El obispo de la diócesis de San Nicolás visitó nuestra ciudad en ocasión de celebrarse las confirmaciones y mantuvo un diálogo con El Nuevo, donde fue contundente al momento de trazar un panorama que está viviendo gran parte de la sociedad en estos momentos. Habló además de las nuevas formas de trabajo de las parroquias.
Días pasados se llevó a cabo en la Iglesia San Francisco de Asís de nuestra ciudad una nueva ceremonia de confirmaciones, la cual congregó como es habitual a una gran cantidad de familias en la zona céntrica.
El acto religioso estuvo conducido por el Padre Gustavo Albretch, con la particularidad en esta ocasión de que contó con la compañía del obispo de la diócesis de San Nicolás Hugo Santiago.
En su visita a la ciudad el obispo Hugo Santiago recibió en la parroquia antes de la ceremonia a El Nuevo Diario Rojense, ocasión en la cual compartió interesantes conceptos en cuanto a las nuevas formas de trabajo que están prevaleciendo en las iglesias, sobre todo en las grandes ciudades, y trazó una mirada contundente sobre la situación que está viviendo el país.
En relación a la manera de funcionar que está prevaleciendo en las parroquias indicó que “el estilo que se impone por estos tiempos es que los sacerdotes sean misioneros, es algo que nos lo ha pedido el papá, ya que de otra forma las parroquias no podrían seguir subsistiendo y pasa que las parroquias no se renuevan, empiezan a tener la misma gente que va siempre y se van muriendo de a poco“.
“Se impone ese estilo misionero, que los curas salgan de las iglesias a ver las necesidades de la comunidad, incluso buscando que las mismas no siempre se realicen en el templo parroquial, incluso en muchas parroquias de periferia, que no es el caso de Rojas, se le pide a los curas que hagan las misas en las casas, entonces se invita a la gente de esas manzanas y de esa manera las personas se conocen un poco más, se encuentran, dialogan, es una formas de compartir y de armar la comunidad“, manifestó el obispo en diálogo con este medio.
En este orden agregó que “también en las ciudades grandes, con muchos edificios, estamos viendo como hacer la pastoral urbana, o sea de llegar a una torre con una pila de departamento, con lo cual se están buscando modos nuevos, con el principal objetivo de no quedarse dentro de la parroquia“.
Destacó respecto a la tarea que realiza a diario el sacerdote de nuestra ciudad que “Gustavo en este sentido es muy misionero y en mi caso estoy contento con su ministerio y creo que en la ciudad tiene que estar también contentos con su ministerio“.
La situación del país
Teniendo en cuenta la situación que está atravesando el país, con un contexto cada vez más complicado desde el punto de visita económico, con un panorama que se va crispando día a día, consultamos al Obispo Hugo Santiago sobre su mirada del presente y hacia el futuro cercano.
“En el país está dura la situación, en este sentido no voy a decir nada que no diga casi todo la gente, estamos en un ajuste muy grande y lo que vemos es que escasea el trabajo, a la gente le cuesta más llegar a fin de mes, y creo que no hace lío porque todavía hay esperanza de que el país se estabilice, de que haya una reactivación, pienso que esa esperanza todavía está en la cabeza de la gente, porque el día que no exista esta esperanza ya las cosas van a cambiar“, sostuvo el representante de la diócesis de San Nicolás.
Comentó que “por nuestra parte estamos colaborando mucho más con las Cáritas, el gobierno está mandando dinero para las grandes ciudades para que muchas veces aterrice directamente en los supermercados, y eso es algo que se reparte en toda la diócesis“.
En este marco apuntó que “hemos tenido una camada en abril como de 40 millones de pesos, que no es mucho porque se utiliza todo para comprar y repartir entre todas las diócesis, además llega a las ONG y todas las iglesias“.
“Lo que estamos viendo a diferencia de hace un tiempo es que la gente tiene hambre, que necesita comer, en nuestros comedores nos damos cuenta que los pibes repiten una o dos veces, se nota el tema comida puntualmente“, cerró, con preocupación, el Obispo Hugo Santiago.
