El Gobierno Nacional inicia el proceso de licitación de la segunda etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, conocido como el Gasoducto del Norte, con el objetivo de asegurar el abastecimiento interno con producción incremental de Vaca Muerta y así lograr un ahorro de divisas en importaciones por USD 6.000 millones para fines de 2024.
En efecto, el Gobierno a través del Ministerio de Economía, la Secretaría de Energía y la empresa Energía Argentina (ENARSA), impulsan otras dos obras claves para el sistema gasífero; la reversión del Gasoducto del Norte y el Tramo II del Gasoducto Néstor Kirchner.
En el primero de los casos, la licitación de la reversión tuvo su puesta en marcha el viernes pasado con la recepción de ofertas y la apertura de antecedentes de la empresa estadounidense Pumpco, y las locales BTU y Techint-Sacde, estas últimas que ya tuvieron a cargo distintos renglones del Tramo I.
La licitación está conformada por el renglón 1 que abarca la reversión de cuatro plantas compresoras del Gasoducto Norte, el loop de ampliación y la construcción de los 22 kilómetros finales de un nuevo tramo de 122 kilómetros totales entre Tío Pujio y La Carlota; el renglón 2 abarcará del kilómetro 0 al 50 y el renglón 3 del kilómetro 50 al 100.
Para los próximos días, luego de sortear la etapa de vista para observaciones e impugnaciones, se podrá avanzar con la apertura de las ofertas económicas, la adjudicación y firma de contratos a mediados de octubre, con la idea de tener la segunda etapa de la obra finalizada y operativa en mayo de 2024.
Cabe destacar que, ambas obras tienen el antecedente inmediato de la primera etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, cuyos 573 kilómetros de extensión fueron concretados en un plazo récord de 10 meses desde el corazón del no convencional neuquino, en la planta de Tratayen, hasta la localidad bonaerense de Salliqueló.
Esa capacidad de transporte adicional de 11 millones de metros cúbicos diarios /MMm3/d) permitió desde su puesta en marcha un ahorro por sustitución de importaciones de USD 420 millones en apenas dos meses (actualmente unos USD 12 millones diarios), y de USD 1.600 millones para 2023.
Una vez concluida las dos nuevas obras, se estima que el gas de Vaca Muerta estará en condiciones de sustituir completamente las importaciones desde Bolivia, cuya producción atraviesa un fuerte declive en los últimos años al punto de no poder garantizar un abastecimiento mínimo al país para 2024.
Además, la reversión posibilitará un ahorro de USD 1.600 millones de importación para el año próximo, lo que sumado a los USD 4.400 millones de sustitución de la etapa I del Gasoducto Néstor Kirchner permite alcanzar la cifra de USD 6.000 millones entre los dos proyectos, una cifra sustanciosa teniendo en cuenta la gran necesidad de divisas extranjeras que tiene Argentina producto de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tan sólo con este escenario, en el Gobierno aseguran que el año próximo la balanza energética que fue negativa en 2022 por unos USD 4.500 millones, podrá estar equilibrada este 2023 con un leve superávit de USD 100 millones, pero dar un salto positivo en 2024 hasta los USD 3.800 millones.
En tanto, el costo total de la segunda etapa del Gasoducto Néstor Kirchner será de USD 3.200 millones de acuerdo a estimaciones oficiales, por lo que el financiamiento será uno de los temas clave de la licitación, ya que correrá a cuenta de los privados ofertantes, y ya no por parte del Estado nacional.
Es preciso señalar que, la puesta en marcha de la segunda etapa del Gasoducto Néstor Kirchner no sólo complementará el abastecimiento interno, sino que fundamentalmente permitirá proyectar la exportación del gas de Vaca Muerta a los cordones industriales del sur de Brasil, a través de la infraestructura adicional a la existente hasta la localidad de Uruguayana, a través del Gasoducto del Mercosur, o de Montevideo por el Gasoducto Cruz del Sur.