Walter Andreoli rescató dos delfines cerca del Puerto SAE

El vecino rojense desde hace unos años dejó nuestra ciudad para irse a vivir a la Patagonia, donde este ayudó a regresar al mar a dos animalitos que se presume que estaban huyendo de las orcas, quedando varados en un canal. Los encontró extenuados y al borde de la muerte.

El conocido comerciante rojense Walter Andreoli, quien hace unos años dejó la ciudad para ir en búsqueda de otra experiencia de vida a la Patagonia de nuestro país, fue protagonista en estos días de una noticia que tomó trascendencia nacional, hasta tal puntos que medios de comunicación de los de mayor audiencia lo convocaron para que relate lo sucedido con el rescate de dos delfines.

Las imágenes que el propio Walter Andreoli subió a las redes y de las cuales luego se hicieron eco los medios lo encuentran al rojense rescatando a dos defilnes cerca del Puerto SAE, en la provincia de Río Negro.

El sitio rionegro.com cuenta la historia señalando que fue conmovedor el rescate de dos delfines comunes, que se vararon tras huir de las orcas en un canal que se queda sin agua al bajar la marea. Un vecino los vio- extenuados y al borde la muerte- y los arrastró hacia el mar, para que pudieran navegar. Ese gesto les salvó la vida, y pudieron retornar a su hábitat.

El protagonista de esta tierna historia es Walter Andreoli, un prestador turístico que vive en Saco Viejo, una urbanización que está ubicada poco antes del ingreso al Puerto San Antonio Este (que, a su vez, está a 65 km de Las Grutas por ruta 3).

«Fue el lunes. Estábamos paseando con mi esposa Gabriela, por las playas que están detrás de las edificaciones, en una zona a la que no suelen acceder turistas. De repente, entre los pastizales, ví algo negro, y al acercarme me dí cuenta de que eran delfines» contó el hombre.

Walter, arrastrando a uno de los delfines para llevarlo al mar

«En un segundo intuí lo que pasó. Porque el día anterior se habían visto orcas, y como ellas se los comen imaginé que estos delfincitos huyeron, y, desorientados, se quedaron varados en ese canal, que estaba sin agua» continuó Walter.

«Tenía una soga, y ni lo dudé. Quise acercarlos al mar, que estaba a 30 metros, porque sabía que la marea iría subiendo y podrían navegar. Por eso les até la cola y los arrastré. Pesan como 100 kilos, pero el barro húmedo me ayudó a moverlos» dijo.

Ahí empezó la parte más emotiva. «Me quedé con ellos como una hora esperando que entrara más agua, para que pudieran nadar. Hacía frío pero ni lo sentí, les saqué el barro y los masajeé un poco. Fueron reaccionando, y daban como grititos. Te juro que fue re conmovedor» se emocionó el comerciante.

«Cuándo hubo suficiente agua me fui, porque empezaron a nadar lentamente, así que me quedé tranquilo. Después, ya en casa, compartí los videos en mis redes sociales, y me llamó mucha gente para felicitarme» destacó, complacido.

Compartí esta nota