Lo aseguró la encargada del comedor de barrio Progreso que funciona desde hace ocho años, indicando también que los sábados a la mañana se acercan niños a desayunar y luego se les da el almuerzo a más de 70 personas.
En medio de una situación económica que es cada vez más caótica, con un gobierno nacional que pareciera darle la espalda a quienes más lo necesitan, aparecen personas y entidades que le ponen el pecho a la crisis, que brindan el corazón y hasta lo que no tienen para tenderle una mano a aquellos que más lo necesitan.
En Rojas son varios los corazones solidarios que tenemos en diferentes lugares de la ciudad, uno de ellos es el Comedor Comunitario que funciona desde hace ocho años en el barrio Progreso, que la tiene a cargo a Graciela Domínguez.
El comedor comunitario de barrio Progreso funciona los días sábados, cuando la tarea comienza muy temprano, ya que a media mañana las cocineras reciben a varios niños con el desayuno, mientras que al mediodía son decenas de personas las que se acercan por el almuerzo.
Graciela Domínguez, en diálogo con este medio, comentó que cada sábado son cuatro o cinco personas más las que se acercan a pedir el almuerzo, y que en total el último fin de semana fueron 78, entre las cuales hay familias numerosas, personas que no tienen empleo y jubilados a los cuales lo que cobran no les alcanza para la comida.
La encargada del comedor destacó la solidaridad y el apoyo de la comunidad, pero además indicó que necesitan cada día más, porque hay vez que no llegan a cubrir toda la demanda.
“La estamos peleando como se puede con el comedor, porque cada sábado vienen más personas y lo que hay no alcanza. Siempre agradezco siempre a todas las personas que colaboran y nos dan una mano grande, pero la realidad es que no está alcanzando la comida“, aseguró
“Destaco que la gente de Rojas es muy solidaria, siempre fui muy agradecida porque siempre están colaborando, lo que sucede es que a veces no nos alcanza porque cada sábado tenemos más personas y son familias numerosas y tenemos que darle los platos bien cargados, sabiendo que no le solucionamos el problema de toda la semana, pero al menos se llevan el almuerzo y algo para la noche“, explicó.
Por último pidió: “Todas las personas que quieran colaborar tienen que saber que tenemos las puertas abiertas y el corazón grande para recibir lo que nos puedan donar para darle de comer a esta gente que lo necesita“.
La responsable del comedor de barrio Progreso contó que “también están viniendo chiquitos a desayunar, este sábado se acercaron 20 nenes que tomaron el té con leche, con las facturas que me donan las panaderías y el pan también, así que les preparé unos sanguchitos con queso a través de una buena donación que nos llegó desde el área de Bromatología.
«Respecto al resto de la gente viene los sábados, cada fin de semana tenemos cuatro o cinco personas que se van agregando y justamente este sábado preparamos para 78 personas, además tenemos los chiquitos que se quedan a almorzar. Son 78 personas de familias muy numerosas, hay gente muchas familias numerosas, muchos abuelos que no les alcanza la jubilación, gente desocupada y bueno, hay un popurrí muy lindo acá para entretenerse y ayudarlos en lo que podemos“, expresó.
Graciela Domínguez comentó además: “Siempre estoy pidiendo la colaboración a la comunidad, pido que nos acerquen pastas, a las fábricas de pastas que nos hagan una donación, porque de vez en cuando algunos tallarines o algunas etapas para empanadas nos vendrían muy bien para darle de comer a la gente“.
En relación al funcionamiento del comedor explicó que “preparamos sobre la marcha, a medida que yo voy pidiendo y me van mandando, preparamos a la mañana los sábados, o por ahí venimos los viernes y si no, ya estamos temprano a partir de las 7 estamos cocinando. Por lo general preparamos guisos o estofados, que es lo que más rinde, pero de vez en cuando me gustaría preparar unos lindos tallarines.
Este sábado por ejemplo hicimos polenta con queso y tuco, aunque me gustaría sumar otro tipo de alimentos para cambiar el menú, aunque no por eso dejo de agradecer a cada colaboración porque todo es comida todo es comida, además entiendo que la situación está difícil para todos“.
“Destaco que la gente de Rojas es muy solidaria, siempre fui muy agradecida porque siempre están colaborando, lo que sucede es que a veces no nos alcanza porque cada sábado tenemos más personas y son familias numerosas y tenemos que darle los platos bien cargados, sabiendo que no le solucionamos el problema de toda la semana, pero al menos se llevan el almuerzo y algo para la noche“, subrayó.
Por último manifestó que “todas las personas que quieran colaborar tienen que saber que tenemos las puertas abiertas y el corazón grande para recibir lo que nos puedan donar para darle de comer a esta gente que lo necesita“.