El cardenal Ángel Rossi preside en la mañana de este jueves una misa por las mujeres que sostienen los comedores populares.
La ceremonia religiosa se celebra desde las 11, en la capilla Monseñor Enrique Angelelli y Compañeros Mártires, ubicada en barrio Villa Angelelli 2.
“De manera especial se reconocerá el testimonio de tantas mujeres que todos los días ‘se ponen la patria al hombro’ desde los comedores populares, solidarios y parroquiales”, dice el texto difundido por el Arzobispado.
De esta manera, la Iglesia de Córdoba se suma a una misa similar que los curas villeros celebraron este miércoles en el Santuario de la Virgen de Caacupé de Ciudad Evita, en La Matanza, para poner el foco en los sectores más vulnerables y el reparto de alimentos.
Esta celebración fue dirigida por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Óscar Ojea.
En una entrevista con Cadena 3, el sacerdote por la cumbre de Curas Villeros, Pablo Viola, enfatizó que estas misas no deben confundirse con otras celebraciones recientes, que han tenido un tinte político. «Una cosa es lo que es esta misa y otra cosa es la misa que estamos organizando nosotros para estos días», explicó.
No obstante, el sacerdote dijo que no le preocupan «las expresiones espontáneas del pueblo» y señaló: «Eso es tenerle miedo a que el pueblo se exprese y es juzgado por sectores que miran la realidad construyendo relatos».
Según Viola, estas misas buscan reconocer y valorar a las mujeres que trabajan día a día en los barrios para alimentar a los más necesitados.
«Queremos reconocer a las mujeres que trabajan a diario en los barrios en los distintos lugares, como en una casita, en un garaje, en una capilla, en un salón comunitario, en un centro vecinal y hacen lo que no tienen para poder llevar comida a nuestra gente y cuidan la vida y la alimentan», expresó. «Nos parece que son las madres de la patria realmente», manifestó.
En este marco, el sacerdote criticó duramente la discusión actual sobre si se deberían repartir alimentos o no: «Debiera darnos vergüenza».
Viola señaló también su preocupación por las acusaciones contra algunos movimientos sociales sobre malversación de fondos destinados al bienestar social: «Yo, caminando en los barrios, he visto cómo fueron transformando en términos reales y concretos la vida del barrio».
Crisis económica
En este sentido, dijo que lo peor que puede pasarle a la Iglesia es «alejarnos de la realidad».
«Hay comedores de los alrededores que han cerrado y ha habido un aumento de la necesidad y otros comedores que han tenido que disminuir la cantidad de días que atienden, porque no tienen el financiamiento que tenían antes», indicó.
Por último, hizo un llamado a la reflexión y a la acción: «Lo óptimo sería que cada uno coma en su casa fruto de su trabajo. Es vergonzoso que en la Argentina estemos discutiendo esto».