Un centenar de personas –entre despedidos y participantes de los talleres de la Agencia Nacional de Discapacidad en CABA– hicieron un ruidazo en el interior del edificio sede este jueves, reclamando contra el ajuste brutal que perjudica a personas vulnerables de la sociedad.
Entre muletas, bastones y sillas de ruedas, todos ponen el grito en el cielo cantando «que se vayan todos; oohhh oohhh ohhh». Porque hubo 165 despidos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) a partir de una lista negra que amenaza seguir creciendo, bajo la máxima de la motosierra oficialista.
La preocupación empezó la noche del domingo al circular por las redes una primera lista de 30 nombres de trabajadores en la mira –con y sin discapacidad– en distintas áreas. El miercoles por la mañana ya habían sumado a otros 135 señalados que finalmente perdieron su trabajo este jueves, entre ellos 16 personas con discapacidad (PCD), una embarazada, gente a punto de jubilarse y con licencia por enfermedad.
«Una incertidumbre horrible»
Dentro del predio sobre la calle Ramsay al 2200 en el barrio de Belgrano, bajo el sol del mediodía los empleados, despedidos y usuarios alzan las voces y pancartas contra la baja de salarios, el recorte presupuestario y la desidia. «Es una incertidumbre horrible. Nunca sabés si mañana vas a seguir teniendo trabajo o no», cuenta alguien del área de informática que aún conserva su puesto.
«Da la impresión de que ante todos los organismos que nos ocupamos de minorías o de grupos con extrema vulnerabilidad, esta gente no tiene sensibilidad alguna y no tiene ningún problema en desguazarlo. Lo que tememos es que esto se extienda a toda la política de discapacidad. La poca comunicación que tuvimos con el actual directo Spagnuolo dice que van a seguir, que tienen que llegar hasta un 30 por ciento de ajuste en todo sentido. Sin embargo, de todo el presupuesto de la agencia, solo el 0,9 por cieanto implica salarios, pago de horas extras y contratos», explica a Página/12 Ramiro Unamuno, secretario adjunto de UPCN-ANDIS, sindicato convocante de la movilización.
«Decidieron que no siga trabajando»
Acompañando el reclamo está Juan Pablo Ordoñez, quien estuvo al frente de la Dirección Nacional para la Inclusión de las Personas con Discapacidad de la agencia hasta su reciente despido. «Decidieron que no siga trabajando en el organismo sin dar razones y sin dar la cara. El recorte de 160 personas es una bestialidad y se teme que sea mayor, pero también se teme por el organismo: hoy vemos que el INADI y el INAI desaparecieron y es probable que hagan lo mismo con ANDIS. Es un riesgo porque desde la agencia se garantiza protección social, políticas de inclusión laboral y de acceso a la salud», advierte.
Un grupo de personas con discapacidad que participa de los talleres de ANDIS están movilizadas con remeras batik que rezan «Danzar la vida»: son pura tristeza. Su profesora de danza, con quien expresan su movimiento y aprenden a bailar tango, fue despedida. Es María Florencia Alle de 50 años, bailarina, docente y danzaterapueta, y junto a sus alumnos explica: «Este es mi lugar. Me asustó verme en una lista. Nadie vino a decirnos qué estaba pasando. Fue una situación de violencia institucional; no nos dieron ni un mes de aviso. No pude hacer la última clase con mis alumnos y este fue nuestro cierre. Me parece muy triste de la manera en que se dio, sin informarnos ni contenernos, sin dar la cara», expresa la profesora que se siente parte de esta comunidad porque, además, tiene una hija de 9 años con discapacidad que padece epilepsia y un retraso mental leve.
«Me rajaron sin justificación»
Con agilidad ante las cámaras y los micrófonos, Guadalupe Bargiela da notas con su bastón en una mano y en la otra su muñequera con los colores del orgullo. Tiene 22 años, es ciega y es una de las 16 personas con discapacidad que fueron despedidas: «Me siento decepcionada. Las PCD nos sentimos en desigualdad de oportunidades y de derechos. Yo no sé si voy a conseguir laburo. A mi me llamó mi jefe para avisarme del despido, pero nunca me contactaron de recursos humanos. Me rajaron sin justificación, violando la Convención Nacional de los Derechos de las PCD y tratados a nivel internacional. Dijeron que no iban a despedir personas trans, ni LGBT, ni con Certificado Único de Discapacidad y acá estoy con mi bastón», dice tratando de poner un poco de humor a la situación.
Sobre los likes en Twitter de la cuenta del presidente de la Nación, Guadalupe apunta: «Bardea a un gobernador tratándolo como una persona con Síndrome de down, como si la discapacidad fuera un insulto. Nosotros no somos un insulto y las personas ciegas sí la vemos; y no queremos el decreto en braile. Milei hace bullying a las PCD y arremete contra nuestros derechos».