La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) advirtió que “cientos de miles de familias” en el país tienen problemas para “alimentarse bien”, por lo que afirmó que “la comida no puede ser una variable de ajuste” y los comedores comunitarios, entre otras instituciones sociales y religiosas, deben recibir asistencia “sin dilación”.
“Como obispos, en el trato pastoral con la gente sencilla, hemos aprendido que ‘un plato de comida no se le niega a nadie’. Es que en nuestra patria nadie debería pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan. Sin embargo, hoy, a cientos de miles de familias se les hace cada vez más difícil alimentarse bien”, expuso la entidad presidida por monseñor Oscar Ojea.
En el documento titulado “El pedido del pan de cada día es un clamor de justicia”, la CEA resaltó que “es necesario anticiparse para que esta situación no profundice la crisis alimentaria”, por lo que “se debe facilitar a las personas, las comunidades y al pueblo aquello que se necesite para ayudar a los más frágiles, especialmente a niños, niñas, adolescentes y adultos mayores”.
“Ante una crisis no son suficientes los paradigmas tecnocráticos, sean estadocéntricos, sean mercadocéntricos, es necesaria la comunidad”, afirmó.
Asimismo, reseñó que “la inflación desde hace años crece día a día y pega fuertemente en el precio de los alimentos”, una situación que “siente claramente la clase media trabajadora, los jubilados y aquellos que no ven crecer sus salarios”.
“Ante este escenario de trabajo sacrificado y de bajos ingresos, las familias se privan de muchas cosas. Por ejemplo, una mamá puede privarse de tomar un colectivo y camina para ahorrar, pero de ninguna manera puede no darle de comer a sus hijos. Es decir, la comida no puede ser una variable de ajuste”, prosiguió el nucleamiento religioso.
Por otra parte, evocó que el tiempo de la pandemia “enseñó el valor de la respuesta comunitaria organizada” y que en aquel tiempo de emergencia sanitaria “se multiplicaron los comedores” en las parroquias, las Iglesias evangélicas y los movimientos populares.
Así, destacó que “las grandes protagonistas fueron las mujeres”, porque “cada una se acercó a la olla pensando no sólo en sus hijos, sino también en los de los vecinos”.
La entidad católica valoró que “esa reserva” social “está todavía presente”, y por eso “el Estado nacional, provincial y municipal tienen que aprovecharla para que nadie se quede sin el pan de cada día”.
“Todos los espacios de cuidado que dan de comer, todos los comedores comunitarios, de parroquias, iglesias evangélicas y de movimientos populares deben recibir ayuda sin dilación”, enfatizó la Comisión Episcopal.
“Toda esta comunidad, verdadero ejército de amor y servicio, está dispuesta a dar de comer ahora porque hace falta, pero sin renunciar a seguirse poniendo la patria al hombro, para que en nuestra querida Argentina se haga realidad el sueño de Tierra, Techo, y Trabajo para cada familia”, sentenció.