En las últimas horas, la consultora Bumeran encuestó a casi 400 empresarios distintas empresas radicadas en la Argentina, que en consonancia los profesionales del área de Recursos Humanos, se manifestaron en contra de la propuesta de dolarización de la economía que está incluida en la plataforma electoral del candidato a presidente de La Libertad Avanza, Javier Milei.
En este sentido, los resultados relevados por la consultora Bumeran revelaron que el 67% de los empresarios considera que la dolarización tendría un impacto sumamente negativo en el mundo laboral y empresarial, mientras que un 30% sostiene que para cambiar la moneda nacional hay que “reestructurar los equipos y reducir los costos”.
En esa línea, el 49% de los empresarios encuestados expresó que una dolarización en la Argentina podría “aumentar la inestabilidad laboral por la dependencia respecto a la economía global”, y un 37% advirtió que la puesta en práctica de ese cambio en la economía local “requeriría de ajustes fiscales que impactarían de manera directa en la contratación de la mano de obra”.
Asimismo, en el contexto actual que atraviesa la Argentina en cuanto a la economía, un 88% de los más de 2000 trabajadores que también fueron encuestados, consideró que la situación de la dolarización influiría negativamente en las oportunidades laborales que puedan generase a futuro, y un 26% se manifestó ansioso por los resultados.
Más tarde, los empresarios encuestados fueron consultados respecto de las medidas que tomarían en caso de una eventual dolarización en la Argentina. En este marco, de los 390 profesionales del mundo empresarial que participaron, solo el 39% admitió que “comunicaría de manera transparente los efectos posibles en los salarios y beneficios”.
En tanto, el 33% de los empresarios dijo que “reestructuraría equipos para reducir costos”, el 32% habló de “brindar capacitaciones a los empleados sobre cómo gestionar sus finanzas en un entorno dolarizado”, el 28% dijo que “ajustaría estrategias de inversión y financiamiento” y el 27% realizaría “auditorias para revisar el modelo de negocios y la estructura financiera”.
Es preciso mencionar que, a pesar de que Milei corrió el eje de su campaña electoral de la propuesta de dolarización tras la mala recepción que tuvo en la población empresarial, el drástico cambio en la economía de la Argentina es central en el proyecto de país que propone el candidato de La Libertad Avanza, ya que su plataforma la contempla como una de las principales.
En este sentido, el posible impacto de la dolarización de la economía en los ingresos de la mayoría de la población es una preocupación central en el empresariado, ya que que implica, en la práctica, canjear todos los pesos de la economía por los dólares de las reservas del Banco Central. Para concretarlo, y dado la escasez de reservas conocida, sería necesario implementar una devaluación importante que permita concretar ese reemplazo, complementado con un mayor endeudamiento externo.
Para ejemplificar este caótico escenario, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) calculó el valor que tendrían las prestaciones sociales actuales si se mantuvieran vigentes y fueran dolarizadas en un eventual gobierno de Milei, que toma como base un tipo de cambio de conversión de 1USD = $3700, que resultó del cálculo del reemplazo de la base monetaria y el stock de Letras de Liquidez y otros pasivos en pesos del Banco Central.
Así, si se considera los haberes mensual sin contar los refuerzos otorgados por el Gobierno nacional para el mes de octubre, la jubilación mínima, que hoy es de $87.459, quedaría en USD24, la Asignación Universal por Hijo, cuyo monto es de $17.093, sería de apenas USD5, la Pensión No Contributiva, que está en $61.221, valdría USD17, la Pensión Universal para el Adulto Mayor, de $69.965, sería de USD19, y el Potenciar Trabajo, de $66.000, quedaría tan solo en USD18.
En relación a lo relevado por el CEPA, desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales (CESO) advirtieron que otro punto clave a considerar tiene que ver con que la dolarización de la economía no garantiza de por sí el fin de la inflación, de hecho podría elevar los costos por la menor competitividad de la economía nacional y la mayor debilidad a shocks externos.
“Si el nuevo régimen monetario se aplica luego de devaluar y aumentar las tarifas para equilibrar las cuentas fiscales, comenzará con una fuerte presión sobre los costos de las empresas, ¿por qué razón Milei asume que las empresas no pasarán esa suba de costos a precios?”, señalaron desde la CESO en un informe al respecto.
En esa línea, alertaron también que el dólar tiene además su propia inflación. “La dolarización puede implicar no sólo la pérdida de soberanía monetaria y dejar la monetización de la economía atada a la suerte del sector externo, sino también una inflación en dólares que reduzca la competitividad de nuestra economía. Un escenario similar al de finales de la convertibilidad en el año 2001, donde la falta de liquidez obligó a las provincias a emitir cuasi monedas para mantener operativo el andamiaje del Estado y a la población a emitir bonos de trueque para lograr una actividad económica de subsistencia”, finalizaron.