Redacción infocielo
La marcha por los jubilados de ayer dejó infinitas postales de la represión: el arma que apareció caída, el señor que pedía que “no nos peguen más“, el fotógrafo malherido y, no hay que olvidar, lo que pasó adentro del Congreso de la Nación. Balance de la fatídica jornada.
Según el Ministerio de Seguridad de la Nación, la manifestación terminó con 94 hombres y 30 mujeres detenidos. La cartera que lidera Patricia Bullrich informó que en medio de la represión, 26 policías resultaron heridos. El SAME, por su parte, registró 20 manifestantes heridos que debieron ser trasladados al hospital Argerich o al Ramos Mejía.
El fotógrafo herido Pablo Grillo está en terapia intensiva con pronóstico crítico tras ser operado de urgencia.
A pesar del repudio generalizado, desde el Gobierno Nacional destacaron que “se logró preservar el orden público y minimizar el impacto en la circulación del tránsito”. “Seguiremos tomando todas las medidas necesarias para combatir la violencia en todas sus formas“, prometieron.
Para el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, “la represión fue completamente feroz, ilegal y premeditada”. “Lo de hoy es un atentado contra derechos esenciales de la democracia”, expresó anoche.
Un desenfreno autoritario
El mandatario bonaerense pidió “ponerle un límite urgente” al “desenfreno autoritario” del Gobierno Nacional. Es la segunda vez que propone algo similar ya que viene de pedirle a los legisladores de Unión por la Patria que impulsen en el Congreso la quita de las facultades extraordinarias que la Ley Bases le otorgó a Javier Milei.
Mientras afuera reinaba la represión, adentro del Congreso tenía previsto tratar iniciativas sensibles.
De hecho, ese era uno de los temas que estaban en la orden del día de la Cámara de Diputados de la Nación. Sin embargo, en medio de peleas libertarias, el oficialismo no dio quórum y evitó el tratamiento del proyecto.