Las disposiciones 11362/2024 y 11378/2024 de la ANMAT, que modificaron la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, más conocida como Ley de Etiquetado Frontal, encendieron las alarmas entre los profesionales de la salud y la nutrición, quienes advirtieron sobre “un retroceso en el derecho a la información y a la alimentación saludable a partir de estos cambios” y expresaron su “preocupación”, ya que consideran que las modificaciones “demuestran una falta de comprensión del contexto y las necesidades actuales en materia de salud pública”.
Según expresaron los nutricionistas en un comunicado, “uno de los puntos más controvertidos de la nueva normativa radica en la reducción de los sellos de advertencia”, ya que “la disposición 11362/2024 establece que el cálculo de nutrientes críticos (grasas, azúcares, sodio y calorías) se basa exclusivamente en los ingredientes añadidos durante el proceso de producción. Esto significa que los nutrientes presentes de forma natural en los alimentos, los llamados ‘nutrientes intrínsecos’, son excluidos de este cálculo”.
“Este cambio lleva a situaciones paradójicas: por ejemplo, productos como la manteca, con un alto contenido de grasa intrínseca, quedan exentos de sellos de advertencia si no se les añade sodio u otros aditivos. Para muchas y muchos nutricionistas, esto abre la puerta a que ciertos productos, a pesar de su composición nutricional real, puedan reducir o eliminar los sellos, redefiniendo la información disponible para los consumidores y ofreciendo mayores márgenes para las industrias”, afirman.
En cuanto a los sellos de advertencia para edulcorantes, la nueva disposición indica que solo son obligatorios cuando el aditivo tenga función edulcorante. Si se utiliza con otras funciones, la declaración no sería obligatoria. “Esto genera dudas sobre la transparencia en la composición de los alimentos”, aseguran.
La “preocupación” central de los nutricionistas es “si estos cambios aportan mayor precisión o, por el contrario, desdibujan la verdadera composición de los productos”. “Quitar del rotulado información clave sobre nutrientes, sean añadidos o intrínsecos, va en contra del objetivo de brindar información clara a la población. Los excesos de nutrientes críticos, independientemente de su origen, siguen siendo perjudiciales para la salud”, aseguró la licenciada en Nutrición Micaela Ojeda, matriculada en el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
La disposición 11362/2024 también derogó varios artículos de la resolución de la ANMAT que se referían a “la obligatoriedad de realizar y mantener actualizada la declaración jurada de los rótulos e información para los productos alcanzados por la ley”. Esta flexibilización “implica que las industrias no están obligadas a declarar los componentes de sus productos”, lo que, según los especialistas, “podría dificultar una fiscalización efectiva y exponer a los consumidores a información falsa o engañosa”.