A partir de este miércoles 18 de junio, el pasaje de los colectivos experimentará un aumento del 7% en todas las líneas de jurisdicción nacional, es decir, aquellas líneas que ingresan y egresan de la Ciudad de Buenos Aires. No tener la SUBE registrada puede implicar boletos por encima de los 600 pesos para los pasajeros del AMBA.
El incremento alcanza a más de 100 líneas que operan bajo la órbita nacional, incluyendo recorridos emblemáticos como el 60, 152, 41, 101 y 188, entre muchos otros. Sin embargo, este no será el único aumento del mes: las líneas provinciales y porteñas también sufrirán un incremento, aunque más moderado del 3,5%, que comenzará a regir desde el 1° de julio.
Con el nuevo esquema tarifario, quienes tengan la tarjeta SUBE registrada pagarán entre $424,91 y $582,56 según la distancia del viaje. Los tramos más cortos, de hasta 3 kilómetros, costarán $424,91, mientras que los recorridos más largos, superiores a 27 kilómetros, llegarán a $582,56. La diferencia es considerable para quienes no tienen la SUBE registrada: los mismos trayectos les costarán entre $675,61 y $926,27.
La lista de líneas afectadas es extensa e incluye números históricos del transporte porteño como la 1, 2, 8, 9, 10, 15, 17, 19, 20, 21, 22, 24, 28, 29, y continúa hasta la 195. Estas líneas conectan los principales puntos del conurbano bonaerense con la Capital Federal, transportando diariamente a trabajadores, estudiantes y usuarios que realizan actividades esenciales.
La metodología de actualización tarifaria implementada por el gobierno combina el último índice de inflación publicado por el INDEC con un adicional del 2% sobre el valor anterior. Esta fórmula, que rige desde abril, busca mantener cierta previsibilidad en los aumentos, aunque para los usuarios representa un constante incremento en sus gastos de movilidad que erosiona el poder adquisitivo.
Los incrementos mensuales se han convertido en una constante que impacta directamente en el presupuesto familiar de millones de argentinos. La Secretaría de Transporte justifica esta modalidad como una forma de evitar aumentos más bruscos y mantener la sustentabilidad del sistema, aunque para muchos usuarios representa una carga económica cada vez más difícil de sostener.