Las dos preguntas que más inquietan hay a los inversores, sean grandes o pequeños, es hasta cuándo podrá el Gobierno seguir devaluando el precio del “billete” y si después tendremos o no, un rebote que justifique comprar lo que hoy “parece” barato.
Que a muchísima gente y empresas no le alcanza para vivir, no es novedad. Que ello los ha obligado a romper “el chanchito” para vender sus dólares, y que esto es la principal causa de la revaluación del peso tampoco (la contracara es la caída del precio del dólar blue). Desde ya que sería mucho más agradable poder decir que es la confianza en el nuevo Gobierno lo que está fortaleciendo nuestra moneda, pero ni desde oficialismo se animan a apelar a semejante argumento.
Esta especie de círculo, vicioso o virtuoso dependiendo de donde se esté parado, derivó en que desde octubre -sí, el proceso arrancó en tiempos de Sergio Massa ministro- el precio del “billete” retrocediera por cuatro mes consecutivos en términos reales (y con el blue en $ 980 y una inflación para marzo que seguramente será mayor al 10%, apunta sumar un quinto mes) desplomándose 40.8%.
Ciclos con más de cuatro meses consecutivos de caída del precio de la moneda yanqui en términos reales, hemos tenido muchos en Argentina. Tantos como 35 desde 1959. El más largo correspondió a los 35 meses entre marzo de 1978 y enero de 1981 (parte de “La Tablita” de José Alfredo Martínez de Hoz, durante el cual el billete se “atrasó” 72% frente al peso y el “deme dos” en Miami se volvió una furia), pero a no asustarse, en promedio los ciclos bajistas han durado 3 meses y cualquier cosa debajo de los siete está dentro de lo “normal”.