El ballet Maikan Sumaj, símbolo de la cultura de nuestra ciudad, preparó un gran show para celebrar las bodas de oro, fue en el Teatro Italia ante un marco imponente. La directora de la academia Graciela Gallo recibió varios reconocimientos, entre ellos el del Intendente Román Bouvier.
Desde los pequeños que ni llegaban a pasar con sus ojos la altura del escenario, pero que ya están mostrando sus primeros zapateos, hasta los adultos que integraron las primeras formaciones, pasando por generaciones y generaciones de rojenses que alguna vez representaron a la academia en algún escenario de la zona, de la provincia, del país y del mundo, se dieron cita en la noche del sábado en las instalaciones del Teatro Italia, todos participando del gran festejo por los 50 años del Ballet Maikan Sumaj, uno de los símbolos de la cultura rojense, siendo conducido por la profesora y directora Graciela Gallo.
En el salón de la Avenida 25 de Mayo no cabía un alma, es que el Ballet Maikan Sumaj es tan grande que nadie se quiso perder la fiesta, donde estuvieron bailarines de todas las épocas y familias enteras de rojenses que le tienen a la academia un lugar guardado en el corazón.
La gran fiesta por los 50 años del Maikan comenzó pasadas las 21:00 horas y transitó la noche con diferentes cuadros interpretados por las diferentes formaciones, con los actuales integrantes y con aquellos ex que no se quisieron perder la oportunidad de estar arriba del escenario.
El Intendente Román Bouvier no se quiso perder este evento singular para la historia de una de las entidades culturales más relevantes de la ciudad, es así que estuvo sobre el escenario para entregar un merecido reconocimiento, el cual fue recibido por la propia directora.
Una noche fantástica, donde no faltaron las emociones, los recuerdos de las clases, de las presentaciones, de los viajes, de todo lo vivido en estos 50 años, significando el Maikan Sumaj un orgullo de la comunidad, cuna de excelentes bailarines y de muchos que hoy son profesores, que en otras academias locales enseñan a centenares de niños y niñas a dar los primeros pasos en la danza, transformando todo lo rico adquirido en su juventud en una propia fuente de trabajo.
Para Graciela Gallo, para todo el Maikan Sumaj, para los que estuvieron, los que están y los que acompañarán siempre, el mejor de los homenajes en estos 50 años de un recorrido extraordinario.