Emitió todo en una LECAP a septiembre con tasa mensual del 4,25%. Dice que se terminó el período de licuación.
En medio de una jornada caliente en el Congreso ante el tratamiento del proyecto de ley bases, Luis Caputo colocó $5,4 billones de deuda en pesos en la primera licitación de junio. Así, como contó Ámbito, concretó una pausa en la estrategia de migración de pasivos desde el Banco Central hacia el Tesoro y se limitó a renovar los vencimientos semanales de títulos públicos.
Tras haber recibido ofertas por $16,4 billones, el Ministerio de Economía decidió este miércoles concentrar todo el monto colocado en una letra a tasa fija (LECAP) con vencimiento en septiembre y declaró desiertas otras dos LECAP más cortas, a julio y agosto, que había puesto sobre la mesa
El objetivo fue dar una señal sobre los rendimientos y extender, un poco, el plazo de colocación respecto de las subastas previas. La LECAP a septiembre cortó a una tasa efectiva mensual del 4,25%, el piso que la Secretaría de Finanzas había predeterminado para este instrumento. Luego de la licitación, el secretario del área, Pablo Quirno, aseguró que «el proceso de tasa real negativa ha llegado a su fin».
El mensaje oficial llegó luego del cimbronazo financiero que padeció el Gobierno la semana pasada y que, entre otros detonantes, tuvo como disparador los límites que encontró en el proceso de licuación vía tasas reales supernegativas tras el último recorte aplicado por el BCRA, según distintas voces del mercado. Hasta aquí, el equipo económico se había apoyado en rendimientos muy inferiores a la inflación para reducir el stock de pesos de la economía en términos reales.
Quirno afirmó que el ciclo de tasas negativas cumplió «el doble objetivo de contribuir al saneamiento de la hoja de balance del BCRA y ser un pilar fundamental en la reducción de la inflación durante estos seis meses de gestión».
Caputo completó el mensaje durante su presentación de esta tarde en el evento Expo EFI: “La época de la tasa real negativa ya para nosotros culminó hoy, por eso hoy hemos hecho una licitación donde pusimos una tasa mínima de 4,25% a 90 días. Si bien hubo ofertas a 30 y 60 días a tasa más baja, terminamos tomando toda la licitación a 90 días a la tasa de 4,25% para darle la señal al mercado de que la función de la tasa real negativa de los primeros meses ya cumplió su objetivo.”.
En las mesas de la City señalan que aún resta ver qué implica el anuncio en concreto, puesto que en la licitación de hoy la tasa de corte se ubicó algunas décimas por debajo de las estimaciones de inflación de mayo y para junio varias consultoras anticipan un rebote del IPC a niveles superiores al 6%.
«Nos mantenemos a la espera de los registros de inflación futuros y a las futuras decisiones tanto del BCRA vía tasa de referencia como del Tesoro vía tasas convalidadas en licitaciones para evaluar el cambio anunciado por el Gobierno», expresó Juan Manuel Franco, economista jefe del Grupo SBS.
Para Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, con este mensaje el Gobierno muestra pragmatismo y le envía una señal al Fondo Monetario Internacional (FMI), que mañana tratará la revisión del programa vigente y al que Caputo adelantó que le pedirá nuevo endeudamiento. «El programa ‘Motosierra y Licuadora’ ya no daba para más», señaló el economista y agregó: «Resta saber cuáles serán los cambios en lo fiscal y cambiario. Falta mucho».
En diálogo con Ámbito, Nicolás Rivas, de BAVSA, consideró: «A Finanzas no le quedó otra que subir la tasa. En realidad se la subió el mercado. Hubo un sell off bastante importante en LECAP, sobre todo las largas. En las más cortas se mantuvo más que todo por la demanda que hay de los fondos T+0 de LECAP. Pero en las más largas llegó a 4,5% de tasa efectiva mensual, cuando venía de niveles de 3,3%. Creo que es una justificación para no quedar en off side».
Y respecto de la posibilidad de que se pase a tasas reales positivas, Rivas planteó que «eso está por verse». «La inflación de mayo dicen que viene abajo del 5%, pero no va a ser 4,25%. Ahí ya tenés 30 días donde el CER le va a ganar a la tasa fija. Y junio y julio son dos incógnitas», completó.
Por lo pronto, si la decisión se consuma, se encarecerá en términos reales el costo que el fisco paga por su deuda. Un pasivo que creció en el último tiempo al compás de la estrategia de hacer migrar a los bancos desde pases del BCRA hacia títulos públicos de corto plazo. Por caso, en mayo, los pasivos remunerados del Central se redujeron en $14,2 billones al tiempo que Economía sumó nuevo endeudamiento por $11,9 billones.
Pausa al pasamanos de deuda
El Gobierno implementó hasta aquí esta política de pasamanos de deuda con el objetivo de reducir fuertemente el stock de pases de la autoridad monetaria, que Javier Milei planteó como un requisito previo a la apertura del cepo cambiario. Esto implicó que el Tesoro coloque deuda por encima de la necesaria para renovar sus vencimientos y que le otorgue a los bancos un rendimiento superior al que recibían por los instrumentos del Central. Pero esta semana, Caputo decidió pausar ese proceso y colocar solo lo necesario para refinanciar sus compromisos quincenales.
Como contó Ámbito, distintas voces argumentaron que esa migración de pesos no necesariamente allanaba el terreno para el levantamiento del cepo ya que a partir de entonces el desafío pasaría por conseguir la renovación de cada uno de los crecientes vencimientos de deuda del Tesoro, que eventualmente podrían ir a presionar sobre el dólar. Son los mismos pesos que migran de una cuenta del Estado a otra.
Además, el propio Caputo señala que aún no cuentan con las reservas suficientes como para enfrentar una apertura sin sobresaltos. Según cálculos de Marina Dal Poggetto, las reservas netas todavía son negativas en más de u$s2.300 millones. Y el Central enfrenta cada vez mayores dificultades para sumar divisas. Así, el Gobierno vuelve a posicionar las expectativas en la negociación con el FMI para conseguir más financiamiento.
Con todo, durante su exposición en Expo EFI, Milei celebró el resultado del pasamanos de deuda y aseguró que «solo quedan $6 billones para terminar el problema» de los pases ya que, de los $18 billones remanentes, hay alrededor de $12 billones en poder de bancos públicos.
Así y todo, planteó que el mayor escollo es el stock de puts, los seguros de liquidez que el Central les otorgó a los bancos para que acepten financiar al Tesoro durante el año pasado y los primeros meses de la actual gestión. Se trata de una deuda latente para la autoridad monetaria, ya que en caso de ejecución masiva de esos seguros el BCRA debe responder con emisión para recomprar los títulos del Tesoro. El Presidente calculó que el stock de puts es de 4 puntos del PBI.
Lo cierto es que el Gobierno aún no anunció ningún plan para avanzar en desarmar los puts y los analistas consideran que, en todo caso, es un proceso que llevará tiempo. Es que, para resolverlo, los bancos deberían entregar todos los títulos asegurados que tengan, que no computan para los límites de riesgo crediticio. «Hay que ver qué les darían a cambio», se pregunta una fuente consultada al respecto.