La vecina localidad de Carabelas sigue siendo cuna de muy buenos pilotos de automovilismo, con jóvenes que tienen deseos de continuar con el legado que ha dejado el querido Luis María Martínez y con los momentos que todavía sigue regalando Catoca De Gaetani.
Una de las últimas apariciones del deporte de los fierros carabelense es Agustín Álvarez, hermano de Joaquín, quien viene sumando triunfos y muy buenas actuaciones en el TC 2000 Santafesino, con posibilidades de quedarse con el título en su primera temporada en la categoría.
Agustín Álvarez conversó sobre su presente en Panorama Deportivo, donde afirmó que «el automovilismo es una pasión que tengo desde muy chico, desde que arrancó mi hermano en el karting, y en mi caso tuve la posibilidad de subirme por primera vez a un auto de competición en el 2019, donde hice dos carreras, pero después se cortó todo por la pandemia, hasta este año que arranqué firme de nuevo».
«Durante la pandemia el auto quedó bien lavadito en el taller, en tanto cuando se abrieron las actividades llevé el motor a hacerle e service para tenerlo listo de cara a la primera carrera de este año», indicó.
En relación a la categoría en la cual compite comentó que «el TC 2000 Santafesino se ha puesto muy competitivo en las últimas fechas, con más de 20 autos todas las carreras y hay que lucharla bastante para andar adelante, hay grandes pilotos y no hay mucha diferencia en los tiempos».
«Estoy corriendo con un Ford Escort de la línea vieja, modelo ´93, pero da que hablar todavía, es un auto propio que lo compré en el 2019, y los motores me los hace Federico Zabala en Rojas, que me lo deja hecho un cañón, en tanto el chasis lo hacemos en el taller con mi hermano y mi viejo, mientras que los amortiguadores están a cargo de Gustavo, de Bombal», señaló, agregando que «siempre fue una categoría que me gustó, aunque la idea al comprar el auto era que sea para rally, pero hubo algunas confusiones en el medio y me dieron un auto de pista, así que me incliné de lleno al TC 2000 Santafesino, donde la intención es seguir corriendo hasta fin de año, aunque en 2023 me gustaría pasar a la Fórmula, pero estará medio complicado para que mi hermano me preste el auto (risas), capaz podemos hacer un intercambio».
«Hay 6 o 7 autos que siempre estamos dentro del segundo y nos sacamos los ojos para la punta y ante cualquier error el otro pasa adelante, lo bueno es que son todos competitivos y hay que estar muy concentrados en todo momento», confesó.
Respecto a sus desempeños a lo largo del año manifestó que «en la primera carrera terminé quinto, algo que no me esperaba porque el auto no andaba bien, en la segunda abandoné porque se rompió la bomba de nafta y ya después hicimos un replanteo en cuanto al service, y para la tercera carrera mejoramos muchísimo, tal es así que me quedé con el triunfo de punta».
«En la cuarta carrera se me rompió la caja de cambios, pero pude llegar noveno, fue en la fecha de invitados que la hice con mi hermano, que también llegó noveno con el mismo problema.
Luego se dio el triunfo en la quinta competencia, en tanto en la fecha doble, largué primero el sábado, pero tuve un problema en el carburador y quedó a los 11, mientras que el domingo gané la final con contundencia», continuó.
«En la octava fecha, que se corrió en Marcos Juárez clasifiqué octavo a 7 décimas y el domingo cuando llegamos al circuito se largó una lluvia torrencial, no se veía ni la trompa del auto, fue algo nuevo para mí, sin embargo, pude terminar segundo», subrayó.
Para Agustín Álvarez «el hecho de correr con mi hermano fue algo muy lindo para mí y la familia, aunque hubo algunas discusiones (risas), porque le decía que vaya por un lado, él me indicaba otra cosa, pero al final terminamos los dos en las mismas posiciones, me quedé con las ganas de ganarle».
El piloto de Carabelas recordó que «la fecha del primer triunfo fue fantástica, porque me tocó clasificar primero el sábado, me temblaban las manos al bajar del auto, y el domingo me agarró un dolor de panza bárbaro al largar la serie adelante, hasta tenía ganas de bajarme, pero pude mantener la diferencia y luego trasladar el rendimiento a la final, fue soñado».
«En el campeonato estoy tercero a 15 puntos del primero y a 3 del segundo, se puso realmente al rojo vivo porque está para cualquiera de los tres, incluso el cuarto tiene algunas chances, pero está a cuarenta puntos», sostuvo, marcando además que «quedan dos fechas para el final, la próxima que será el 15 y 16 de octubre en Rosario y la última será en noviembre en San Jorge, dos circuitos muy lindos, como todos en los cuales corre el TC Santafesino.
Para esta carrera que se viene tenemos que ir a probar porque es un circuito que no conozco, así que vamos a ir en estos días para ver como responde el auto y porque lugares tiene sus mañas».
El corredor de la vecina localidad considera que «uno va mejorando a medida que se va subiendo al auto, tengo bien en claro que debo ir de menos a más, mientras tanto los triunfos sirven para seguir agarrando confianza, por eso siempre vamos con la intención de pelear por el primer puesto».
Agustín Álvarez habló de los objetivos para el año próximo: «Si no concretamos la negociación con mi hermano para correr en la fórmula voy a defender el número que me toque este año, si es el uno bárbaro, y si es otro iremos por la revancha, en tanto más a futuro me gustaría llegar a la clase 2 del Turismo Nacional, algo que por ahora parece bastante difícil por el tema de los costos, de todos modos, el objetivo está en la cabeza».
«Hay mucha gente que me está acompañando y le quiero agradecer, primero a toda la familia que me dan una mano muy grande, a Federico Zabala por los motores que me da, a Gustavo Biani por los amortiguadores, a Yerco Campo, Corredora Pampeana, a la delegación Carabelas y Transporte Los Chicos», completó una de las últimas grandes apariciones del automovilismo carabelense.