Mientras el gobierno de Javier Milei se jacta de estar reduciendo el déficit fiscal, a costa de la destrucción de los salarios de trabajadores y jubilados, la conflictividad sindical comienza levantar temperatura. Esta semana hay por lo menos tres focos de conflictos. Por caso, hoy miércoles el sindicato de La Fraternidad, los conductores de locomotoras que lidera Omar Maturano, realizarán un paro de 24 horas. En tanto, el jueves, será el turno del sindicato de la Sanidad, que conduce Héctor Daer, que también realizará una media de fuerza frente a la «intransigencia de las cámaras empresariales» a avanzar en la discusión paritaria. Pero no son los únicos conflictos. El panorama tiende a complicarse aún más. Los docentes están en esa lista y no se descarta para la próxima semana una huelga de maestros en todas sus ramas (ver nota aparte). En ese sentido, el triunviro de la CGT, Pablo Moyano, afirmó que de incrementarse los conflictos el llamado a un nuevo paro nacional se convertirá en una realidad. «Lamentablemente esto va a terminar mal», presagió.
El reclamo generalizado pasa por la necesidad de actualizar las escalas salariales ante la inflación galopante. Es lo que afirma Maturano de La Fraternidad. «Ratificamos nuestras medidas, tras una reunión en la que no recibimos ofertas, ni fueron recibidos nuestros reclamos. No reclamamos ningún aumento salarial, solo una recomposición de lo que pedimos por el aumento inflacionario, se trata de una actualización», afirmó el dirigente ferroviario.
La actual Secretaría de Trabajo dejó trascender que hasta el momento se acordó un aumento del 16 por ciento a los salarios brutos y que las negociaciones siguen abiertas. Maturano no comparte este criterio y durante la noche ratificó la medida de fuerza que, como única excepción, no incluirá a los servicios de trenes de larga distancia.