Milei y Caputo firmaron el cierre del Instituto Argentino del Transporte que crearon Cristina Kirchner y Florencio Randazzo. La totalidad de los recursos materiales y financieros que hasta este lunes le pertenecían al Instituto Argentino del Transporte serán transferidos a la Secretaría de Transporte, que asumirá las funciones que antes desempeñaba el organismo cerrado.
Este martes, por disposición del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, el Instituto Argentino del Transporte, que había sido creado por la ex presidenta, Cristina Kirchner, y su ex ministro de Transporte, Florencio Randazzo, perdió el carácter institucional que tenía en el marco de la tendencia libertaria de privatizar y reducir el papel del Estado nacional.
Es preciso recordar que, el Instituto Argentino del Transporte, que fue creado en 2014 con la misión de asesorar en la planificación estratégica del transporte en Argentina, fue oficialmente disuelto a través del Decreto 870/2024 firmado por Milei y Caputo, con el fin de “racionalizar el gasto público y eliminar duplicidades en la administración estatal”.
Por caso, el Decreto 1004/2014 firmado por Cristina Kirchner y Florencio Randazzo, explicitaba que el Instituto Argentino del Transporte tenía el objetivo de “integrar los sectores público y privado en la planificación del transporte, promover la investigación en el área y colaborar con el Ministerio del Interior y Transporte en la elaboración de programas de mejora”.
Según el Gobierno nacional, a lo largo de los años, el Instituto Argentino del Transporte “comenzó a mostrar superposición de funciones con otras áreas de la administración”, como la Secretaría de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que “lideran la planificación y ejecución de políticas relacionadas con el transporte en el país”.
En abril de 2024, con la promulgación del Decreto Nº318/2024, el Instituto Argentino del Transporte fue transferido al ámbito de la Secretaría de Transporte bajo la órbita del Ministerio de Economía. Sin embargo, una evaluación del Gobierno determinó que muchas de sus funciones eran redundantes, lo que llevó a la decisión final de disolver el organismo.
De esta manera, el decreto justifica la disolución del Instituto Argentino del Transporte en un contexto de “optimización de los recursos públicos”, ya que, según el documento, la existencia del mismo no se consideraba necesaria porque sus tareas podían ser asumidas por otras dependencias operan en el ámbito del transporte.
En tanto, el texto menciona explícitamente la necesidad de maximizar la eficiencia del gasto, al tiempo que asegura que los recursos estatales “se destinen a áreas prioritarias y a quienes más lo necesitan”. En teoría, esto se inscribe en la estrategia más amplia de la Administración actual que implementó un sinfín de acciones para “equilibrar las cuentas públicas y mejorar la transparencia del gasto”.
Según el Decreto 870/2024 que lleva la firma de Javier Milei y Luis Caputo, la totalidad de los recursos materiales y financieros que hasta este lunes le pertenecían al Instituto Argentino del Transporte serán transferidos a la Secretaría de Transporte, que asumirá las funciones que antes desempeñaba el organismo cerrado.
De esta forma, el Gobierno nacional derogó el Decreto Nº 1004/14 de Cristina Kirchner, que había establecido la creación del Instituto Argentino del Transporte, con el objetivo de “evitar la duplicación de funciones y mejorar la eficiencia administrativa” dentro del sector del transporte.
Sin embargo, según las palabras del propio Gobierno, la disolución del Instituto se enmarca en un proceso más amplio de reforma y reestructuración del aparato estatal, para no solo reducir costos, sino también mejorar la coordinación entre las distintas áreas gubernamentales y optimizar el uso de los recursos.