El ultraderechista Javier Milei libra una batalla personal contra la prensa. Suele repetir que los periodistas son todos “ensobrados”, por aquel que recibe un sobre con dinero a modo de soborno, y los coloca del lado de una “casta” integrada por políticos, empresarios, sindicalistas y todo aquel que no comulgue con sus ideas. Este miércoles, ha dado un paso más. En un largo mensaje en la red X, su preferida, lanzó una advertencia: “Les llegó la hora de competir honestamente”, escribió al final de un largo texto.
“A estos pseudo periodistas les quiero decir que les llegó el momento de tener que bancarse el vuelto por haber mentido, calumniado, injuriado y hasta haber cometido delitos de extorsión”, agregó Milei, sin aclarar qué es lo que tiene en mente para consumar su venganza. El mensaje siguió a una entrevista que dio en Estados Unidos al influencer Lex Fridman, luego de participar el jueves 14 de noviembre en la recepción que Donald Trump ofreció en su mansión de Mar-a-Lago a sus aportantes de campaña. “Los periodistas son torturadores seriales”, le dijo a su entrevistador.
Milei nació a la política en los sets de televisión. Como su presencia disparaba la audiencia, se hizo habitual en programas de debate político en los que lanzaba insultos sin censura contra todo aquel que se le ponía en medio. Una vez en la presidencia, apenas respetó a aquellos que lo habían llevado a la fama.
Acusó sin discriminar de “ladrones y corruptos” a los periodistas y decidió doblegarlos con una comunicación basada en las redes sociales, donde considera que hay “libertad”. Hoy, el listado de periodistas que pueden entrevistarlo se reduce a media docena. Evita así preguntas incómodas y cuestionamientos. “Gracias a las redes sociales se les terminó el privilegio de casta que han tenido durante tanto tiempo y que han ejercido con tanta violencia. Por eso, acepten que el mundo cambió para bien y a ustedes se les acabó el monopolio de la palabra. Es hora de que laburen honestamente. Les llegó la hora de competir de modo limpio. Sí, ahí van a ganar menos dinero, pero eso es normal en un mercado libre”, escribió el presidente. El texto no fue en respuesta a ninguna situación particular.
Durante la entrevista con Lex Fridman fue más duro, acorde al público trumpista al que se dirigía. Dijo que los periodistas respondían con violencia a su decisión de quitar la publicidad oficial a la prensa argentina. “A pesar de que generamos noticias maravillosas todas las semanas, hablan pestes, quieren mentir, calumniar, ensuciar, decir cualquier aberración y pretenden que yo ni siquiera les conteste. Por eso gran parte de los periodistas odian la red social X y nosotros, los libertarios, la amamos a la red X”, dijo.
Los ataques de Milei a la prensa van en general dirigidos a periodistas con nombre y apellido y no a empresas. Marcelo Longobardi, uno de los más escuchados de la radio en Argentina, declarado liberal y, en el pasado, azote del kirchnerismo, es una de sus víctimas predilectas. El periodista decidió esta semana responder a las acusaciones de “ensobrado” que recibe a diario e increpó en una dura entrevista al jefe de Ministros, Guillermo Francos.
Francos es un moderado dentro del Gabinete ultra, con un pasado dentro del peronismo y perfil dialoguista. “Usted que me conoce hace 40 años, ¿supone que soy un periodista ensobrado?”, le preguntó Longobardi. “No, Marcelo, te conozco hace muchísimos años, por ahí no coincidimos en muchas de tus apreciaciones sobre el Gobierno, que creo que son equivocadas, y no por eso voy a decir que sos un periodista ensobrado”, respondió el ministro. En la repregunta, Longobardi le pregunta entonces por qué debía soportar “que el Gobierno y la gente conectada” lo insulte “todos los días”. “No creo que tenga que soportarlo, cada uno expresa sus opiniones”, le dijo Francos. “Eso no es una opinión, ministro, es una mentira”, le dijo el periodista, ya notablemente ofuscado.
Cada ataque de Milei a la prensa activa el ejército de operadores que le responden en redes sociales. El líder de todos ellos, apodado Gordo Dan, lanzó el lunes la agrupación Las fuerzas del cielo. En un mitin de estética fascista, el grupo se proclamó “la guardia pretoriana” del presidente ultraderechista, su “brazo armado” en una batalla cultural resumida en lemas como “Dios”, “propiedad”, “libertad”, “vida”, “patria”, “familia”.
En la presentación, Agustín Laje, uno de los ideólogos del mileismo, cargó una contra Longobardi en particular y la prensa en general. “Se han ganado el legítimo odio de toda la sociedad civil”, dijo desde el escenario. Otra escena similar tuvo a Milei como protagonista el 28 de septiembre pasado. En un mitin celebrado en un parque de la ciudad de Buenos Aires, el presidente insultó a los periodistas mientras dirigía a una multitud que gritaba extasiada “hijos de puta”.