclamaciones competitivas de Argentina y Chile, que seguramente se intensificarán si las pruebas sísmicas de Rusia se demuestran mediante perforaciones posteriores, situación que por ahora está en duda. Además, todavía está pendiente el reclamo de soberanía por las Islas Malvinas que lleva adelante el país en la ONU.
En este marco, la prensa británica recordó que el Ministerio de Asuntos Exteriores cofinancia el Servicio Antártico Británico, que cuenta con cinco estaciones logísticas y de investigación y 250 empleados, con el apoyo de la Royal Navy y el barco de investigación RSS David Attenborough, todos considerados de importancia no sólo para la ciencia según los ingleses, sino también para el mantenimiento de los reclamos del Reino Unido sobre la región y, en particular, sobre el archipiélago argentino.
La polémica que despertó el hallazgo de Rusia
Una de las polémicas que se abren tras el hallazgo es si Rusia y sus aliados son capaces de sostener los compromisos internacionales que protegen a la Antártida.
El Ministro para las Américas del Reino Unido, David Rutley, dijo la semana pasada a la CAO que su departamento había decidido confiar en las garantías rusas de que sólo estaba realizando investigaciones científicas, y agregó: «Rusia ha reafirmado recientemente su compromiso con los elementos clave del tratado».
Pero la CAO decidió cuestionar la gestión del Ministerio de Asuntos Exteriores de los intereses antárticos del Reino Unido tras conocer informes del Daily Maverick, una revista online sudafricana, que descubrió las actividades de Moscú después de que su barco de investigación atracara en Ciudad del Cabo.
Por este motivo, los expertos encendieron las alertas y advierten que confiar en que Rusia cumpla con sus obligaciones es ingenuo, como lo demuestra su invasión de Ucrania.
Klaus Dodds, profesor de geopolítica en el Royal Holloway College y experto en la Antártida, dijo al diario británico que las actividades de Rusia estaban mucho más cerca de la prospección de petróleo y gas que de la ciencia genuina. “El Tratado Antártico enfrenta nuevos desafíos, sobre todo por parte de Rusia, un actor de mala fe, y de una China cada vez más asertiva», afirmó.
«Rosgeo ha estado participando en estudios sísmicos y otros trabajos topográficos relacionados (…) Las actividades de Rusia deben entenderse como una decisión para socavar las normas asociadas con la investigación de estudios sísmicos y, en última instancia, un precursor de la futura extracción de recursos», completó Dodds.