El rector de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Ricardo Gelpi, alertó que las universidades “están al límite” como consecuencia de la política de desfinanciamiento de Javier Milei. «Si no se resuelve, en dos o tres meses tenemos que cerrar», sentenció y explicó que en las 13 facultades “ya están limitando los recursos”.
Esos recursos que mencionó Gelpi son algo tan elemental como la luz, pero que luego de los aumentos tarifarios se han hecho imposibles de afrontar. Un caso emblemático fue el de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Playa cuyo presupuesto anual es de poco más de 90 millones (el mismo del año pasado) y en marzo recibió una factura de energía por más de 14 millones de pesos.
Con su prepuesto congelado, las universidades comenzaron a recortar gastos de funcionamiento. La Universidad Nacional del Comahue entró en cese de pagos y la Universidad de Buenos Aires se declaró en emergencia presupuestaria y emitió pautas para “mitigar el crecimiento del gasto que desencadenaría la imposibilidad de poder afrontar los compromisos asumidos por la Universidad”.
La Facultad de Medicina de la UBA es una de las unidades académicas más afectadas: tiene 17 pisos y el uso de ascensores quedó restringido a personas con movilidad reducida o emergencias, el resto debe utilizar las escaleras; no se prende la luz en pasillos ni lugares comunes; y las calderas permanecerán apagadas a pesar del descenso de la temperatura.
Estas medidas se replican en el resto de las facultades, dado que las disposiciones se emitieron para todos los edificios de la Universidad. La no utilización de los servicios de acondicionamiento de aire (frío – calor) y los servicios de gas en las calderas rige para todas la UBA, a excepción de los hospitales universitarios “para la atención de pacientes y del acondicionamiento necesario para el correcto funcionamiento de equipos y la infraestructura tecnológica”.
Por otro lado, las autoridades de la casa de estudios afirmaron que “las convocatorias realizadas para los programas de investigación, ciencia y técnica y extensión universitaria estarán supeditados a la efectiva disponibilidad de presupuesto para poder ser afrontadas”, mientras que “las acciones vinculadas por el Programa UBA en Acción estarán limitadas a las financiadas por organismos externos a la UBA y/o aportes privados”.
La situación es alarmante y afecta también al Hospital de Clínicas, institución de referencia en toda Latinoamerica que depende de la Universidad de Buenos Aires y que hace un siglo y medio se dedica a la asistencia, la docencia y la investigación. Autoridades del nosocomio advierten que la situación es “insostenible” por la falta de fondos y que solo podrán funcionar hasta mayo.
Sin embargo, su funcionamiento actual también se ve seriamente afectado dado que la mayor parte de su presupuesto se destina a la compra de medicamentos -que han aumentado hasta un 800% en los últimos tres meses- y muchos insumos ya comenzaron a escasear.
A su vez, debido a los incrementos exorbitantes en las prepagas, son cada vez más las personas que se vuelcan a los hospitales públicos. De esta manera, la atención en el Hospital de Clínicas se encuentra colapsada y se tuvieron que restringir servicios para destinar recursos a las personas que están internadas en el lugar.
En ese contexto, docentes, profesionales, estudiantes y autoridades de la UBA convocaron a un nuevo abrazo simbólico al Hospital este próximo jueves y exigen al gobierno de Javier Milei que revea el congelamiento del presupuesto universitario.