La magia rural de Copetonas. (Margarita Kisbye) 

Copetonas, el pueblo que nació con la llegada del tren y hoy es dueño de la torta frita 

Por Agencia DIB 

Copetonas, en el partido de Tres Arroyos, está enclavado muy cerca del río Quequén Salado y su historia comenzó a escribirse el 11 de octubre de 1912, día de su fundación, y cuando llegó hasta allí el Ferrocarril del Sud. Pero sus calles tranquilas y los surcos que se abren en los fértiles campos de la zona esconden restos de un pasado de fortines, malones, guaridas, gauchos bravos y caravanas colonizadoras. 

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En su época de auge entre los años 40 y 50 tuvo unos 5000 habitantes, aunque hoy rondan los 1200. Los terrenos fueron cedidos por Pedro Carrera y Manuel Candia y fue la empresa ferroviaria la que le dio el nombre. Entre simpático y pegadizo, el nombre Copetonas se lo ganó por un tipo de perdiz que abunda en el campo, también conocida como martineta de peculiar pelaje y con un penacho en la cabeza. 

Este fin de semana, una gran multitud que llegó desde diversos puntos de la provincia de Buenos Aires respaldó la Fiesta del Mate y la Torta Frita, un evento que ofreció gastronomía, fogones, artesanías, danzas folklóricas y espectáculos musicales. 

Esta fiesta que se realiza cada año, reúne el trabajo de los vecinos y el apoyo de toda la región que llega hasta estas tierras en busca de pasar un buen momento rodeado, entre otras cosas, de dos tradiciones argentinas: mate y torta frita. De hecho, para esta edición cocinaron la increíble cifra de 1500 docenas, contó el diario La Voz del Pueblo. 

La gente en la Fiesta del Mate y la Torta Frita. (La Voz del Pueblo) 

Descanso y ruralidad en Copetonas 

Tomarse un fin de semana en Copetonas es vivir al máximo la ruralidad, donde la hora de la siesta es sagrada. Y hay muchas actividades para hacer como visitar el antiguo Bar de Lera, un almacén de Ramos Generales que conserva su espíritu de época, donde tomarse una grapita o comprar alguna cosa que uno haya olvidado o alguno de los productos del Instituto Almafuerte, que fabrica encurtidos envasados. 

Como sucede muchas veces, la mejor forma de conocer el pueblo y sus alrededores es a caballo. Por esa razón siempre hay algún paisano dispuesto que ofrece su tropilla mansa para disfrutar de una perspectiva diferente. Para el que no es tan campero también se pueden alquilar bicicletas. 

Copetonas y un viaje al pasado. (Luciana Juarez) 

En el Museo Regional y Centro Cultural, se puede ver una muestra de elementos rurales y curiosos de la historia y la vida cotidiana del pueblo, además de una muestra arqueológica. En el Museo el mate es protagonista, reflejando el espíritu arraigado de la tradicional Fiesta del Mate y la Torta Frita. 

Pero sin dudas los más inquietos van a disfrutar mucho de la propuesta que se plantea alrededor del río y sus corrientes. En la llamada Cueva del Tigre, sobre el río, funciona un balneario rústico donde en esta época se puede ir a pasar la tarde, disfrutar del sol y tomarse unos amargos. La Casacada Cifuentes es el salto de agua más alto de toda la Provincia de Buenos Aires sobre el Quequén Salado. La caída supo ser parte de una represa que abastecía de electricidad a los pueblos Copetonas y Oriente. (DIB) 

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