La Pastoral del Duelo: Un espacio de contención para superar el dolor

En la Parroquia San Francisco de Asís hay un grupo de personas que invita a reflexionar, pensar y trabajar sobre el sufrimiento de las personas al momento de perder a un ser querido, donde la escucha y la empatía están puestas a disposición de quienes buscan una sanación.

 

La pérdida de un ser querido puede representar un dolor interminable, con recuerdos que vienen permanentemente a la memoria, quizás aparezca la culpa, el pensar en que fue lo que hicimos mal para que esa persona no siga estando a nuestro lado.

La superación de ese momento, tan duro como inexplicable, no es para nada fácil, nos puede llevar a caminos inesperados, posiblemente a un laberinto al que nunca le encontremos al salida.

Diferentes refugios surgen para que quienes hayamos transitado por una pérdida de un ser amado podamos caminarlo con otra mirada, levantando la frente e intentando salir adelante.

La Pastoral del Duelo nace como un espacio de contención y abrigo para esas personas que desean superar el dolor y encontrar una sanación, donde la empatía y la escucha de un grupo de personas está al servicio de otras tantas que necesitan hacer oír su voz.

Delia Chechi Parisi y Carlos Adrián González son dos seres que han atravesado por esos momentos de perplejidad y desesperanza, quienes han sabido levantarse y hoy se sienten con la entereza necesaria para ayudar a otras personas que atraviesan por las mismas circunstancias.

La profesora Chechi Parisi habló del nacimiento de este punto de encuentro: “Comencé después de la muerte de Nadia, donde hice una elaboración del duelo con gente de Junín, que pertenece justamente a esta pastoral, y después de nueve meses estudié para ser catequista de duelo, para luego iniciar en la Parroquia

“Carlos fue una de las personas que fue a elaborar su duelo y como pareció una persona muy comprometida lo invité a que el estudiara, así que ahora somos los dos los que trabajamos en la Parroquia“, comentó.

Carlos Adrián González expresó que “la Pastoral trabaja sobre el sufrimiento y el dolor de las personas cuando se muere un ser querido, una situación que causa mucho dolor, y si bien no es una enfermedad afecta a las seis dimensiones que tenemos en el cuerpo, y justamente a nosotros nos ayudaron a identificar distintos síntomas que eso produce, con lo cual ayudamos a las personas a que ellos reconozcan esos síntomas y que un duelo normal no se transforme en un duelo complicado“.

“La Pastoral del duelo la creó en 1993 el Padre Mateo Bautista, de la orden de San Camilo, quien mirando como trabajaba el grupo de alcohólicos anónimos pensó en trabajar desde la parroquia con la gente que sufre un duelo por un fallecido. El fue preparando grupo de gente que estaba en duelo para que después pudieran ayudar a otras personas“, apuntó Chechi Parisi.

“Desde la parte humana los recibimos, los escuchamos, algo que es muy importante, si es que no quieren hablar se lo permitimos, y otras veces hablan y afloran cosas que a lo mejor estaban guardadas desde hace mucho tiempo“, explicó la profesora.

Sostuvo que “lo principal es tener empatía con ellos, escuchar con mucha paciencia, se basa en entender que la persona a la cual se le murió un ser querido no puede reaccionar enseguida, generalmente decimos que hay que esperar tres meses y después ir a la pastoral, porque durante ese tiempo uno se encuentra bloqueado por el dolor“.

Carlos González comentó que “el estado de shock en una primera instancia nubla los pensamientos, y cuando eso sucede no sabe como proceder, si bien es bueno llorar en un momento y liberar los sentimientos, hay que tratar de que ese llanto no ahogue, y la forma de sacar esos sentimientos es hablando, y una vez que es escuchado tratamos de aconsejar, y a la vez se la acerca a la religión, que es una forma de resucitar en el espíritu“.

“Este acompañamiento es para elaborar el duelo una vez que la persona ya no está, porque no nos dedicamos a ir apoyar a personas pre duelo, que también estaría bueno, porque de esa manera uno estaría preparado antes de sufrir ese dolor que no se va nunca, pero si que podría encontrar otro camino en la esperanza, en la esperanza de reencontrarse algún día con esa persona que se va“, dijo Chechi.

Además señaló que “nosotros contenemos a las personas, y siempre les decimos que después de la elaboración del duelo ya no se vuelve a ser el mismo, hay una transformación en cada uno, pero si se vuelve a vivir“.

“En lo personal, cuando murió Nadia, volví a casa y pensaba que voy a hacer ahora, pero nunca me enojé con Dios ni dejé de ir a la Iglesia, así que cuando el Padre Gustavo me ofreció estando él como párroco unirme al grupo de la pastoral que trabajaba en Junín acepté ese consejo y me terminé encontrando con gente que estaba pasando por lo mismo que yo, y de cada uno que hablaba iba tomando algo que me hacía bien“, confesó.

A su vez destacó que “eso permite ir recomponiendo la vida de a poco, porque además, cada uno al que se le muere un ser querido, también quedan otras personas alrededor que han perdido a la misma persona, por esto hay que ser fuertes y ayudar, eso marca la pastoral, ser una escucha activa, donde podamos entender lo que la persona nos quiera decir“.

“Una de los primeros sentimientos de la persona cuando pierde un ser querido es enojarse con Dios, más en las personas que no están tan involucradas en la religión“, apuntó Carlos.

“También está quien culpa a un médico o a otras personas, pero primero es Dios, y nosotros decimos que Dios no se lleva nunca a nadie, Dios recibe, y eso lleva un trabajo de meses para la persona que está en duelo. Es algo que entendemos porque somos sanadores heridos, hemos pasado por duelos, y lo hemos superado, a lo mejor uno no es la misma persona que era antes, pero si tenemos esperanza, vivimos, nos reímos, compartimos, volvemos a vivir“, añadió.

Chechi Parisi reparó en algo sumamente relevante: “En una familia nunca se habla de muerte, entonces cuando la muerte sorprende uno se siente dolorido, enojado, todas esas cosas que marcan una ira contra alguien, hasta que va llegando a la aceptación. En el caso personal y de tantas mamás que han perdido a sus hijos cuesta entenderlo al principio porque uno está preparado supuestamente para que se muera el abuelo, el papá, el compañero, pero nunca un hijo, y eso es lo que nos complica, porque uno piensa en que hacer con ese amor que nos quedó en las manos, y si sanamos, si podemos elaborar el duelo, hay muchas cosas para hacer“.

Acerca de las diferentes acciones de la Pastoral indicaron: “Entre las actividades que realizamos vamos a visitar abuelos, los hacemos rezar, jugamos, y todos los fines de mes les damos la comunión, también visito gente en el hospital todos los sábados y doy catecismo, y cuando la gente no puede también tratamos de llegarnos a esas personas, aunque siempre lo mejor es hacerlo cara a cara a través de un grupo“.

Para Carlos González “una de las características principales para participar en la pastoral del duelo es querer hacerlo, si no está la intención no hay resultados, porque el hecho se presentarse, escuchar, y no desnudar el corazón no podrá sanar a esa persona, y si esa persona no cumple con las tareas que les ofrecemos para llevar adelante en la semana es difícil que puedan llegar a esa sanación“.

Acerca de las herramientas en las cuales se basan para brindar esta ayuda y contención Carlos explicó: “Trabajamos sobre un libro que dio el grupo Resurrección que maneja el Padre, que nos guía en el proceso, es así que en el primer encuentro tratamos que la persona se exprese, en el segundo vamos orientando sobre la sintomatología que va sintiendo a medida que van a pasando, y a medida que van transcurriendo los encuentros trabajamos sobre el tema de la culpa, para lograr que la persona pueda aceptar la pérdida, y que sepa que no tuvo la responsabilidad de esa muerte“.

“Cuando mandamos videos sobre el tema, ellos tienen el derecho de decir si es que algo no les gustó, o que parte les gustó más, o que lo tocó más, entonces las personas, y si quieren sanar lo van a lograr, y si no pasa que empiezan a dejar, y eso es una pena, porque cuando uno hizo la elaboración del duelo y logramos entender que después de la vida terrenal, y después hay otra vida, donde ya no se sufre, donde se vive bien y tranquilo, uno se abre de corazón y vuelve a vivir, que es lo más importante, porque mientras se está con el duelo es casi imposible vivir, y no queremos que ese sufrimiento que tiene la persona eche raíces“, aportó Chechi.

Chechi Parisi comentó que “los encuentros son los miércoles de 14:30 y 16:00, en general son un total de doce encuentros, pero si hay un duelo complicado lo podemos estirar a más encuentros, porque pueden suceder duelos inesperados, cuando las personas son más afectadas”.

“Más que a recordar de una manera diferente, se aprende a amar de una manera distinta, a amar con el amor de Dios, porque se empieza a amar de otra manera al ser fallecido, se honra de otra manera, de hecho con estas acciones estamos honrando a nuestros seres queridos, y en el caso lo hacemos ayudando a otras personas”, completó Carlos González, dispuesto junto a Chechi a escuchar, a comprender, y ayudar a encontrar esa sanación tan necesaria ante el dolor que surge cuando alguien que amamos se nos va.

Compartir esta nota