El reconocido profesional rojense nos aporte su mirada sobre los comportamientos de las parejas cuando no están compartiendo un mismo espacio, cuestión que muchas veces hasta puede favorecer el vínculo. Las exigencias, el control y la obsesión.
En nuestra anterior cita radial con el reconocido Psicólogo Javier Lazzati abordamos las diferentes problemáticas por las cuales pasamos seres humanos durante el aislamiento por la pandemia, temática que disparó otra situación que también muy recurrente en aquellos tiempos: el amor a distancia.
Como fue mantener “activa“ una relación de pareja con alguien al cual no podíamos ver todos los días, por estar en casas, ciudades, provincias y hasta países diferentes.
El Psicólogo nos da su mirada sobre la manera que tuvieron las parejas se transitar ese amor a distancia, en algunos casos saliendo fortalecidos, en otros quedando como un recuerdo. También hablamos sobre el control por saber donde está y la peligrosidad de que eso se vuelva una obsesión, aún ya sin el aislamiento obligatorio como barrera.
“Transitar el amor con alguien que no tengo cerca fue y sigue siendo un tema sumamente complejo, y más allá de que estamos en un mundo que nos lleva a estar híper conectados la complejidad sigue existiendo, porque las distancias nos llevan a vincularnos de otra manera, de hecho empiezan variables, como por ejemplo la idealización“, cuenta el Psicólogo.
“Al no estar todo el día con la pareja, en este caso, uno tiende a idealizar a la pareja, a romantizarla, porque al no estar los choques diarios se piensa que es todo maravilloso, cosa que cambia cuando el trato es permanente, es ahí cuando empiezan los problemas“, explicó.
“Por otro lado tenemos el tema de la confianza y la incertidumbre, que es algo que suele intensificarse, pensar por ejemplo qué estará haciendo el otro, con quien, uno está más en contacto con las redes, chequea, y tiene que desarrollar una mayor vinculación hacia la confianza, porque es un término muy delicado, ya que como no sé que está haciendo el otro, con quien, de que manera, la confianza empieza a entrar en un papel fundamental“, dijo.
Sostuvo además que “el tercer aspecto clave es el contacto físico, lo corporal, la vinculación afectiva desde ese lado, el cariño, el amor, el sexo, todo eso deja de estar y empieza a tomar otra forma“.
Consideró que “uno tiene que estar muy atento a esas tres variables y encontrar nuevas formas de compensarlas y vincularse. Lo que uno hace generalmente para compensar esas variables es empezar a tener otro típo de vínculo en el cual la comunicación se incrementa, aunque considero desde mi rol de psicólogo que no es cuestión de incrementarla más en términos de preguntar todo el tiempo que hace, de llamar varias veces al día, sino lo que tiene que incrementar es la calidad de la comunicación“.
Comunicaciones más profundas
“Deben ser comunicaciones más profundas, más intensas, más significativas, más de ver como estuvo la persona en el día a día, pero en vez que lo cuente como seguramente se haría en una relación presencial ir por el lado de como se siente, que le anduvo pasando, que viene pensando“, continuó.
Explicó el profesional que “el vínculo de lo que es presencial a lo virtual o a la distancia va mutando, es muy común de ver en parejas que están en distintos países que al principio lo toman como algo positivo porque no van a discutir tanto, pero empiezan a aparecer justamente los conceptos del principio, sobre todo lo que es la confianza, y de a poco comienzan las preguntas por saber con quien está en una foto, incluso se comparten la ubicación“.
“Esto de compartir la ubicación claramente tiene un doble filo, porque puede que estén un poco más juntos porque ven lo que hace el otro, pero hay que tener mucho cuidado porque eso puede convertirse en algo obsesivo, que es cuando surgen las dudas sobre donde está la otra la persona, entonces se transforma en una herramienta de control“, apuntó.
Consideró que “esa herramienta de control es para disminuir mi inseguridad, mi incertidumbre, aparece el qué estás haciendo, con quién, y ese es un doble filo que hay que aprender a llevarlo“.
Del control a la obsesión
“Tampoco es lo más recomendable el hecho de compartir la ubicación para las parejas que viven en una misma ciudad o incluso que conviven, de hecho cuando pregunto cual es el objetivo de eso me contestan que es por seguridad, para saber que no pasa nada, para estar tranquilo. Así comienza y es real que algunas personas lo mantienen así, pero cuando pasa a ser una herramienta de control, cuando pasan a revisarlo todo el tiempo, donde los objetivos van mutando, hasta llegar a la desconfianza“, señaló.
En este marco dijo: “Cuando justamente surge la desconfianza también empiezan los pedidos y el paso siguiente es la obsesión, y eso mismo pasa con las redes, que es hermoso el contacto seguramente, pero cuando se convierte en algo de control de asegurar mi confianza para con mi pareja, porque no nos olvidemos que es un tema de autoestima con uno, ya empiezan los problemas de lleno“.
“Claramente antes no se veía ese tipo de control, el de la ubicación, porque no existía prácticamente, quizás si lo que pasaba era que la persona seguía a la pareja con el auto, y esto es lo mismo, pero más peligroso, porque representa una menor dificultad ya que desde mi casa lo hago con el teléfono o con el reloj inteligente“, comentó.
Agregó que “pasa también que muchas veces hay personas que vienen con eso desde relaciones anteriores, es así que comienzan el vínculo con la mejor cara, pero al tiempo ya arrancan con esto de la seguridad, primero con cosas mínimas, hasta que va mutando y llega al control obsesivo que termina lastimando muchísimo“.
Javier Lazzati apuntó que “en algunas personas pasa que no tienen nada de eso, pero se empieza a generar algo en la relación, ya sea porque el otro miembro de la pareja tiene algunas actitudes o conductas que no dan seguridad, que generan sospechas o que se mandó algunas, y uno para generar esa confianza piensa que tiene que controlar, y genera todo lo contrario, o de la nada uno empieza a maquinar tal vez porque ve cosas, porque tiene una base de ansiedad, y de pronto lo ve como una buena herramienta de control de esa ansiedad, pero termina haciendo todo lo contrario“.
“Cuando más se depende del control del otro y no en la confianza y en mi propia autoestima, más comienza el apego ansioso, que nunca lleva a un buen final“, expresó.
“Además todos sabemos que si la persona va a ser infiel lo hace a los cinco minutos y la vuelta de la esquina, por eso ese control termina siendo una falsa sensación, como una arena caliente que se escapa por los dedos, está la sensación de control, pero se va de las manos, cuando esa parte de controlar que tiene todo ser humano combina con temas de autoestima, dependencia emocional, apego ansioso, vinculación, es una bomba explosiva“, sentenció.
Recordemos que “en la pandemia, con estas relaciones a distancias, teníamos dos caras de una misma moneda, por un lado las parejas que habían quedado en un solo lugar, donde al principio todo era muy lindo, pero a los pocos días se armaba un conflicto muy grande, porque muchas veces lo que hace una relación se pueda mantener en el tiempo es porque justamente no están todo el tiempo juntos, en tanto mientras más tiempo pasan juntos comienzan las rispideces, y en la pandemia sucedía todo el tiempo“.
Cuestión de aprendizaje
“Con las parejas que quedaron cada uno en lugares diferentes, ya sea en casas diferentes o países distintos, era lo mismo, no había tantos conflictos por el tema de la idealización y la esperanza, y era porque no había choques durante el día, pero si se sufría el estado de ánimo bajo, tristeza, angustia, ansiedad, por la incertidumbre de no saber cuando iban a volver a verse, pero lo que restaba era la parte del contacto físico“, expuso.
Javier Lazzati concluyó: “Muchas parejas pudieron tener un vínculo mucho más profundo del que tenían antes de la pandemia, por eso siempre destaco el aprendizaje que nos llevamos siempre de cualquier hecho adverso, llámese pandemia, infidelidad, que uno lo tiene como lo más traumático, pero es una gota más al vaso, en definitiva cuestiones que se deben tomar para hacer resiliencia, salir fortalecido, por ese lado es importante como experiencia, va en cada uno la manera de transitarlo“.