Algunas de las principales razones son el reconocerse víctimas de un crimen tan atroz y el miedo a que la mirada social les reproche no haberse defendido.
Una forma “contemporánea de esclavitud es la explotación sexual de niños y niñas”, coinciden diversos especialistas en el tema, los cuales explicaron que muchas veces, a los varones les lleva más tiempo poner en palabras esta violencia, y cuando logran hacerlo, inician procesos como el que se conoció ahora, y que involucra a un productor de Gran Hermano.
Marcelo Corazza, el ganador de la primera edición de ese reality realizada en 2001 y actual productor de Telefe para el mismo programa, es uno de los cuatro detenidos como sospechoso de integrar una organización dedicada a la explotación sexual y la corrupción de menores en
La causa tuvo su origen el 24 de octubre del año pasado -a una semana de iniciado el actual ciclo de Gran Hermano-, cuando un testigo de identidad reservada denunció que había sido abusado sexualmente a una edad de 11 y 13 años, en 1999 y 2002, por uno de los ahora detenidos.
«Gracias a la visibilización social de la explotación y el abuso sexual, quizá son los varones los que más tarde se están haciendo escuchar», analizó la psicóloga Sonia Almada.
«Los pederastas y pederastas prostituyentes consiguieron silenciar a las víctimas por muchísimos años. El promedio para el develamiento es de más de 20 años de ocurrido el o los crímenes», agregó la profesional.
Almada resaltó que a los varones «a veces les lleva más tiempo hablar por la presión social de develar que han sido víctimas de un crimen tan atroz y a cambio recibir la sanción social de ‘no haberse defendido’. ‘ser débiles o ‘a vos te gustaba'».
«Los varones han hablado siempre dentro de la esfera privada, en los consultorios. Afortunadamente algunos hoy se animan a dar otro paso, el de denunciar», destacó.
La psicóloga también resaltó que «la prescripción penal del delito -de abuso sexual en la niñez- es otra brecha en la legislación penal de Argentina. Cuando la víctima llega a denunciar es demasiado tarde y así los pederastas pueden seguir atacando a bebes, niños, niñas y adolescentes, porque la legislación argentina no acompaña el derecho al tiempo de cada sobreviviente».
Unicef explicó que la explotación sexual a la infancia ocurre “cuando un grupo de personas o una persona involucra a niñas, niños o adolescentes en actos sexuales para satisfacción propia o de otras personas a cambio de cualquier tipo de beneficio, dinero, especias, protección, regalos. Es una flagrante violación de derechos humanos».