La enfermedad transmitida por la chicharrita, que tuvo una explosión en el norte y se extendió a Santa Fe y Córdoba causando estragos en la producción de maíz, llegó ahora también a las principales regiones agrícolas de la provincia de Buenos Aires. Según reportaron algunos productores, el insecto ya se puede ver en Junín donde hay lotes con hasta un 15% de afectación.
La preocupación es por Spiroplasma kunkelii, una bacteria que causa la enfermedad del achaparramiento del maíz transmitida por el insecto chicharrita Dalbulus maidis. Cuando la bacteria infecta al cultivo, puede provocar síntomas graves como entrenudos acortados, proliferación de espigas infértiles, acortamiento del período de llenado de granos y muerte prematura de las plantas.
En las últimas semanas, los reportes de productores que informaban sobre picos de severidad de la enfermedad comenzaron a aumentar. Según especialistas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), entre otras zonas, en varios departamentos del centro de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, donde el impacto es mayor que en campañas anteriores, se estima que hasta 360.000 hectáreas podrían estar afectadas. Esto también fue advertido recientemente por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que alertó que podría haber una baja en la producción de maíz debido a esta plaga.
Si bien la enfermedad está provocando daños severos más hacia el norte, hay productores en la región núcleo que comenzaron a alertar por la presencia de la enfermedad. Cristian Franco, un productor de Junín, expresó su sorpresa al descubrir síntomas de la enfermedad en 200 hectáreas de maíz que tiene sembradas con hasta un 15-20% de daño en algunos lugares. “Nunca me había pasado”, expresó al sitio La Nación.
“Empecé a leer y escuchar noticias que estaban en el norte, era un problema grande, y me metí a recorrer los lotes y encontré algunas plantas raras”, recordó. Decidió volver el último fin de semana para tomar fotografías y analizar la situación con más detalle. “Terminé viendo que los síntomas eran de chicharrita. Hay plantas enanas, hojas color bordó, plantas con varias espigas y con entrenudos más cortos de lo habitual. Y la situación sigue empeorando”, agregó.
Al no tener experiencia previa con esta plaga, el productor buscó orientación con otros productores y expertos. “Yo soy agrónomo y como nunca la había visto, consulté con un amigo que está en Charata, donde ya están lidiando con este problema”, explicó. La preocupación creció cuando otros integrantes de la asociación de ingenieros local también comenzaron a reportar casos similares en diferentes áreas.
“Todos están recorriendo y encontrando los síntomas: plantas con más de una espiga, hojas de color bordó y acortamiento entre los nudos”, describió Franco. El problema afecta especialmente a los cultivos de maíz tardío. “Estamos preocupados porque no hay híbridos tolerantes disponibles y los controles químicos aún están en fase de prueba, lo que plantea un dilema económico”, señaló.