El especialista en temas económicos pasó por Rojas, y ofreció una concurrida charla para productores en La Monza, organizada por la Cooperativa Agrop. de Carabelas
El economista Salvador Di Stefano, titular de la Consultora Salvador Di Stefano SRL, consultor y asesor de empresas, analista económico y de negocios, dicta conferencias en Argentina, México, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Colombia, es columnista de economía y negocios en Ámbito Financiero, Diario La Capital, Diario Perfil, Iprofesional y Revista Fortuna y en televisión, en los canales LN+ y A24, y estuvo en Rojas este lunes ofreciendo una charla en La Monza, para un auditorio colmado de productores rurales. La actividad fue organizada por la Cooperativa Agropecuaria de Carabelas.
“El escenario económico es muy difícil por estos tiempos, que tienen connotaciones políticas porque en la coalición gobernante no se ponen de acuerdo entre ellos sobre qué plan económico trazar. En este marco veo que la Argentina viene con mucho déficit, muy golpeada: tuvo la pandemia urbana, luego surgió la guerra entre Rusia y Ucrania, tiene además la pandemia del campo con tres años de sequía y lo tiene a Alberto Fernández, o sea que peores cosas no se pueden pedir, porque hay un mal gobierno y una mala administración”, opinó Distéfano en diálogo con este diario.
“En el caso nuestro, desde el 2011 que venimos con un problema de déficit fiscal recurrente que lo tuvo Cristina, también Mauricio, luego Alberto; es un déficit fiscal que no permitió que el gobierno tuviera excedente de pesos para comprar dólares y aumentar la reserva y en doce años nos comimos todas las reservas y eso nos llevó a que ahora no tengamos dólares”, añadió.
A su criterio, “las políticas que habría que implementar para mejorar esta economía son muy fáciles y son nada más que tres: hay que eliminar las retenciones, que fueron puestas en 2002 y fueron un error estratégico de la clase política Argentina hasta hoy; en segundo lugar hay que eliminar el cepo, porque es lo que traba la exportación, y en tercer lugar hay que tener superávit fiscal, porque si uno en la casa gasta más de lo que ingresa no puede tener reservas, y esto es lo mismo”.
En cuanto a la agroproducción, consideró que “el productor tiene una gran dificultad y habría que ayudarlo a sortear este momento; igualmente el productor tiene que tratar de visualizar que ha cambiado el escenario y que hay que cambiar la arquitectura de las decisiones: nosotros tuvimos una ventana de tiempo del dólar soja 3, o sea que tuvimos el dólar soja 1, el dólar soja 2 y dólar soja 3, y si hoy alguien viene y me pregunta si quiero vender la soja, le respondo que se equivocó, porque tendría que haber vendido en el uno, en el dos o en el tres. Por esto es que creo que el productor está en una situación delicada y el gobierno tendría que ayudarlo a superar este mal momento con financiamiento, con financiamiento a cosecha, no con financiamiento para poner plata hoy. Igual vamos a tener que replantearnos la forma de gerenciar el negocio”.
En ese sentido, sostuvo que “el productor que perdió tres cosechas y se descapitalizó no aparece nunca más: eso es una quiebra, el sistema está quebrado; pero no quiere decir que ese campo no se siembre, porque seguramente vendrá otro a sembrarlo y se irá dando una concentración económica muy importante, que es lo que nosotros vemos en el sector”.
Distéfano afirmó que “los gobiernos no toman las decisiones que mencionaba anteriormente porque esos tres puntos les harían pagar un costo político, y en la Argentina nadie quiere pagar ese costo, ya que la realidad es que pasaron dos gobiernos y ninguno tomó esas decisiones, primero porque Macri aplicó el gradualismo y para mí se equivocó, todo el mundo posterga la solución del conflicto para más adelante, cuando en realidad hay que tomar el toro por las astas. Lo que vengo manifestando es básico: si uno en la casa tiene déficit entre lo que sale y lo que entra no puede tener reservas; y en el Estado nacional es lo mismo, porque si tuvimos doce años de déficit no podemos tener reservas, y allí se genera un problema muy importante. Por eso hay que entender que los gobiernos deben tomar las medidas correspondientes y hacer el ajuste económico”.
ÉPOCA DE CAMBIO
“Lo que le estoy planteando a la gente es que no estamos ante un cambio de época, sino que estamos en una época de cambio, con lo cual esto será el cambio del cambio del cambio, y así seguirá. Por eso es que la gente tiene que estar preparada para deconstruirse y adaptarse al cambio. Por supuesto que estos cambios serán duros. Por ejemplo hay gente que va entre los 45 y los 60 años que pertenecen a grupos generacionales que no definen la economía ni la política del país, que sí tiene que definir los chicos de 16 a 42 años. Entonces la pregunta que surge es si la generación que antes decía: ¿hace un esfuerzo por entender a los centennials, que son los de 16 a 19? ¿Hacen un esfuerzo por entender a los millennials, que son los de 29 a 42?. Son dos grupos que tienen una mentalidad totalmente distinta a la de nosotros. De allí que vamos a tener que hacer un esfuerzo por entender cómo son las nuevas generaciones, y vamos a tener que hacer un esfuerzo por entender que la economía no es la misma que nosotros vimos en el pasado. Esto se entiende por el lado de que hay que tratar de estudiar, porque para eso estamos: para estudiar; y para eso vamos a tener que readaptarnos a una nueva realidad, y esa nueva realidad cambia la forma de trabajo de todos. Hoy vamos a tener que buscar más escalas y la plata se gana en los diez metros finales, o sea que soy yo el que tiene que salir de la zona de confort, cuando los que tienen que salir de la zona de confort para ganar plata son todos ellos. De allí que quiero decir que hay que empezar a tomar conceptos financieros, hay que vender a futuro, hay que comprar con crédito, hay que empezar a revisar la tasa de interés; en definitiva, vamos a tener que encarar el negocio desde otro lugar, y el punto es que voy a hacer una introducción social, para que cuando llegue a ese punto, no tenga resistencia. Entonces tenemos que prepararnos todos para deconstruirnos y adaptarnos a esta nueva realidad económica y social que tiene la Argentina. El mensaje final pasa porque la gente cierre por un ratito los ojos, se acuerde de sus antepasados, y piense que el sacrificio que tenemos que hacer nosotros para salir adelante es más pequeño que el que hicieron ellos para que lleguemos hasta acá, así que tratemos de ponerle onda y pegar la vuelta por ese lado…”