NICOLÁS BACCARO – Periodista. Twitter: @Nico_Baccaro
Aunque parezca extraño, los extremos de la interna del FdT se acercaron en las últimas horas a partir de una lectura común de beneficios mutuos. Las palabras de CFK en su entrevista en C5N, y ciertas interpretaciones posteriores, fueron festejadas por parte del entorno de Alberto Fernández que cree que abrieron la puerta a una posibilidad que se menciona hace tiempo: que Axel Kicillof sea el candidato kirchnerista a presidente. Justamente, el mayor impulsor de esa estrategia es el propio Máximo Kirchner, en articulación con algunos intendentes liderados por Martín Insaurralde.
El punto de encuentro en esa posibilidad para las dos orillas de la grieta frentetodista sería liberar la candidatura a gobernador, para la que ambas tienen aspirantes: la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, el propio Martín Insaurralde y hasta el mismo Wado de Pedro, que podría enrocar candidaturas con Kicillof tal como se viene especulando. Los movimientos de Máximo Kirchner e Insaurralde organizando recorridas al ministro del Interior por el conurbano y fotos con los jefes comunales en los últimos días, encuentros de los que no participó Kicillof, refuerzan las especulaciones y son celebrados en la Rosada.
A partir del re renunciamiento de CFK a una candidatura que nunca fue, el panorama comenzó a moverse en un FdT que venía trabado por la indefinición de su máxima figura y un operativo clamor que nunca quedó muy claro en su para qué. Con la vicepresidenta fuera de las boletas, y con la inflación limando con fuerza mes a mes la posibilidad de una candidatura de Sergio Massa, el escenario impulsado por el albertismo de unas PASO en todos los niveles cobra cada vez más fuerza. Trascendidos periodísticos del fin de semana dieron a entender que la propia CFK estaría más amigada con esa posibilidad, por la imposibilidad de contener a todo el oficialismo en una candidatura única que a su vez no aparece con fuerza, pero que no admitiría una interna multitudinaria. El riesgo de esa posibilidad es claro: una gran dispersión del voto oficialista en tres, cuatro o más candidatos podría dejar al más votado de ellos en el cuarto lugar en las PASO, debajo de Milei, Larreta y Bullrich. Casi una sentencia de muerte para el FdT de cara a las generales de octubre.
Pero la idea vertida por CFK que más se festejó en el albertismo, por su implicancia en la rosca interna, fue la visión de que la de este año no será una elección polarizada sino de tercios. La vicepresidenta expresó en la entrevista en C5N que lo importante en ese contexto es la consolidación de un piso alto de votos, pensando en la necesidad de llegar a la segunda vuelta, relegando a JxC o a Milei. Es allí donde la posibilidad de un Kicillof candidato a presidente suma fuerzas. “Es el único que la representa y contiene sus votos, el único que hoy por hoy garantiza un balotaje” piensa una fuente de línea directa con la Rosada.
Máximo Kirchner entiende lo mismo. Sus diferencias con Kicillof no son ningún secreto como tampoco lo es que, en su perspectiva, el Gobernador bonaerense debería encabezar la boleta nacional sencillamente porque es el candidato que mejor expresa hoy por hoy al kirchnerismo. Además, el manual de la política bonaerense indica que un buen candidato a gobernador con un mal candidato a presidente no es garantía de victoria por la dificultad que presupone un corte de boleta masivo. En ese sentido, la lectura del líder de La Cámpora es que Kicillof no sólo es el mejor candidato kirchnerista para las nacionales sino que también es quien más votos puede traccionar “desde arriba” para otro candidato a gobernador. Cuánto de esta lectura es pura estrategia política pensando en la victoria del FdT, y cuánto una coincidencia con los intereses de Insaurralde por despejar la candidatura provincial, es una pregunta cuya respuesta cae en el plano de las interpretaciones.
Lo cierto es que el intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia llegó a la Jefatura de Gabinete de la PBA impulsado por Máximo Kirchner y que ambos funcionan como un tándem en el peronismo bonaerense. Por ello, cuando la semana pasada tras la entrevista de CFK el aparato comunicacional de Insaurralde difundió pintadas en el conurbano que rezaban “Wado es Cristina”, la primera interpretación fue que La Cámpora y ese sector del intendentismo comenzaban a trabajar por la candidatura presidencial del ministro de Interior. Ese mismo día, De Pedro e Insaurralde entregaron juntos netbooks del programa Conectar Igualdad bonaerense en Merlo y Almirante Brown, sin la presencia de Kicillof.
Pero cuando este lunes, en medio de la escalada de la versión del salto del Gobernador a la candidatura nacional, apareció una nueva foto de De Pedro y Máximo Kirchner junto 24 intendentes de la Primera y la Tercera Sección Electoral, bajo la anfitrionía de la referente de La Cámpora, la quilmeña Mayra Mendoza, las especulaciones sobre el posible enroque crecieron. Sobre todo porque el argumento de que la reunión fue para organizar el acto del 25 de mayo sonó a poco, y porque nuevamente Kicillof estuvo ausente en el encuentro.
La semana pasada el entorno del Gobernador trabajaba, como viene haciendo, para la reelección en el marco de su plan 6×6. “Nosotros seguimos trabajando para ganar la Provincia. Cuando se defina la instancia nacional, se definirá el instrumento electoral” respondieron ante una consulta de este medio sobre la posibilidad de desdoblar los comicios en la PBA. La postura se vio reforzada unos días después cuando, tras las declaraciones de CFK, aparecieron carteles gigantes con la leyenda “Axel 2023 GOBERNADOR”. Las mayúsculas y minúsculas no fueron una elección de estas líneas sino de los diseñadores de esa cartelería.
Sin embargo, y en línea con las especulaciones del salto a nación, la espada comunicacional de Kicillof, su Jefe de Asesores y mano derecha, Carlos Bianco, declaró ayer en Radio con Vos que “eso de que ‘Axel se resiste’ o ‘no quiere’, nada de eso es real. Axel va a hacer lo que tenga que hacer, como hizo siempre. Nos cansamos de decirlo, acá no hay ningún proyecto individual ni aventura personal”. Bianco fue todavía más contundente al afirmar “si nuestra fuerza política decide que es estratégicamente lo mejor Axel no va a tener problema en hacerlo. Y cuando digo fuerza política me refiero a Cristina. Ella es la que tiene que definir la estrategia política y la táctica electoral”. La definición, en última instancia, sigue siendo de CFK.
Pero la pregunta clave entonces es, ¿quiénes se beneficiarían de un salto de Kicillof a la candidatura nacional? La referencia a Martín Insaurralde ya fue hecha. El lomense aspira hace años al Sillón de Dardo Rocha y sería una candidatura cantada de un sector del peronismo bonaerense en caso que el Gobernador no fuera por su reelección. En este punto hay un choque entre esta posibilidad y la teoría del enroque entre Kicillof y De Pedro, pero ninguna posibilidad puede descartarse a esta altura de la rosca.
Por el lado del Presidente, la principal beneficiaria de un cambio de estrategia del kirchnerismo bonaerense sería Victoria Tolosa Paz. La ministra de Desarrollo Social armó un acto a todo trapo hace un mes en Ensenada donde, si bien no anunció su candidatura, dejó entrever que su intención es competir en la provincia. Ese día la acompañó el corazón del albertismo: el Jefe de Gabinete, Agustín Rossi; el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández; y el ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero. A pesar de que este fin de semana se vio Tolosa Paz con Daniel Scioli en Plaza de Mayo y las especulaciones la ubicaron como una posible candidata de fórmula del “pichichi” en una PASO, lo cierto es que la platense se mueve y construye en clave bonaerense.
En este sentido, en el albertismo descuentan que un Kicillof candidato a presidente ganaría una interna contra Scioli, pero el cálculo también los lleva a proyectar una victoria de Tolosa Paz en una interna provincial, ya sea contra De Pedro o contra Insaurralde. “Sin Axel en la provincia no hay candidaturas únicas, hay PASO” sentencian. El desconocimiento que debería revertir el ministro del Interior o las internas que mantiene Insaurralde con otros sectores importantes del peronismo bonaerense, son vistas por el núcleo albertista como elementos que harían imposible una candidatura única y desde allí se envalentonan para plantear la competencia con la ministra como su espada.
Un segundo nivel de la rosca en estas especulaciones es qué harían los intendentes en el hipotético caso que hubiera una PASO en la provincia. El kirchnerismo presionó en un momento de las discusiones a Alberto Fernández con el planteo de que si no se bajaba y planteaba unas PASO tendría que conseguir candidatos propios en todas las categorías. Es decir, no se compartirían candidatos entre las listas de la interna. Con el Presidente fuera de la competencia, el albertismo ahora tensiona planteando a los intendentes que no tienen por qué asumir el riesgo de ir sólo en una boleta de las PASO si las hubiera. “Lo lógico sería pensar que los intendentes no van a permitir que no los dejen ir colgados de las dos boletas. Sería demasiado riesgoso ir acompañando solo una” pinchan desde la trinchera albertista.
Se acercan las definiciones y sube la temperatura de la rosca al interior del oficialismo. Con la incógnita de qué dirá CFK en Plaza de Mayo, las mayores expectativas están puestas en el post 11 de junio, fecha que tendrá los comicios de Tucumán y San Luis como protagonistas y luego de los cuales se desarrollará una cumbre de gobernadores peronistas. Se espera que de allí surjan las primeras definiciones, aunque no puede descartarse que la vicepresidenta marque un rumbo el próximo jueves en el aniversario de la asunción de Néstor Kirchner.
Por lo pronto, el tiempo sigue siendo un factor clave y todavía hay agua por correr bajo el puente. Si bien Kicillof es hoy el candidato más fuerte del kirchnerismo, Wado de Pedro viene levantando mucho su perfil y si llega con números aceptables a fines de junio quizás CFK decida ir a lo seguro en provincia con la reelección del Gobernador y reforzar lo propio con un candidato competitivo, al menos para la interna que definirá la conducción del peronismo en lo que viene. El tiempo también permitirá ver cómo termina llegando Sergio Massa, una opción que cerca de la Rosada descartan pero el kirchnerismo no deja de sostener. Lo cierto es que si CFK decide ir a todo o nada con Kicillof en la nación, habrá que atender a la rosca y la interna que se abrirá por la sucesión en la provincia, que promete ser intensa.