La producción de maíz para la campaña 2023/24 sufrió un recorte significativo de 11,5 millones de toneladas, descendiendo la estimación total a 47,5 millones, influenciada principalmente por los daños causados por la plaga conocida como “chicharrita”. Este ajuste impacta drásticamente a la producción de maíz tardío o de segunda, con especial incidencia en las regiones centro y norte del país. En el mercado doméstico la pérdida asciende a USD 2.045 millones, en tanto la estimación de exportaciones cae USD 1.634 millones.
“Este año, las condiciones han sido particularmente adversas para el maíz tardío, con la estimación de producción cayendo de 36,1 a 24,7 millones de toneladas”, indica el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. Esta caída representa una pérdida económica estimada en 2.045 millones de dólares a los precios actuales del mercado doméstico.
El informe detalla que la merma en la zona centro asciende a 6,5 millones de toneladas, un 16% menos respecto a la proyección de enero, mientras que la región norte explica una reducción de otras 3,8 millones de toneladas, o un 61% en comparación con las estimaciones anteriores. En contraste, la producción en la región sur muestra una caída de 1,12 millones de toneladas, o un 9,3%, siendo la menos afectada en términos relativos.
A pesar de la severa reducción en la producción, las exportaciones proyectadas para el ciclo 2023/24 se estiman en 31,5 millones de toneladas, un 25% por encima de la campaña anterior marcada por la sequía, pero aún por debajo del promedio de 35 millones de toneladas de los últimos cinco años. “El recorte de 8,5 millones de toneladas en el volumen de las exportaciones representa una merma en valor de 1.634 millones de dólares, previstas para ingresar con la cosecha de julio/agosto”, señala el informe.
Sin embargo, los datos oficiales muestran que, a mayo, el ritmo de comercialización está en línea con el promedio de los últimos cinco años, con los industriales y exportadores habiendo adquirido 17,6 millones de toneladas de maíz, representando el 36% de la oferta total.
En los primeros dos meses de la campaña comercial, marzo y abril, Argentina ha exportado un total de 7,8 millones de toneladas de maíz, valoradas en aproximadamente 1.565 millones de dólares. Estos números representan el segundo mayor registro en volumen desde el inicio de la campaña 2019/20 y el segundo mayor valor en dólares, superado solo por los 1.834 millones exportados en 2021/22, un período marcado por el conflicto entre Rusia y Ucrania que disparó los precios internacionales.
A pesar de la caída en las estimaciones de producción, el comercio de maíz y los embarques se han mantenido inusualmente altos para esta época del año, reflejando una estrategia de adelanto en las ventas externas posiblemente motivada por la incertidumbre económica global y las fluctuaciones de los precios internacionales. “El dinamismo en la exportación de maíz durante estos meses es notable y muestra una adaptación del mercado local a las condiciones internacionales que son altamente variables”, agrega el reporte.
¿Qué es la chicharrita?
Según la describe Aapresid, la chicharrita dalbulus es un insecto muy pequeño, de no más que 3 a 4 mm. El adulto es color crema translúcido con dos puntos más oscuros sobre la cabeza, con las alas más largas que el abdomen. Puede tener al menos siete generaciones desde septiembre a mayo. Los inviernos benignos de los últimos años podrían haber favorecido a la supervivencia en cultivos como trigo, cebada, avena, centeno, pasturas y diversas malezas para luego colonizar el maíz siguiente.
El efecto de la plaga es llamado achaparramiento del maíz, que es causado por la bacteria Spiroplasma kunkelii, y es es una enfermedad transmitida por la chicharrita al alimentarse. Afecta principalmente a maíces del norte del país, aunque en la actual campaña se convirtió en un dolor de cabeza en zonas donde antes no era un problema. Su potencial de daño es preocupante: las pérdidas de rendimiento pueden superar el 70 por ciento.