Un episodio que comenzó como una simple intervención policial en una vivienda, terminó desencadenando una preocupante escalada de violencia en Pergamino, dejando en evidencia el alto grado de inseguridad que afecta a la ciudad y la necesidad urgente de implementar medidas efectivas en esta área.
En horas de la noche, un llamado al 911 alertó sobre aparentes disparos realizados contra la propiedad de una mujer en calle F. Blanco. Cuando el personal policial llegó al lugar para entrevistarse con la víctima, dos sujetos armados llegaron en una moto y abrieron fuego contra los efectivos, quienes tuvieron que resguardarse detrás del móvil para evitar ser alcanzados. Los atacantes huyeron rápidamente tras el ataque.
Este episodio ha generado un profundo malestar entre los vecinos de Pergamino, quienes sienten que la inseguridad ha sobrepasado los límites tolerables. La policía, con recursos insuficientes, hace lo que puede, pero la falta de personal y logística limita su capacidad de respuesta ante una situación que parece empeorar.
Pergamino ha experimentado un notable crecimiento demográfico en los últimos años, pero la infraestructura de seguridad sigue siendo la misma de hace dos décadas. Mientras tanto, las disputas entre el gobierno local y el provincial agravan el problema, dejando a la población en un estado de indefensión.
La comunidad exige que el gobierno local priorice la seguridad. De los $3.700 millones destinados a la Secretaría de Seguridad en el presupuesto municipal de 2025, la asignación parece insuficiente cuando se contrasta con los $3.000 millones proyectados para la construcción de un estadio único.
Sin recursos logísticos y humanos suficientes, la prevención del delito es imposible. Es necesario que se implementen nuevas políticas de seguridad y que las autoridades locales asuman la responsabilidad de brindar soluciones concretas y efectivas para devolverle la tranquilidad a una ciudad que alguna vez tuvo el alma de un pueblo pacífico.
El episodio ocurrido no solo refleja la gravedad del problema de la inseguridad en Pergamino, sino también la urgencia de un cambio de rumbo en las políticas públicas para garantizar la calidad de vida de sus habitantes. La seguridad no debe ser una opción; es una necesidad que demanda atención inmediata.