Fumar hace mal a la salud.  

La Provincia ofrece tratamientos gratuitos para dejar de fumar en 140 consultorios 

Por Agencia DIB 

El Gobierno de la provincia de Buenos Aires ofrece tratamientos gratuitos en 140 consultorios para dejar de fumar, con y sin medicación y a través de encuentros que pueden ser grupales o individuales. 

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Un mapa digital del Ministerio de Salud bonaerense (www.ms.gba.gov.ar/sitios/tabaco) permite encontrar los centros ubicados en cada distrito. Allí, cada persona interesada en dejar de fumar puede hallar el consultorio más cercano a su domicilio e iniciar ese proceso, arduo y sinuoso, pero no imposible. 

El dejar el tabaco, no sólo le permite al que puede hacerlo prevenir múltiples enfermedades como la EPOC, el cáncer pulmonar, infartos y accidentes cerebrovasculares, sino que además, mejora casi de inmediato la calidad de vida. Incluso, “se considera que entre 5 y 10 años después del último cigarrillo el daño que causó el tabaco desaparece, o bien se frena el avance de patologías como la EPOC”, explicó Mariano Levkovich, médico especialista en tabaquismo y autor de un nuevo libro sobre dejar de fumar que se titula “Desatados”. 

Por dónde empezar para dejar de fumar 

¿Cómo acceder a los tratamientos gratuitos que ofrece la Provincia de Buenos Aires? Lo primero es tomar la decisión y luego, como sucede con todo consumo problemático o adicción, es clave pedir ayuda profesional porque si bien las ganas y la fuerza de voluntad son importantes, casi nunca resultan suficientes. 

Para comenzar, el fumador o fumadora que quiere dejar de serlo puede enviar su consulta vía correo electrónico al programa de Control del Tabaco de la cartera sanitaria bonaerense a controltabacopba@gmail.com. También puede visitar el sitio web donde, además del mapa de consultorios de cesación tabáquica, se ofrecen varios recursos, como una Guía de Autoatención, consejería, información sobre cigarrillos electrónicos y sobre los beneficios de dejar el cigarrillo. 

Según un estudio de 2021 titulado “Situación Epidemiológica del Tabaquismo en la Provincia de Buenos Aires”, el 23,1% de la población fuma y de ese total, el 98%, dijo consumir mayormente cigarrillos industrializados; mientras que un 10,6% respondió que fuma cigarrillos armados y un 3,6% manifestó optar por el cigarrillo electrónico o vaper que, al igual que los tradicionales, contienen nicotina y por lo tanto genera dependencia y efectos nocivos sobre la salud. 

En cualquiera de sus formas, explicó Levkovich, “los cigarrillos generan dependencia física, psíquica y social, y los fármacos disponibles actúan sobre esa dependencia y atenúan los síntomas de abstinencia que aparecen cuando se suspende el consumo de tabaco, como por ejemplo, irritabilidad, ganas de fumar, cansancio o ansiedad”. 

La psicóloga Laura Fulio, integrante del Programa Provincial de Control del Tabaco, destacó la importancia de la escucha activa por parte del equipo de salud: “Es fundamental tener en cuenta la experiencia previa de la persona que consulta, si ya dejó antes, como fue el proceso, si tiene algún preconcepto sobre alguna medicación sea porque la utilizó o porque tiene referencias, porque por ejemplo, hay personas que te dicen que no quieren tomar comprimidos porque no les gusta meter ‘cosas raras’ en su cuerpo, aunque fuman 2 atados de cigarrillos por día”. 

La dependencia que provoca el cigarrillo es producto de muchos factores, pero hay uno en particular que es muy difícil de sobrellevar: la nicotina, la más adictiva de las 7 mil sustancias tóxicas que tiene el tabaco. “Los neuroreceptores que absorben la nicotina, se desensibilizan o inactivan luego de un período de tiempo sin estímulo, es decir, sin fumar. Este proceso puede durar entre 4 y 6 semanas después de apagar el último cigarrillo”. Eso sí: una sola pitada reactivará los neuroreceptores y la dependencia, de ahí la importancia de comprometerse con el tratamiento y, si hay recaídas, continuar sin darse por vencido. 

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