El titular de la Federación de Almaceneros de la provincia habló esta semana en El Nuevo en Radio respecto de un tema ya recurrente en estos tiempos: la disparada de los precios de la canasta básica – Savore explicó cómo observan la situación desde la óptica de los pequeños comercios y las perspectivas que se avizoran ante la complejísima coyuntura que atraviesa el país
El titular de la Federación de Almaceneros de la provincia, Fernando Savore, habló esta semana en El Nuevo en Radio respecto de un tema ya recurrente en estos tiempos: la disparada de los precios de la canasta básica. Savore explicó cómo observan la situación desde la óptica de los pequeños comercios y las perspectivas que se avizoran ante esta complejísima coyuntura.
“La semana pasada tuvimos en principio un fin de semana largo de ventas, en tanto el martes cuando fuimos al mayorista que nos provee el 80 por ciento de la mercadería nos encontramos con que todo había cambiado, todo había subido el precio de una forma muy agresiva: estamos hablando de más de un 25 por ciento en lo que es alimentos y más de un 30 por ciento en productos de limpieza e higiene personal. Y sobre eso aparece la dispersión de precios, porque capaz que de un mayorista al otro puede haber tres o cuatro puntos por un tema de competencia; pero hemos visto precios que estaban tremendamente descontrolados, de una forma ampliamente agresiva. Por ejemplo, en un mayorista estaba la lata de duraznos a 720 pesos y en otro mayorista a 1200; un paquete de fideos de una marca conocida estaba en un mayorista a 1000 pesos, que ya es una barbaridad, y en otro a 1500 pesos, o sea que no hay norte de precios, y no hay ninguna explicación en el medio. Y esto, más allá de que los mayoristas están con muchos faltantes de mercadería que todavía no regresaron a las góndolas de ellos y evidentemente uno no tiene rumbo de precios, pero sabemos perfectamente que al momento de regresar lo hacen con un nuevo salto”, sintetizó Savore en el aire de la FM92.5.
En ese sentido, explicó que “uno trata, en la medida en que puede, parcializar los aumentos, o sea ir colocándolos en los cartelitos de a poco, porque está claro que el cliente se enoja, y lo hace con justa razón: el aceite que vendía en 540 pesos ahora me está saliendo 800 pesos de costo, y a eso le tengo que poner mi rentabilidad; entonces lo que hice fue dejarlo en 800 en los primeros días, o sea poniendo el peso de compra para que el cliente no me quiera matar, pero hoy ya lo cambié a 990, es decir que le tuve que poner un porcentaje porque luego de vender la mercadería necesito reponer. Y ese es el tema: hasta dónde me da a mí la posibilidad de hacerlo, y también entiendo que hay muchos de nuestros colegas que son más pequeños, para los que todo su depósito es la góndola, y si no están al tanto de poder cambiar el precio, lo que ocurre es que después cuando vayan a reponer no les va a alcanzar la plata. Por eso es que estos negocios están en riesgo”.
Pero también preocupa otra cuestión: “Nunca hay respuestas por parte de los mayoristas. Uno no se sienta con los dueños de los mayoristas a discutir rentabilidades. El mayorista lo que entiende es que es una góndola con un precio y ahí se termina la relación, o sea que es como cuando cualquier persona va un supermercado, no habla con nadie, en tanto cuando van al almacén saludan al almacenero porque lo conocen, mientras que en el supermercado encontrás la góndola fría con el producto y el precio, y lo compra o lo deja”, reflexionó.
Y el panorama es más que preocupante: “Las necesidades de la canasta básica hoy no están cubiertas, y lo que uno ve hacia adelante, al menos en lo que puedo decir desde mi mirada, es que Argentina es el día a día: en este país no se puede ver más allá de lo que los ojos lo permitan, no hay manera de proyectar a un mes o un año, por lo cual estamos en un momento tremendamente complicado. Y creo que año a año, culpa de los distintos políticos de turno, se ha ido desmejorando, y lo digo porque en mi caso no tengo banderas con nadie, mi única bandera es la celeste y blanca, pero digo que la clase media Argentina, que era modelo, está muy debilitada, y ya no sabemos cómo definir a la clase media, porque para la clase media digamos que comer es normal, pagar el alquiler es normal, poder irse unos días de vacaciones como premio a todo un año de trabajo sería normal, o tener un autito y mantenerlo, todas cuestiones que hoy están cuesta arriba para toda la gente de clase media y obviamente para la clase humilde la situación está mucho más complicada”, graficó Savore.
En esa línea, no se reservó su opinión sobre los programas implementados para mantener los precios de ciertos productos: “Los programas como Precios Justos o Precios Cuidados terminaron beneficiando al hipermercado, y al poco tiempo la gente va y encuentra el nicho vacío con el cartelito, porque las empresas se comprometen a tener un aumento de un 5 o un 4,5 mensual, cuando tenemos una inflación de 12 puntos. Entonces ocurre lo que pasó hasta ahora, que es el cambio de formato de pack, de reducción del tamaño, o directamente de falta de mercadería. En esos programas, tal vez en algún momento, cuando lo inicio Augusto Costa, hasta se habían armado células para abastecernos y se podría decir que durante ese tiempo tuvieron éxito, pero después se desgastaron y parece que los gobernantes quieren insistir en algo que en mi caso lo veo como la misma cabeza con distinto sombrero, que tienen nombres o títulos diferentes, pero siempre terminan en lo mismo. Creo que con la economía de este país, ganando Milei o ganando Massa, se tiene que barajar y dar de vuelta, porque este formato económico no es el que nos sirve a los argentinos”, refirió a ese respecto.
Savore fue también contundente al describir el comportamiento actual del consumidor: “El hábito de compra del argentino promedio se define considerando que el día 15 ya es fin de mes, o sea hasta el 15 generalmente se puede comprar la marca de fideos o arroz que (el consumidor) estaba acostumbrado a comprar; pero después del 15 la gente no compra por marca: compra por precio. El formato de pago en los primeros días es contado o débito y después es crédito, o sea que la gente reinventa todos los días un formato para poder alimentar a su familia, lo que no es fácil”.
-Desde la Federación, ¿han pedido alguna reunión o han tenido algún contacto con las nuevas autoridades?
-Respecto al diálogo con las nuevas autoridades todavía no tenemos claro quién será el que ocupe el área que nos compete a nosotros que es la secretaría de Comercio (N. de la R.: luego de realizarse esta entrevista se conocieron trascendidos sobre el desmantelamiento de esa área), así que al momento de que haya más certezas esperaremos concretar algún diálogo para plantear cuántos comercios somos, cómo es el formato de trabajo, qué es lo que nos gustaría cambiar, y de ahí en más ir manifestando ideas, que desde la Federación las hay, y también hay proyectos. Mientras tanto considero que los políticos o los gobernantes, tienen que entender cómo es el comercio de proximidad. Por ejemplo en nuestro rubro, somos 26 mil en la provincia de Buenos Aires y más de 60 mil en el país, así que de una vez por todas tienen que terminar con esto de sacarse la foto con el hipermercado, que solo representa el 30 por ciento de la comercialización, por lo cual si no entienden que es el comercio el que está al lado del laburante, si no entienden que el comercio es el que está en cada barrio, sea en el rubro que sea, si no entienden que somos parte de un formato comercial, vamos a seguir siempre en lo mismo.
-¿Qué expectativas avizoran desde la Federación?
-El formato económico es el que nos perjudica. Por eso pido que se dé vuelta la página y que quienes nos gobiernen ahora tengan las ideas claras, ideas nuevas, o nos permitan estar en la mesa de debate para aportar la experiencia que nosotros comerciantes tenemos en el día a día: sabemos que a la señora no le alcanza para comprar el kilo de azúcar y hay que fraccionárselo, sabemos que los cereales en caja están muy caros y por eso también los fraccionamos, o sea que conocemos cuál es nuestra realidad en el cara a cara con el cliente, que no es más que el laburante de clase media o de clase humilde, porque nuestros negocios están en todos lados, donde el hipermercado no quisiera estar porque solo buscan los lugares coquetos. Esperamos las reuniones, somos pacientes y por lo que vemos todo el equipo de Javier Milei está con cuestiones de armado, por eso hay que ser prudentes, saber esperar, para después plantear que el momento que nos toca vivir desde el comercio y desde el laburante argentino no es el mejor.