La salida del billete de $2.000 fue anunciada en febrero de este año por el Banco Central (BCRA) y estaba prevista para el segundo semestre del año, pero, hace algunas semanas, se supo que se adelantaría su llegada a la calle para fines de mayo y, según pudo saber Ámbito, de fuentes del sector, este lunes comenzó a llegar a los bancos, que, ahora, inician la etapa de prueba y adaptación de los cajeros automáticos. La semana que viene podría empezar a estar en manos de los usuarios.
ámbito.com | Pilar Wolffelt
Hace unos diez días, Casa de Moneda Argentina (CMA) había informado que “pudo agilizar los procesos productivos y adelantar tiempos de entrega de los productos contratados”, según se informó a comienzos de este mes. Y aseguraron que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ya contaba con el nuevo billete.
Así, en ese momento, el organismo que emite la moneda nacional puso la pelota en la cancha del regulador monetario al señalar que “ahora son sus tiempos y los de su presidente, Miguel Pesce, los que corren para ver cuándo los argentinos los verán en la calle”.
El BCRA comenzó la distribución del billete
Pues, todo indica que el presidente del BCRA tomó la pelota y ya empezó el proceso de distribución del nuevo billete de máximo valor en Argentina, que ya llegó a las entidades y reemplazará en ese rol al de $1.000, que lo ocupa desde 2017. “Ahora se iniciaría la etapa de prueba y adaptación de los cajeros automáticos de los bancos”, indica una fuente del sector.
Algunas entidades bancarias todavía no lo han recibido y esperan que les llegue a comienzos del mes próximo recién. «Nos dijeron que, a partir del primero de junio, los estarán enviando», informa una fuente de un banco.
No obstante, la expectativa oficial es que esté en las manos de los usuarios la semana que viene, la del 22 de mayo, pero algunas fuentes aclaran que, «por tratarse de una semana corta, por el feriado del 25 de mayo (que es puente y abarcará jueves y viernes) podría demorarse la salida a la siguiente».
El nuevo papel fue diseñado en colaboración con Casa de Moneda y conmemora el desarrollo de la ciencia y de la medicina en la Argentina, por lo que tiene como protagonistas al Instituto Nacional de Microbiología Dr. Carlos Malbrán, en el reverso, y a los doctores Cecilia Grierson y Ramón Carrillo, precursores en el desarrollo de la medicina en nuestro país, en el anverso.
Un billete con mucha polémica
Este billete llega a la calle en el marco de un contexto fuertemente inflacionario, por lo que muchas voces critican el lanzamiento y opinan que debería emitirse uno de mayor valor, teniendo en cuenta que el anuncio se realizó en febrero, con una inflación del 6,6%, muy inferior al 8,4% que se registró en abril. Así, señalan que el poder adquisitivo del papel de $2.000 es muy bajo, teniendo en cuneta la proyección de inflación para todo el año ya alcanzan el 140%.
Eliana Scialabba, Directora Ejecutiva del Cento de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI) dice, en esa línea que «el billete de 1.000 pesos apareció durante el gobierno de Macri con la misma idea con la que se lanza el nuevo hoy: simplificar las transacciones con una mayor denominación», pero advierte que quedó muy desactualizado porque la inflación, desde que salió su pedecesor fue de 850%. Así, opina que se necesita una denominación más alta «para adelantarnos a una inflación».
Sin embargo, el economista de la Universidad de Avellaneda Pablo Ferrari opina que «casi toda la población se encuentra bancarizada y dispone de medios de pago electrónicos y los utiliza en forma creciente», según se desprende de los datos estadísticos del BCRA.
Así, indica que «esto significa que utilizan de manera decreciente billetes y monedas” y, por lo tanto, considera que, más allá del simbolismo que contiene el nuevo billete, no creo que tendrá un significado especial respecto de la economía ni del proceso inflacionario actual.