Aumento del delito y demanda de alimentos:

Los intendentes en jaque por el avance de la ola libertaria

Una fuerte y peligrosa preocupación se está gestando entre los intendentes de la provincia de Buenos Aires, que entraron en estado de alarma permanente. Saben perfectamente que los embates del gobierno de Javier Milei a los recursos de la Provincia afectarán las arcas municipales, todo en medio de una creciente tensión social.

El último golpe del libertario, que quitó el Fondo de Fortalecimiento Fiscal a la administración bonaerense, hizo poner en la misma línea a todas las tribus de Unión por la Patria, que estaban sacándose chispas la semana pasada.

“Ahora es momento de la foto de familia”, ironizó un experimentado intendente del conurbano bonaerense ante INFOCIELO y, al igual que uno de sus pares del Frente Renovador, aseveró: “El problema hoy no está acá adentro, lo tenemos afuera”.

En la foto del lunes en La Plata salieron todos: Máximo Kirchner, Wado de Pedro y Juan Grabois, dirigentes de la CTA y de la CGT estuvieron cuerpo presente en el salón dorado para escuchar el discurso de Axel Kicillof. El exministro Sergio Massa no apareció, pero sí hizo que toda su tropa suspendiera un encuentro en Tigre para doblar en U y retomar camino a la capital bonaerense.

El problema para ellos es Javier Milei, pero también su ministro de Economía, Luis Caputo. Son las dos terminales del Gobierno nacional donde todo diálogo se interrumpe. Los intendentes conurbanos llaman, hablan y hablan, pero solo queda en palabras.

“A todo el que habla desde Nación o que tiene dos dedos de frente y ve para dónde va esto, lo cortan”, sentenció un mandatario municipal que tiene a cargo un distrito de peso y que mantuvo reuniones con diversos actores de la administración nacional, todas sin éxito.

La dificultad que trae el efecto cascada que produce la baja en la recaudación nacional y, por consecuencia, en la coparticipación provincial, concluye directamente en los distritos, el primer mostrador en recibir demandas y pedidos de auxilio diarios de los vecinos.

“Tenemos cada vez más gente que llega a pedir trabajo”, describió un intendente del interior bonaerense, quien consultado por este medio amplió: “Vemos problemas en la adquisición de medicamentos y de alimentos, la gente come mal, pura harina, eso no puede terminar bien”, lamentó.

El gobernador Axel Kicillof lo sabe. A su despacho llegaron informes y demandas de los jefes comunales de todos los rincones de la Provincia, dado que, en promedio, creció un 20 por ciento la demanda promedio de alimentos, según los números que manejan en Calle 6.

A eso se suma la imposibilidad de acceder a medicamentos, los pedidos de ayuda para tratamientos de salud puntuales y la pérdida de empleo. Todo ese combo explosivo decanta en casos de inseguridad que se van acrecentando cada vez más.

Los intendentes lo reconocen: “Ya estamos viendo que crecieron los robos, los mapas del delito suben el tono de rojo”, describió un hombre de la populosa Tercera sección electoral. “Se llevan todo el metal: caños de gas, medidores, manijas, lo que sea”, dijo.

“Va derecho a estrellarse contra la pared”, sentenció un alcalde conurbano sobre el presidente Javier Milei. Lo cierto es que los hombres de la rosca están desconcertados: “No hay política, no sabemos para dónde puede disparar porque todos los manuales están quemados”.

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