El Indec publicará este miércoles los datos del comercio exterior de enero, que mostrará los primeros impactos de la sequía. Las proyecciones apuntan a mayores dificultades en el ingreso neto de dólares, que obligarán a más ajuste de las importaciones. Eso, en el marco de una actividad económica en declive y en pleno año electoral
Por Mariano Cuparo Ortiz
Este miércoles el Indec mostrará el primer dato del año para el comercio exterior. Ahí se verá el efecto de la sequía sobre el frente externo, para el cual las proyecciones no son muy halagüeñas, lo que se viene mostrando en las ventas de divisas por parte del BCRA, que en lo que va de febrero no logró romper la racha negativa, totalizando un drenaje de más de USD1.000 M, para las reservas netas, en lo que va del 2023. Se irá sumando, además, el impacto de la financiación de importaciones, que hizo crecer la deuda comercial y, se espera, obligará a seguir ajustando por el lado de las importaciones, en el marco de una actividad económica preelectoral que viene golpeada.
De hecho, una de las claves del parate productivo en la última parte del 2022 fue el de las restricciones importadoras. A partir de la aplicación del Sira, el filtro a las compras externas generó caídas de las importaciones de 6,9% mensual desestacionalizado en octubre, de 1% en noviembre y de 2% en diciembre. No de casualidad, la producción fabril cayó 1,2% en octubre, recuperó sólo parcialmente 0,4% en noviembre y perdió 1,2% en diciembre. Y la actividad económica en general cayó 0,5% en octubre y 0,7% en noviembre. Esta semana el Indec completará el número de diciembre.
Esta caída en las importaciones puede mostrar continuidad en el futuro cercano. Y es que para las estimaciones principales del agro, la sequía recortará en torno a USD12.000 millones de ingreso de divisas. Para LCG, de hecho, ya en el informe que publicará el miércoles el Indec, acerca de la balanza comercial de enero, se comenzará a ver un rojo que encenderá las alarmas.
La consultora detalló al respecto: «Esperamos que las exportaciones presenten menores ventas al exterior de cereales, principalmente trigo, por lo que se ubicarían en torno a los USD5.000 M. Las compras seguirían afectadas por la baja disponibilidad de divisas y regulaciones burocráticas, por lo que esperamos que se ubiquen en torno a los USD5.200 M».
Al problema de la sequía se le sumará el de la deuda comercial creciente que, si hasta ahora estuvo dando una mano, podrá darse vuelta. Al fenómeno lo detalló la consultora Sarandí: «En números, la deuda comercial aumentó un 40,5%, es decir USD15.000 millones entre el tercer trimestre de 2021 y el mismo período de 2022. Se explica por una suba excepcional de la deuda por prefinanciamiento de exportaciones y un aumento sensible en el mencionado financiamiento de importaciones. Sin mucho margen para pedalear nuevamente los pagos, es factible que se equilibre limitando más la autorización de las compras en efectivo a través del sistema Sira».
Y agregó: “En números, la deuda comercial aumentó un 40,5%, es decir USD15.000 millones entre el tercer trimestre de 2021 y el mismo período de 2022. Se explica por una suba excepcional de la deuda por prefinanciamiento de exportaciones y un aumento sensible en el mencionado financiamiento de importaciones. Sin mucho margen para pedalear nuevamente los pagos, es factible que se equilibre limitando más la autorización de las compras en efectivo a través del sistema Sira”.