En el Centro Integrador Comunitario se llevan adelante a diario diversos talleres de interés para jóvenes de 12 a 21 años promovidos por la Secretaria de Desarrollo Social. Para conocer el funcionamiento del programa dialogamos con las psicopedagogas que lo coordinan.
El Programa Envión se ha transformado en los últimos años en una gran posibilidad que tienen los jóvenes rojenses de aprender un oficio, practicar una disciplina, disfrutar del trabajo en grupo y plantearse nuevos objetivos de manera constante.
Este programa, que funciona bajo la órbita de la Secretaría de Desarrollo Social, ofrece una amplia gama talleres que llevan a cabo de lunes a viernes en el Centro Integrador Comunitario de barrio Progreso, funcionando de 15 a 19 horas.
En el 2024 el Programa Envión ha comenzado con un notable éxito, que han llevado en algunos casos a las coordinadoras a dividir los grupos para poder cumplir con la demanda.
El equipó técnico que trabaja en el Programa Envión está conformado este año por las psicopedagogas Fernanda Elissamburu y Camila Manzolini, además de las trabajadoras sociales Micaela Fernández y Brenda Severini.
Precisamente las psicopedagogas que conforman el equipo técnico, nos visitaron esta semana en El Nuevo en Radio, donde comentaron acerca del funcionamiento del programa y los detalles de cada uno de los talleres.
En principio Fernanda Elissamburu comentó que “hace un par de años se viene trabajando acá en la ciudad con el Envión, que es un programa destinado a jóvenes entre 12 y 21 años, con la idea es brindar diferentes tipos de talleres que facilitan a los jóvenes la posibilidad de insertarse laboral y también de desarrollarse en alguna actividad en particular “.
Camila Manzolini detalló que «dentro de los talleres tenemos baile, estética, maquillaje, carpintería, entre otros, siempre con la intención de capacitarlos en distintos oficios y generar oportunidad para los jóvenes que asisten, que por cierto son muchos, ya que hoy estamos en una cantidad de entre 60 y 70 personas que concurren.
Es importante que la comunidad sepa que no hay cupo, o sea que la inscripción está abierta todo el año, de allí que tenemos muchos jóvenes que se van sumando a medida que se van enterando por el boca a boca y se prenden con mucho entusiasmo».
«También es un espacio de contención, porque contamos con un equipo técnico que está conformado por cuatro personas que permanentemente estamos asistiendo, en el caso nuestro que es el área de psicopedagogía, y después están dos trabajadoras sociales que son Brenda Severini y Micaela Fernández.
Tanto Camila como yo iniciamos en enero con este proyecto y para nosotras una alegría porque marca que es un trabajo social, donde se ve la interacción entre los jóvenes mismos, entre ellos con nosotras“, expresó Fernanda.
Respecto al inicio de actividades en este 2024 Camila Manzolini indicó: «Comenzamos en enero por una cuestión de gestión y de organización, para ir preparando todo, mientras que los chicos iniciaron los talleres en la segunda semana de marzo, y se extiende durante todo el año hasta el 15 de diciembre“.
«Generalmente se piensa que el Programa está destinado únicamente para los chicos y personas del barrio del CIC, pero en realidad es un programa que está abierto a toda la comunidad, o sea que de cualquier escuela, de cualquier barrio pueden asistir, y es importante que sepan que durante todo el año tenemos muchos proyectos que pretendemos llevar a cabo como por ejemplo sacar a los chicos del SIC a otras zonas de la ciudad , quizás ir al Parque General Alvear a participar de algún evento, y así seguramente en otros lugares, como para que se pueda visualizar y no queden simplemente en el CIC”, explicó la psicopedagoga Manzolini.
La misma profesional sostuvo que «el Programa Envión está adaptado a las necesidades de los jóvenes de hoy en día, de allí que contamos con el taller de computación que tiene mucha demanda y está a cargo de Máximo Rosanigo. En este marco además contamos con redes sociales y tratamos de involucrar a algunos alumnos para hacer videos, presentación, ellos fabrican sus propios videos y los publican, con el objetivo de difundir a la comunidad los diferentes talleres, y así incentivar a otros adolescentes a que se vayan sumando”.
Por otro lado Fernanda Elissamburu señaló que «más allá de lo que hablábamos del taller de computación, tampoco nos olvidamos de otro tipo de profesiones, por eso contamos con el taller de carpintería, el de huerta, es como que todos los talleres se van integrando entre sí, me refiero a que los productos de la huerta los podemos utilizar en el taller de cocina, si para la huerta se necesita tal cosa se hace en carpintería, es como que van trabajando para ellos mismos.
» Los chicos pueden hacer la cantidad de talleres que quieran, cada taller se realiza dos veces a la semana y pueden ir eligiendo en la medida que los horarios se lo permitan, en general hacen tres o cuatro», apuntó Camila, en tanto Fernanda agregó que “la concurrencia es súper positiva, nosotras quizás esperábamos cierta cantidad, pero lo que quizás teníamos dudas sobre la continuidad, sin embargo están muy entusiasmados, van todos los días, lo cual a nosotros nos motiva para seguir proyectando y pensando el programa desde otro lado”.
Fernanda Elissamburu explicó que «algunos de los talleres ya se vienen realizando el año pasado y tienen una continuidad, de allí que ya cuentan con un muy buen número de concurrentes, de hecho al de cocina lo tuvimos que dividir en tres grupos, y ahora estamos con talleres nuevos en los cuales también se van prendiendo, como por ejemplo peinado, maquillaje, que es más apuntado a las chicas.
Mientras tanto para ir pensando cada uno de los talleres lo que hacemos es ir preguntando, consultando los intereses de los chicos que van y después vemos que es lo que se puede y que es lo que no, y en general la demanda por el momento se está cumpliendo».
“Contamos con familiares que acompañan a los que serían más chicos, sobre todo a los que no son del barrio, que son invitados por los chicos que viven más y también se han animado”, añadió.
Camila Manzolini expresó que “el mayor rango etario está entre los 13 y los 15 años, una edad que es muy difícil a veces de atrapar, sin embargo acá vemos que están siempre muy dispuestos, mientras que a partir de los 18 ya pueden cumplir el papel de tutores y acompañarnos a nosotras como equipo técnico gestionando, proponiendo y siendo intermediarios entre los chicos y nosotras”.
“En el equipo de trabajo nos manejamos generalmente por duplas y nos vamos turnando, mientras tanto vamos teniendo reuniones de equipo para ir definiendo como llevamos adelante el programa, coordinando estrategias, si los planteos que hacemos están funcionando, si tenemos que generar nuevas propuestas. Además tenemos contacto con los chicos todo el tiempo que es lo que más nos gusta.
En ese sentido al ser muy adolescentes vienen con sus problemáticas o la necesidad de hablar y ser escuchados, así que muchas veces nos toman más como amigas, lo cual está bueno porque es otra de las finalidades que tiene este espacio, donde tenemos que estar atentos a lo que les pasa”, manifestó Fernanda.
Camila precisó que «también brindamos un acompañamiento en lo pedagógico, es decir que si alguno lo necesita también llevan para hacer la tarea de la escuela, o sea que es un ámbito donde no solo aprenden un taller, sino que además se les brinda contención en distintos aspectos”.
«Todos los talleres son destinados a las diferentes edades, en ese sentido es totalmente amplio el programa, y son más de diez los que se ofrecen y son estética, teatro, funcional, computación, peinado, cocina (baile, huerta, kickboxing, carpintería, vóley y canto», agregó.
Fernanda destacó que «los profes tienen mucho entusiasmo en ir, acompañar, orientar, algunos ya venían trabajando dentro del programa, otros no siguieron y los demás los fuimos buscando, por ejemplo la profe de canto Andreina Del Moral fue parte del equipo técnico del año pasado y tenía un vínculo con los chicos».
Camila Manzolini detalló los talleres y profesores a cargo: «Está Máximo Rosanigo en computación, Manu Tala en Kick Boxing, en huerta Verónica Vázquez, en carpintería, Santiago Santos, Peinado, estética, pestañas, con Clara Piovano. En baile está Marimar Tisera, en teatro es una profe de Pergamino, Alba Escobar, en cocina, Sandra Romero, mientras que en funcional y vóley está Oriana Habib».
«El CIC tiene un gran espacio, contamos con la huerta que está en el patio, donde también se hace carpintería, además contamos con un SUM muy grande, está la cocina, y un par de salones más para los talleres», subrayó Camila.
Fernanda indicó que «en cuanto a elementos de trabajo estamos muy bien gracias al municipio que nos provee de los recursos y recibimos algunas donaciones porque los chicos también meriendan ahí, a las 5 de la tarde hacemos un corte y van a merendar».
«La idea es a fin de año organizar una muestra de todo lo que se hizo durante este año, sería un proyecto para integrar todos los talleres en una misma muestra», explicó Camila, mientras que Fernanda aclaró que «el programa de trabajo lo coordina cada talleristas con los alumnos, incluso hay chicos que llevan sus proyectos propios así que por ejemplo en la carpintería se van con la herramienta que quisieron fabricar, así también pasa con el resto de los talleres-
«Tenemos aproximadamente 10 chicos por taller, y el que más concurrencia tiene es cocina, donde tenemos anotados 40 alumnos más o menos, así que los dividimos en grupos. En el caso de cocina se da los lunes, miércoles y viernes y tenemos un grupo cada, también lo hacemos porque el espacio no es muy amplio y por una cuestión de seguridad», indicaron.
Sobre la conformación del cronograma de actividades las psicopedagogas señalaron que «nos llevó un tiempo porque hubo que ir dividiendo los grupos y acomodarnos según el espacio para que cada tallerista cuente con su salón y no se interponga con otro. Otra cuestión a aclarar es que no importa el genero, o sea que cualquier puede ir a todos los talleres y si les interesa pueden hacer dos o tres talleres en el año».
«El apoyo escolar generalmente lo hacemos en la hora de la merienda, donde preguntamos si alguno tiene alguna inquietud, o ver si tienen alguna dificultad, o les quedó tarea que quieran hacer, en ese sentido les damos el espacio para que puedan hacerlo, eso según lo que nos transmitan cada uno de los chicos», apuntó Camila.
«En el caso de la huerta la mayoría ha llevado el emprendimiento a la casa, y de carpintería nos decía el profe que le he han consultado para continuar con la capacitación por fuera del programa para comenzar con el oficio», sostuvo Fernanda.
Acerca del significado que tiene esta experiencia de trabajo Camila Manzolini señaló: «En mi caso trabajo con adolescentes, de hecho lo hago además en la escuela técnica, así que a mí me encanta, me encanta trabajar con ellos y me siento una par, y lo que buscamos desde nuestro lugar es darle la confianza para que ellos tengan un oído, digamos que en lo personal significa algo que le hace bien al alma».
Mientras que Fernanda comentó: «Generalmente trabajo con adultos mayores, pero mientras estudiaba hice mucho trabajo social en barrios y con adolescentes y es muy gratificante la devolución que encontrás, ellos escuchan atentamente, visibilizan sus problemas y nosotras estamos para escuchar todas sus inquietudes, vemos que para ellos sienten esa compañía y más allá de que son adolescentes y a veces cuesta llevarlos, en general la convivencia es súper amena, una vez que nos vamos conociendo la relación es diferente», expresó Fernanda.
Las profesionales puntualizaron que «la inscripción, reiteramos, está abierta todo el año, y como es a partir de los 12 años quizás algunos los cumplen en octubre y lo arrancan en esa fecha para luego continuar el año que viene. Además vale aclarar que tenemos el receso invernal al igual que en las escuelas, los feriados no hay actividad, en ese sentido corremos por igual que los servicios educativos».
«Cuando se acercan chicos que todavía no cumplieron los 12 año les ofrecemos es los talleres de Santa Rita, donde funcionan una serie de talleres, curso, apoyo escolar y eso es para niños de hasta 12 años, o sea que el Municipio propone actividades para todas las edades», destacaron.
Sobre lo que significa esta experiencia de trabajo Camila contó: «En mi caso trabajo con adolescentes, de hecho lo hago además en la escuela técnica, así que a mí me encanta, me encanta trabajar con ellos y me siento una par, y lo que buscamos desde nuestro lugar es darle la confianza para que ellos tengan un oído, digamos que en lo personal significa algo que le hace bien al alma», concluyeron.