Para hacer una actividad física, para mejorar la estética, para despejar la mente, quizás también para establecer nuevos lazos de amistad. Varios son los motivos por los cuales las personas asisten a estos lugares repletos de máquinas modernas, con profesionales de atención permanente que establecen todo tipo de rutinas para los clientes.
Hace más de dos décadas atrás los gimnasios de pesas estaban establecidos en pequeños espacios, quizás con tamaño de garage, con máquinas bastante rudimentarias que se mezclaban con algunas cintas de correr, donde varias veces había que armarse de paciencia para que una persona terminase su ejercicio para poder realizar el propio.
Veinte años después, como para trazar una línea divisoria en el tiempo, los gimnasios en la ciudad han cambiado notoriamente, con lugares mucho más amplios, vidrieras gigantes y máquinas de última tecnología.
Lo que claramente no ha variado en nada, según lo expresan los varios rojenses que respondieron gentilmente la encuesta que propuso esta semana El Nuevo Diario Rojense, es el ambiente de camaradería, la posibilidad de pasar un momento agradable trabajando el físico y despejando la mente.
Según cuentan los especialistas, ir al gimnasio ofrece beneficios físicos como mejorar la fuerza, resistencia y composición corporal, además de ayudar a mantener un peso saludable y prevenir enfermedades crónicas. Psicológicamente, contribuye a mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y la ansiedad, y fomentar la disciplina. Además, puede mejorar el sueño y proporcionar un entorno social y motivador.
Las calzas y las musculosas son una constante para la visión en las calles céntricas, claramente personas que van y que vienen de los gimnasios, que buscan un bienestar en lo físico y en lo mental, y que en muchos casos hasta la timidez han dejado a un costado.
El Nuevo conversó con varios asiduos concurrentes a los gimnasios locales para saber los objetivos que persiguen al momento de levantar una mancuerna o darle duro a la bici fija: “Me gusta cambiar un poco mi estética, mi cuerpo y por una cuestión más de salud mental”, confesó Denise.
Alejandra es una de las personas que se sumó el boom de los gimnasios: “En un momento lo hice durante tres años y después paré, y ahora arranqué de nuevo, me vinieron las ganas de retomar esos hábitos que me gustaban y que no pude continuar por horarios laborales”.
Nelson, por su parte, contó: “Lo hago como complemento de un deporte, en mi caso que estoy jugando al fútbol, así que le sumo esto como para ayudar”, en tanto otra joven confesó que “me decidí a hacerlo porque veo que es muy popular, me encuentro con un muy buen ambiente y porque me queda enfrente de mi casa”.
“Primero lo hago por una cuestión de salud mental, para descomprimir la menta y porque es el único momento en el cual soy, y después considero que con la constancia viene el resultado físico, pero antes que eso me importa la paz mental, después todo lo demás vendrá en consecuencia de eso”, expresó Luisina.
Celina por su lado expresó: “Lo hago porque me gusta, porque quise cambiar hábitos de vida, también seguramente por un tema estético y sobre todo por la salud.
Federico, otro de los muchachos que se sumó a las charlas con este medio comentó: “Lo principal es porque me gusta mucho el deporte, me gusta el gimnasio, siendo que me quitá el estrés porque se gasta mucha energía, además siempre es importante estar bien físicamente”.
“Vengo básicamente porque intento buscar una mejor versión de uno mismo y porque hace muy bien a la salud”, expresó Roberto, prácticamente coincidiendo con Tomás, quien quiere verse mucho más grandote, “Vengo por una cuestión de bienestar y para sentirme más fuerte”.
“Hace un par de años me pasaba que me veía muy flaco y vi que mis hermanos entrenaban, así que me motivaron ellos a empezar el gimnasio”, agregó el propio Tomás.
Agustina, que luce los avances en el trabajo del cuerpo contó de su experiencia: “Vengo como para hacer algo que me permita mover el cuerpo y no estar quieta, antes hacía funcional y ahora quiero localizar un poco, que pueda estar lo más firme posible, además porque uno viene acá y es como que descarga los problemas del día”.
“Primero me acerqué porque estaba sufriendo algunos problemas de salud, además uno se va haciendo grande y siempre es importante mejorar la parte muscular, ya que eso ayuda al sostén del cuerpo y estar mejor en general. Hace dos meses que arranqué”, apuntó Erika, quien parece estar motivada como para no aflojar y encontrar la constancia.
Justamente la constancia es la palabra común que identifica a los gimnasios con máquinas rudimentarias de antes, con estos nuevos espacios llenos de vidrieras, con nuevos aparatos y mucha tecnología.




