En el primer día de su gira internacional para afianzar la relación bilateral con Argentina, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, mantuvo un encuentro en el Ministerio de Defensa de la Nación con el titular de la cartera, Luis Petri, con eje en el crecimiento de la influencia de China en la región.
De la reunión, participaron el embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley; el subsecretario de Defensa, Claudio Pasqualini; el secretario de Relaciones Internacionales de esa cartera, Juan Bataleme; y el jefe de Gabinete de Petri, Carlos Becker.
“Nos visitó la general Laura Richardson del Comando Sur de EE.UU. en Buenos Aires. Su visita incluye un momento histórico: la transferencia de un Hércules C-130H a nuestra Fuerza Aérea, símbolo de la sólida cooperación bilateral”, destacó el Ministerio de Defensa en sus cuentas oficiales.
Vale aclarar que, la visita a Argentina que Richardson inició esta mañana tiene por objetivo fortalecer la alianza del país norteamericano con el Gobierno de Javier Milei y poner en cuestión el avance que emprende China en diversas naciones latinoamericanas.
En ese sentido, las reuniones que mantendrá Richardson con los funcionarios argentinos gravitará en dos ejes claves para frenar la intromisión china en esta parte del continente: la base científico-militar de ese país ubicada en Neuquén, y la posición de Tierra del Fuego.
Asimismo, acompañada de su asesora especial Sara-Ann Lynch y un puñado de estadounidenses expertos en defensa, Richardson también participará en un panel de discusión sobre la integración de las mujeres en misiones de paz, defensa y seguridad.
En cuanto a la base militar china en Neuquén, en las últimas horas el Gobierno argentino adelantó que analiza pedir una inspección técnica de sus instalaciones para conocer el funcionamiento de la Estación de Espacio Profundo CLTC-CONAE-NEUQUEN, cuyas obras fueron iniciadas en 2014 durante el mandato de Cristina Kirchner y finalizadas en 2017, cuando el presidente era Mauricio Macri.
Desde Casa Rosada, sospechan que la antena ubicada en el predio de 200 hectáreas tiene un uso tanto pacífico como militar, ya que la misma podría interceptar satélites. Además, el Gobierno supone que la estación está siendo controlada por una agencia que reporta a la milicia del presidente de la República Popular China Xi Jinping.
Esta función militar de la antena, había quedado prohibido por una adenda al convenio original que firmó la canciller de Macri, Susana Malcorra. Eso, sumado a que dicha restricción estaba aclarada en el contrato que firmó Cristina Kirchner cuando se anunció la construcción de la estación.