Los fondos de inversión salen de bonos en pesos. El Banco Central sigue perdiendo reservas. Además, La Niña castiga con una sequía tremenda.
Luis Varela – El Economista
Con una devaluación escalonada, que plantea en Argentina un verdadero récord de diferentes tipos de dólar (que tienen precios que van desde $142 hasta $321), la sucesión de cepos que fue aplicando el gobierno terminó encerrando en un verdadero corral a los inversores institucionales (bancos, compañías de seguros, etcétera) que tienen una lluvia casi infinita de pesos y que no encuentran ventanas no ultra vigiladas para escaparse de la moneda local.
Sin embargo, en un movimiento más notorio en los fondos comunes de inversión (que dependen de los movimientos de pequeños inversores privados individuales) se inició hace unos días una persistente salida de los bonos en pesos más largos, que acaban de acusar caídas cercanas al 7%, que fueron seguidas de manera casi inmediata por una multiplicación por 20 en el volumen operado diariamente en el mercado del dólar blue, por lo que el billete en ese segmento acaba de subir de $277 a $291.
No es la primera vez que esto sucede. Entre mayo y junio los bonos más largos en pesos sufrieron un desplome del 27% en sus cotizaciones, eso obligó al Banco Central a salir a rescatarlos, emitiendo pesos sin parar, que terminaron provocando una verdadera corrida cambiaria, con el blue saltando de $200 a $338 pesos entre la apertura de mayo y mediados de julio luego de la renuncia de Martín Guzmán.
Una licitación acotada
Conocida la renuente decisión de los fondos de quedarse en pesos, el Ministerio de Economía (ahora comandado por el viceministro Gabriel Rubinstein) decidió realizar el miércoles y el jueves pasado una licitación de Lelites, Ledes y Lecer muy prudente, con vencimientos muy cortos y con tasas más altas (en términos efectivos superiores al 110% anual, tal como se negocian en el mercado secundario). Entre los dos días la secretaría de Finanzas consiguió 1.025 ofertas y captó $185.811 millones (equivalentes a unos US$ 620 millones). Del dinero total captado, el 8% fue con pago de tasa de interés y vence dentro de dos semanas, el 9 de noviembre, el 42% también fue a tasa y vence el 28 de febrero próximo y el 50% fue ajustable por CER y vence el 19 de mayo. O sea, como puede verse, todos vencimientos muy cortos, la mitad más corta a tasa y la mitad un poco más larga ajustable por inflación.
Este jueves 27 de octubre con revancha el viernes 28 Economía enfrentará una nueva licitación. Y hay bastante inquietud: “En general -detalló un operador- siempre se adelantaban los titulos que se iban a ofrecer con por lo menos 48 horas de anticipación y en el llamado del miércoles pasado conocimos las ofertas recién a media hora del martes, con menos tiempo para analizar cuál sería la decisión, lo cual denota dos cosas: dudas en el equipo económico oferente y más apuro para los fondos que están de salida».
Por supuesto, si en la licitación pasada el tipo de títulos ofrecidos se dio a conocer 24 horas antes, en este momento se desconoce por completo qué se ofrecerá el jueves, dependerá en buena medida de lo que siga pasando con los bonos en pesos, con un Banco Central que ya está interviniendo para que los precios no se caigan. Pero el dato más destacado, que es lo que envía una radiografía del mercado, es que la semana pasada los mercados del mundo estuvieron sumergidos en una volatilidad absoluta y el mercado argentino fue el más intervenido y uno de los que peores resultados tuvo.
Los mercados afuera
De mayor a menor, lo más destacable fue que las tasas largas de EE.UU. se mantuvieron altas pero tocaron apenas el freno. Eso hizo que el súper dólar dejara de subir en bloque contra todas las monedas. Luego de difundirse que los niveles de empleo norteamericano siguen sólidos, se dio a conocer un fuerte derrumbe en los pedidos de permisos para construir casas nuevas, lo cual demuestra que ya hay sectores que empiezan a sufrir un freno. Eso hizo especular a los operadores con que posiblemente la Fed no suba las tasas cortas en 75 puntos básicos tanto en sus reuniones del 2 de noviembre como en la del 14 de diciembre, sino que lo haga en ese porcentaje la próxima semana (antes de la elecciones de medio término) y «sólo» en medio punto en diciembre.
Leído de otra manera, con sectores que avisan que «la recesión ya está aquí», muchos inversores altamente especulativos suponen que el fin de la suba de tasas de la Fed está más cerca de lo que se cree, de ahí que el dólar no siguió siendo un imán infalible. Pero lo que a muchos se les escapa es que la Fed les proveyó al Banco de Inglaterra y al Banco de Japón dos Repos (una operación de recompra en la que una entidad financiera vende a un inversor un activo con el compromiso de comprarlo en una fecha determinada a un precio determinado, en algo que se conoce en inglés como ‘Repurchase Agreement’ o ‘Sale and Repurchase Agreement’).
Así, en el balance de la semana pasada el dólar subió 2,3% en Chile y 0,7% contra el yuan (con un momento inquietante este fin de semana cuando el que quiere ser emperador Xi Jiping hizo sacar por la fuerza a su antecesor, Hu Jintao por no querer darle esa autorización de por vida). Pero luego el dólar bajó contra el resto de las monedas: achicó 0,7% contra el franco suizo y el yen, 0,8% en México, 1,1% contra la libra, 1,4% contra el euro y, notablemente, se derrumbó 3,1% en Brasil, con candentes encuestas que ahora dicen que el balotaje entre Lula y Bolsonaro está cabeza a cabeza.
El dólar en Argentina
Ahora bien, si nos referimos específicamente al mercado cambiario argentino, el volumen operado en los dólares financieros libres estuvo más acotado con intervenciones oficiales y por eso en el balance semanal el dólar mep bajo 2,8% y el contado con liquidación cayó 3%. Pero el mercado blue multiplicó por 20 su volumen de unos US$ 4 a casi US$ 100 millones diarios, y el blue terminó arriba del agua, 0,3% arriba, testeando el valor techo, alcanzando nuevamente el valor de $291, luego de deshacerse de $338 hasta los $291 pesos con todo el Frente Renovador saltando y cantando mientras Massa los aplacaba con la mano en su jura.
El dato si se quiere positivo de los últimos días mostró que la inflación mensual reconocida por el Indec bajó de 7,4% en julio a 7% en agosto y 6,2% en septiembre. Eso le permitió al BCRA frenar la suba de tasas que tenía preparada (la iba a aumentar de 75 a 80% anual) y, a pesar de la corriente vendedora de bonos en pesos, los bonos en dólares se sostuvieron el los títulos públicos argentinos se sostuvieron, lo cual determinó el menor riesgo país en tres semanas y media (2.682 puntos básicos), a pesar de que el BCRA sigue perdiendo reservas. Entraron préstamos del BID y el Banco Mundial tras los DEG del FMI, pero diariamente los inversores siguen de salida: en las últimas dos semanas (a pesar de todos los préstamos) Reconquista 266 lleva perdidas reservas por US$ 384 millones (aunque buena parte de este achique depende del desplome del yuan, que pasó de una paridad de 6,30 a 7,24 yuanes por dólar.
Pero el resultado que más patentiza la foto de la histeria volátil actual fue el movimiento de las bolsas. En el balance de la semana pasada la Bolsa de San Pablo saltó 7%, el Nasdaq de Nueva York resucitó con una suba del 5,2%, el Dow Jones avanzó 4,9%, México mejoró 3,7% (a pesar de que Moody’s advierte una inminente devaluación mexicana), Santiago de Chile trepó 3,5%, Frankfurt mejoró 2,4% y Madrid aumentó 2,2%. ¿Dónde quedó la Bolsa de Buenos Aires? A la cola de toda esta reacción: en la semana el índice S&P Merval subió 1,2% en pesos y 0,9% en pesos. Hubo un solo mercado peor: la Bolsa de Tokio bajó 0,7%, con el Japón en recesión desde hace un año, a pesar de tener tasas cercanas a 0%.
La huida del peso y la mala actuación de los títulos argentinos tiene una explicación inquietante. El ingeniero agrónomo especializado en manejo de cultivos de Inta Pergamino, Andrés Llovet, difundió un informe en el que se describió que para el cuatrimestre junio-septiembre de 2022 el predio experimental de esa entidad en esa localidad (740 hectáreas que son controladas desde 1910) marcó el menor nivel de lluvias en más de cien años. Un año normal recibe unos 980 milímetros (con máximos y mínimos ubicados entre 600 y 1600 milímetros). El promedio del último cuatrimestre el termómetro de Pergamino recibió 11 milímetros, en una seca total, complicada además por heladas tardías. Dicho de otro modo, lo que tenía que rendir entre 4 o 5 toneladas de grano por hectárea, antes de la helada estaba ya entre 2 y 3 toneladas y ahora con las heladas eso baja a entre 1 y 2 toneladas. Las Bolsas de Cereales habían arrancado la expectativa de cosecha de trigo en la zona de las 22 millones de toneladas, luego la bajaron a 16, ahora están esperando 15, con Llovet advirtiendo que «todavía queda daño que se está evaluando». Lo grave del caso es que de las 15 millones de toneladas que puede haber de trigo 9 millones fueron vendidas para tener algunas reservas en el BCRA. ¿Habrá trigo suficiente para el mercado interno?
El impacto en los granos
Por eso es que el gran tema es que esta seca argentina llevó a los precios de los granos de Rosario a las nubes. El girasol sube 19,1% en dólares, la soja rosarina trepa 17,5%, el trigo 13,3%, el sorgo 4,8%, todos por encima de la suba del 2,2% de la soja Chicago, aunque el maíz santafesino se despega del aumento con un avance de sólo 1,3%. El resto de las commodities parece decirles a los inversores especulativos tan optimistas de la última semana que la inflación mundial sigue viva. En lo que va de octubre el petróleo sube 5,4%, el níquel avanza 4%, el aluminio 3,2%, el cobre 1,9% y la onza de plata mejora 1,9%. Sólo hay dos particulares cotizaciones clásicas refugio con el dólar que están en negativo: el oro baja 0,2% y el Bitcoin pierde 0,9%, con el precio de las criptomonedas inmóvil desde hace cuatro meses. ¿Llevará la Fed las tasas largas norteamericanas a más del 5%, aniquilando cualquier cosa que se cruce, o el ajuste del cinturón estará empezando a aflojarse?