mayo 20, 2025

Hipertensión, la enfermedad silenciosa que sufren cuatro de cada diez adultos

 

La hipertensión es una condición de alta prevalencia en Argentina y puede tener consecuencias graves si no se trata a tiempo. El 47% de las personas que la padecen no lo saben debido a la falta de diagnóstico.

 

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la importancia de prevenir, diagnosticar y controlar la hipertensión arterial (HTA). Esta fecha busca educar a la población sobre los riesgos asociados a esta condición silenciosa. La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas más frecuentes y peligrosas a nivel mundial y también en Argentina, donde se estima que cuatro de cada diez adultos son hipertensos, pero la mitad lo desconoce

Mientras tanto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuatro de cada cinco personas con HTA no están tratadas adecuadamente.

La HTA ocurre cuando la presión con la que la sangre circula por las arterias se mantiene elevada, obligando al corazón a trabajar más y, con el tiempo, daña órganos vitales como el corazón, el cerebro y los riñones.

Tomando en cuenta la población de nuestro país según las proyecciones del último censo al año 2020 y la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, existen aproximadamente 16 millones de hipertensos en Argentina, de los cuales dos terceras partes son menores de 65 años, lo que constituye un número importante de personas en edad activa.

Los diferentes estudios realizados en Argentina por investigadores independientes, sociedades científicas y el Estado dan cuenta de una realidad alarmante: del total de personas con HTA, alrededor de un tercio desconoce su condición; de los que sí están diagnosticados al menos un tercio no recibe tratamiento farmacológico; y de los que se encuentran bajo tratamiento farmacológico solo la mitad logra controlar sus valores.

A fin de cuentas, en Argentina sólo uno de cada cinco hipertensos tiene sus valores de presión arterial controlados.

La situación refleja una problemática compleja, donde la falta de conciencia, el escaso control y el incumplimiento terapéutico incrementan el riesgo de complicaciones severas.

Daños

Las consecuencias de una hipertensión arterial mal controlada pueden ser devastadoras para la salud a largo plazo. Esta afección deteriora progresivamente los vasos sanguíneos y puede desencadenar enfermedades cardiovasculares graves como infartos, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares (ACV). Además, puede provocar daño renal crónico, que en casos avanzados puede requerir diálisis, y afectar la circulación en órganos como el intestino o los ojos, comprometiendo funciones vitales.

El daño a los llamados órganos blancos -corazón, cerebro y riñones- es el resultado más temido, ya que puede conducir a discapacidad, pérdida de autonomía y mortalidad prematura. Por ello, el control adecuado de la presión arterial es un eje central en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.

En este contexto, en los últimos años, el tratamiento farmacológico de la hipertensión ha experimentado importantes avances que han mejorado la eficacia y la adherencia de los pacientes. “Destacan los antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA2), como Losartán, Valsartán, Candesartán, Irbesartán y Telmisartán, que no solo disminuyen la presión arterial sino que también ofrecen beneficios adicionales como protección renal y reducción del riesgo cardiovascular. Estos medicamentos, con una sola toma diaria, facilitan el cumplimiento terapéutico”, explicó la cardióloga Mirta Cisneros, médica de Boreal Salud (MP 4578).

La especialista agregó que “además, han surgido las polipíldoras, cápsulas que combinan varios principios activos para tratar simultáneamente la hipertensión y factores de riesgo asociados como las dislipidemias. Este enfoque integral ha demostrado ser eficaz en mejorar los resultados clínicos y simplificar el tratamiento para el paciente”.

Diagnóstico temprano

“Uno de los grandes desafíos de la hipertensión es que no da señales claras. A veces aparecen dolores de cabeza, mareos o visión borrosa, pero no siempre”, comentó por su parte la doctora Valeria El Haj, Directora Médica de OSPEDYC. “Por eso, la única manera confiable de saber si una persona es hipertensa es medir la presión con frecuencia. Lo ideal es hacerlo al menos una vez al año, incluso en personas jóvenes y sin síntomas”, añadió.

En tanto, desde Boreal Salud destacaron que “detectar la enfermedad en sus etapas iniciales permite iniciar el tratamiento de forma oportuna, evitando complicaciones mayores como infartos, ACV o daño renal irreversible. Las campañas de concientización, los chequeos médicos regulares y el acceso a tecnologías de monitoreo domiciliario son herramientas esenciales para lograr diagnósticos precoces. Cuanto antes se actúe, mayores son las posibilidades de mantener una vida saludable y prevenir daños irreparables”.

Compartir esta nota