Bajo una multitud de fieles en la Plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice despidió al Papa emérito que falleció el último sábado a los 95 años.
El Papa Francisco encabezó este jueves el funeral de Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro del Vaticano y lo recordó «como un pastor que tuvo sabiduría, delicadeza y entrega».
«Es el pueblo fiel de Dios que, reunido, acompaña y confía la vida de quien fuera su pastor», destacó el Sumo Pontífice durante la homilía de la misa que presidió.
Y siguió: «Es el Pueblo fiel de Dios que, reunido, acompaña y confía la vida de quien fuera su pastor. Como las mujeres del Evangelio en el sepulcro, estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor que no se pierde, queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años».
“Padre, en tus manos encomendamos su espíritu. Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz», señaló.
Tras el funeral, Francisco presidió el rito de la Ultima Commendatio (la última recomendación) y la Valedictio (la despedida), con el que el cuerpo de Benedicto XVI quedará dentro de la cripta en la que antes estuvo Juan Pablo II.
Joseph Ratzinger, quien fue elegido Papa en abril de 2005 y renunció luego en febrero de 2013, será enterrado con un rogito, un pergamino que describe los momentos más destacados de su vida en el que el Vaticano quiso destacar que el pontífice emérito luchó con firmeza contra los delitos cometidos por representantes del clero contra menores o personas vulnerables, llamando continuamente a la Iglesia a la conversión, a la oración, a la penitencia y purificación.
Al tratarse de las exequias de un Papa emérito, el funeral no es considerado de Estado, por lo que sólo hubo delegaciones oficiales de Italia y de la Alemania natal de Ratzinger, aunque una decena de jefes de Estado y representantes de monarquías europeas asistieron a título personal.
Junto a Francisco, la misa fue realizada con 3.700 sacerdotes de todo el mundo, más de 120 cardenales y 400 obispos, más una multitud de fieles que se acercó a la Plaza San Pedro.
Entre los presentes, estuvieron los presidentes de Polonia, Andrzej Duda; de Hungría, Katalin Novak, y de Portugal, Marcelo Nuno Duarte Rebelo de Sousa, y el gobernador de la Baviera natal de Benedicto XVI, Markus Söder.
Del lunes al miércoles, unas 195.000 personas se acercaron a la Basílica de San Pedro a despedir a Benedicto XVI, según informó el Vaticano.
Benedicto XVI fue elegido el 19 de abril de 2005, con 78 años, y sorprendió al mundo en febrero de 2013 cuando presentó la renuncia al quedarse sin energía para continuar en el cargo. Aquél inédito gesto inició el camino de una renovación que tuvo su primera manifestación en la asunción por primera vez en la historia de un pontífice no europeo, el argentino Jorge Bergoglio, como Francisco.
«Queridos hermanos y queridas hermanas, después del gran Papa Juan Pablo II, los cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador en la viña del Señor», fueron las primeras palabras de Benedicto XVI hacia los fieles en la Plaza de San Pedro.
Durante su pontificado, Ratzinger debió enfrentar varias crisis, siendo la más grave el escándalo producido por los delitos de abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia en varios países del mundo.
En diciembre pasado, Francisco, en su última visita, le pidió a los fieles una oración por él debido a su complicado estado de salud. Finalmente, el sábado 31 falleció, pero dejó un legado por la manera que tuvo de conducir la Iglesia en un momento muy delicado.