Este año se registraron heladas antes de lo previsto de acuerdo a los registros históricos.
Si bien en otoño suele ser normal la entrada de masas de aire frío, este año a diferencia del año pasado el descenso de las temperaturas fue marcado y poco común para mayo. En esta misma línea, los pronósticos climáticos anticipan que el final del otoño e inicios del invierno podría ser más frío que los que suele ocurrir, en especial, en el este de Buenos Aires y Entre Ríos.
Según explica el meteorólogo y comunicador del sitio especializado Meteored, Christian Garavaglia, el final de mayo tendrá recurrentes ingresos de aire frío, provocando heladas y notables bajas en las temperaturas en la provincia de Buenos Aires. Una de esas secuencias fue la de este fin de semana, y ocurrirá lo mismo el próximo, el de la celebración del 25 de Mayo.
De acuerdo a registros históricos, la fecha de ocurrencia de las primeras heladas meteorológicas en el sur de región Pampeana y sur de Cuyo, suele darse en promedio entre el 1 y el 15 de mayo. Mientras que en la segunda parte del mes suelen observase en promedio las heladas en el resto de dichas regiones.
Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA, explicó: “Según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el INTA, el mes de abril finalizó con 1 a 3 días con temperaturas por debajo de los 3°C, comenzando a mostrar los primeros indicios de ocurrencia de heladas agrometeorológicas”.
Gattinoni aseveró que “el pronóstico climático trimestral elaborado desde el SMN indica que, para el área central del país, Patagonia y norte argentino, existen mayores chances de transitar un trimestre en condiciones térmicas normales para la época, excluyendo el este de Buenos Aires y Entre Ríos donde prevalecerían las condiciones medias más frías”. Además, destacó que “los pronósticos de temperaturas mínimas extremas están indicando una mayor frecuencia de temperaturas bajas, especialmente sobre el centro y sur del país”.
En agronomía, el concepto de helada agrometeorológica corresponde al descenso de la temperatura del aire por debajo de los 3°C registrados a 1.5 metros en abrigo meteorológico. Este umbral está asociado a valores de temperatura cercanos o inferiores a los 0°C a nivel del suelo, que darán las condiciones para la ocurrencia de helada.
Frente a este escenario, especialistas del INTA analizan los pronósticos y anticipan el impacto que podría tener en las plagas y enfermedades.
Ante la perspectiva de un invierno normal y la ocurrencia de heladas con distribución territorial temprana y acorde a la climatología esperada para esta estación del año, “es una condición promisoria que podría limitar la expansión de malezas y diferentes plagas, que han logrado prevalecer los últimos años, como podría ser el caso de la chicharrita Dalbulus maidis (vector de los fitopatógenos causantes del achaparramiento del maíz), tema que se encuentra actualmente en estudio y sobre el cual el INTA apunta a generar mayores precisiones próximamente”, afirmó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA. (DIB) ACR