Los datos preliminares iban a darse a conocer tres meses después del relevamiento, sin embargo, el funcionario admitió que hubo problemas con las planillas
El titular del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), Marco Lavagna reconoció que hubo errores en las planillas del Censo 2022 y que ello generó demoras en la difusión de los resultados preliminares.
Originalmente, el Gobierno había adelantado que la primera información del censo se daría a conocer a los tres meses de realizado el relevamiento llevado a cabo en todo el país el 18 de mayo. Según informaron por entonces, la posibilidad de completarlo previamente online agilizaría todos los trámites.
Sin embargo, cinco meses después, todavía no se conoce ningún dato preliminar mientras que los datos definitivos estarán disponibles recién en 2023. Así lo anunció Lavagna a través de un descargo en su cuenta de Twitter: «Los resultados preliminares no se difundieron en la fecha prevista porque un número significativo de planillas resumen que se completaron en el día del Censo no cumplen los estándares de calidad suficientes”.
De todas maneras, aclaró que “una cosa son esas planillas, que resumen la información sobre la cantidad de población y solo se utilizan para los resultados preliminares, y otra muy diferente es la base de datos completa que surge de la combinación entre el Censo digital y el escaneo de cédula censal”.
Tweet de Marco Lavagna
Lavagna explicó que actualmente se trabaja en la “lectura óptica” de los más de 15 millones de cuestionarios censales, algo que permitirá obtener una gran base de datos. Una vez que finalice este proceso -que se estima ocurrirá a finales de noviembre- y se combinen los datos resultantes con la base digital, se podrá conocer la información preliminar del Censo 2022.
Por otro lado, de acuerdo con las declaraciones de Lavagna, los datos definitivos del Censo estarán disponibles en 2023. «Hay que destacar un detalle no menor: son los resultados definitivos –que siempre estuvieron planificados para 2023- y no los preliminares los que se utilizan para actualizar normas muy importantes, como la distribución de recursos coparticipables”, aclaró.
“En la Argentina y en el mundo, el procesamiento de los resultados de un censo demanda más de 12 meses de trabajo. Tratar de apurar los tiempos naturales podría redundar en datos menos robustos”, justificó el funcionario.