El presidente del Colegio de Kinesiólogos de la provincia de Buenos Aires (COKIBA), Pablo Dolce, emitió una fuerte alerta sobre la situación en la que se encuentra la institución producto de los elevados índices de inflación y el congelamiento de los honorarios de los profesionales.
En este sentido, Dolce explicó que el Colegio de Kinesiólogos bonaerense tiene ingresos fijos, dado que hasta finales de año no está previsto un aumento de la matrícula que pagan los profesionales, y egresos móviles, que varían según el incremento de pasivos estables y de los costos de los servicios.
“En este momento atravesamos una tormenta, un momento difícil. Si bien algunas obras sociales se dieron de baja, creemos que en algún momento la situación va a pasar, así que estamos tratando de que no se caigan los convenios. Porque si no, cuando pase la crisis esos convenios van a ir a parar a manos privadas y habrá una situación de cartelización”, reconoció el representante de los kinesiólogos en diálogo con Diputados bonaerenses.
Asimismo, el presidente del Colegio de Kinesiólogos bonaerense detalló que la situación es crítica desde la gestión del ex jefe de Estado, Alberto Fernández, con Sergio Massa como ministro de Economía, momento en que las obras sociales y las prepagas dejaron de actualizar los honorarios de los kinesiólogos bonaerenses, que quedaron “mucho más bajo que la inflación”.
El Colegio de Kinesiólogos bonaerense advierte que la situación es crítica. “Atravesamos una tormenta”, dijo su titular, Pablo Dolce.
Por caso, el también docente de la Universidad Nacional Arturo Jaureche indicó que para finales de 2023, la institución debió aplicar un aumento en la matrícula, lo cual generó malestar entre los kinesiólogos bonaerenses, que no recibieron una actualización de los honorarios por parte de las obras sociales y prepagas equiparada. “Pero tampoco fue suficiente la suba en la matrícula porque la inflación después fue mucho más alta”, indicó.
En ese orden, Dolce explicó que con la asunción de Javier Milei y la posterior devaluación de 118%, se generó una suerte de “incertidumbre” que duró todo enero y parte de febrero y provocó que “hubiera una parálisis del sistema” hasta que las obras sociales aplicaron nuevos aumentos. “Entonces ese período electoral, más el cambio de Presidente, la devaluación y la desregulación, generaron un retraso grande en las prestaciones”, detalló.
“La matrícula se actualiza una vez por año y se puede modificar en casos ultra excepcionales, pero no queremos hacerlo porque ya no da para más”, reconoció Dolce, que aclaró que tiene como objetivo este año apuntar a mejorar la profesionalización de los kinesiólogos bonaerenses. “Todas esas gestiones queda completamente tapada por el tema de las obras sociales”, lamentó el especialista en pediatría y neonatología, en diálogo con este medio.
“A principio de año, nos planteamos que lo único que queríamos era que nos aumenten los honorarios, ahora que hemos logrado valores más acorde a la realidad, estamos tratando de sostenerlo y de lograr mejorar en los plazos, a través de la integración”, detalló el kinesiólogo del Hospital de Niños de La Plata y agregó que apuesta a las “mejoras de formación profesional, a las especialidades, a los cursos de posgrado y a las residencia”.
Por otra parte, todos los profesionales que trabajan de manera articulada con las obras sociales tienen que despachar la documentación de los pacientes al Colegio de Kinesiólogos bonaerense que corrobora la información y la traslada a la central, proceso que demora alrededor de 15 días. En tanto que, una vez certificados los papeles, son enviados a las obras sociales que demoran entre 1 y 2 meses, por la falta de agilidad en la auditoría de los datos.
En este contexto, Dolce indicó que, si bien intentan mantener el diálogo con todas las obras sociales para generar un mejor panorama para los profesionales, el año pasado el Colegio de Kinesiólogos bonaerense dispuso una fuerte inversión en materia tecnológica para lograr que esos trámites se realicen de manera digital. La intención de la entidad es mantener los convenios con organismos que tengan la misma prioridad.
“Las demoras en el proceso, en tiempos normales es algo razonable. Cuando se analiza la cadena es entendible lo que pasa, pero con la inflación alta, eso te desvaloriza lo que vos trabajaste dos o tres meses atrás”, indicó el kinesiólogo fisiatra y detalló que los profesionales no pueden “continuar conviviendo con esta situación”.