La primera en salir a escena y encargada de encender al público en la segunda parte de Agenda para solteras nos habla de su personaje y de su historia en el teatro, donde dice sumar más obras que años de edad. «La comedia se saborea de otra manera», expresó.
Vestida con un pijama de animal print, contando los preparativos para una fiesta de disfraces, riéndose de ella misma y relatando una historia de amor de una noche, la destacada actriz Lorena Rodríguez es la encargada de levantar los aplausos y encender la sala en la segunda parte de la obra Agenda para solteras, que fue estrenada a principios de este mes en el teatro TAFS, y que ya acumula tres funciones con butacas completas.
La actriz, de amplia trayectoria, tiene la particularidad de haber sido protagonista de las dos partes de la exitosa obra, que ahora viajará el 23 de agosto a Junín y al día siguiente regresa a la ciudad para seguir recibiendo el reconocimiento de los espectadores.
Lorena Rodríguez estuvo junto a Cora en Radio Rojas, donde no solamente habló de su interpretación en la puesta, sino que repasó su historia con el teatro.
«Cuando Cora me envió la copia empecé a leer esporádicamente algún texto suelto y me fascinó el tema, y al ser cuentos además es tan descriptivo, que no quería que le faltara ni una sola palabra, porque justamente lo que hace a la sensibilidad del espectador es el visualizar lo que uno está diciendo, porque uno también se va imaginando todo el proceso.
El año pasado era una soltera madurita, invitada a un casamientos, hablaba de todos los preparativos previos, las peripecias, y lo que sucede en el casamiento, cuestiones que cada de nosotras ha vivido en algún momento cuando estuvimos solteras, hasta un espectador hombre me contó que le recordaba lo que le pasaba teniendo cinco hermanos mujeres, situaciones que había vivenciado más de una vez“, contó Lorena Rodríguez, que no solo se luce con su personajes, sino también con sus gestos en el escenario cuando las que desarrollan son sus compañeras, haciendo referencia a Lila Baguear, Marisol Benítez y Juana Aguer.
La actriz comentó: “Para esta segunda parte, de los textos que me habían quedado sin leer, en segundo o tercer lugar leo este, y casualmente estaba a continuación del que había leído el año pasado, con la temática de la fiesta, aunque ahora no es un casamiento. Me pareció súper alegre, muy vivo, eso fue lo que me entusiasmó“.
“Siempre hice todo drama, me hacían sufrir, llorar, personajes fuertes, mucho de mala, hasta que se dio lo de la comedia que tiene algo muy lindo, porque más allá de divertir al público uno lo disfruta de otra manera, se saborea el personaje“, confesó la actriz rojense.
Lorena Rodríguez recordó que “la primera reunión, una vez que todas habíamos seleccionado los textos, fue en el Cultural, en el verano del 2022, luego nos fuimos reuniendo cada tanto, cuando se podía hacíamos un ensayo y luego todas juntas cuando coincidían que las chicas venían de otros lugares, cosa que si te permite el monólogo, que se puede estudiar en la casa».
«En esta segunda parte, que estamos las cuatro en escena, aunque cada una hace su monólogo en el centro, creo que marca otro tipo de acompañamiento, porque al estar solo por un lado se puede ir por otro camino si ves que hay un error, pero por otro está el estrés de la soledad, algo que no es fácil. En esta obra, al estar las chicas presente se siente la compañía, el gesto, la complicidad y la unión“, subrayó.
“Uno arma el personaje de acuerdo a como lo vería del otro lado, y siempre digo que es como un juego de niños, una edad en la cual jugamos a diferentes roles, como por ejemplo las nenas a ser madres, o sea que por un ratito nos metemos en la vida de otro y lo disfrutás. Es todo muy divertido en ese camino de la creatividad, y por supuesto siempre está la visión del otro lado, la del director, que empieza con las marcaciones, las sugerencias, consejos que uno va tomando siempre para mejorar el personaje“, sostuvo.
Repasando su historia con el teatro manifestó que «el año pasado, cuando tuvimos que armar el curriculum, algo que no había hecho nunca, tuve que apoyarme en los de mis compañeros para recordar cuantas cosas habían pasado desde mis 14 años hasta hoy, y es una cosa impresionante, porque antes el TAFS tenía mucha movida, donde se hacía un espectáculo en el subsuelo, otro en la sala, además había un pretexto para cada día, por ejemplo el día del tango, y enseguida se armaba un café concert, y alguna participación tenía.
«Las nuevas generaciones no saben lo que la remamos en esa época, porque subir al escenario mayor no podía hacerlo cualquiera, y en mi caso tuve el placer de hacerlo por primera vez a los 16 años porque se daba una obra que se llamaba Heroica de Buenos Aires, con otro tipo de público que se bancaba una puesta de más de dos horas, con cambios de vestuarios y escenografías. El personaje principal lo hacía Negrucha, y trabajaban Marta, Mario Gazo, Charol, todos mis maestros, así que fue una emoción muy grande trabajar con ellos», expresó con emoción.
Rememoró que «también se hacían las muestras provinciales, donde Rojas era una de las ciudades anfitrionas y venía muchísima gente, había teatro en todas las esquinas, por todas partes. Resulta que en esa muestra presentamos Heroica, pero no podía competir porque era el organizador, de todos modos se hizo una cena donde se entregó un premio compartido por revelación juvenil, y nos tocó recibirlo con Walter Rodríguez, que éramos los hijos de Heroica, fue algo que lo valoramos con los años, cuando nos fuimos dando cuenta el esfuerzo que hacemos para estar arriba del escenario, desde lo mental y desde lo físico, por eso es que después de tantos años me costó amasar la memoria, de hecho me costó un poco, además porque hay otras cargas en la cabeza».
«Lo bueno es que el teatro es ese cable a tierra que uno necesita, que otros lo buscan por otras disciplina, y en nuestro caso nos inclinamos por la rama del arte, por eso anduve siempre en el teatro, también de niña en el coro, tal es así que a los 8 años empecé a viajar por el país con el Grupo Coral Alborada, luego en el coro juvenil y más adelante el de adultos», apuntó.
Lorena Rodríguez habló de sus primeros pasos en la actuación: «Por el lado de la familia de mi padre había muchos artistas, o sea que de ahí traía una veta, mientras que mi madrina Charito me llevaba mucho al teatro porque se hacía mucho teatro para niños, incluso íbamos varias veces a la misma obra. También sucedía que en la esquina de mi casa había una media manzana vacía donde venían los circos y los parques, y es ahí donde tengo mi primer vínculo, porque el circo Patagonia, al que amaba, terminaba siempre con una obra».
«Por supuesto que me gustaba participar en los actos de la escuela, a pesar de que era muy introvertida, como que tenía cierto temor en la comunicación, hasta que empecé teatro y de ahí en más no me paraba nadie», confesó.
En este sentido agregó: «Te diría que ese cambio fue fundamental, porque me cambió en muchos aspectos de mi vida, me ha servido hasta para una entrevista laboral, porque hay personas que en esos momentos no saben que decir, incluso hay muchas profesiones en las cuales se les recomienda hacer teatro».
Retomando las historias de Agenda Lorena Rodríguez contó una anécdota muy particular: «Para esta segunda parte me pasó una situación muy particular y muy linda a la vez, porque ya me había preparado los brillos y el vestuario para hacer el personaje, pero Lorena y Diego acordaron una puesta diferente y me dijeron que me veían de pijama.
Tuve que salir a comprar uno si o si, primero pregunté porque lado podía ir, y comenté que había visto uno de animal print, así que lo fui a comprar y la dueña, que nos había visto en la primera parte, pensó que era para la segunda, así que me lo regaló, dijo que la hicimos divertir tanto que ella colaboraba de ese modo, fue Laura Secreto, un gesto muy lindo y además un reconocimiento a nuestra tarea»
Señaló además que «con el paso del tiempo uno se va afianzando y tomando confianza, más cariño con el personaje, lo vas enriqueciendo, siempre tratando de cuidar el texto y cuidar el lenguaje, porque es una manera de proteger a la autora, que desde el minuto cero mostró su mejor predisposición y lo bueno es que lo está disfrutando, junto a su esposo acompañan siempre».
«Por el momento quiero disfrutar de esto que estamos haciendo, de todos modos, posiblemente, para el año que viene, si logramos la unión nuevamente del grupo, me gustaría reponer Acaloradas, que ahora estamos en la edad justa para hacerlo, porque trata de una faceta de la mujer en determinada etapa de su vida», cerró Lorena Rodríguez, feliz de participar en el éxito del invierno rojense y ya pensando en repetir una obra que el público sigue recordando.