Florencia Azul Pisano, destacada artista callejera dedicada al mundo del mural, del grafitti, del fileteado porteño y de la danza, colabora con distintas organizaciones y movimientos sociales y, en definitiva, en toda aquella acción que involucre a causas sociales – En ese cometido estuvo en Rojas, esta semana, elaborando el mural instalado a los efectos de recordar el segundo aniversario del femicidio de la joven rojense Úrsula Bahillo
Azul Gibré, nombre artístico de Florencia Azul Pisano, porteña, es una destacada artista callejera, dedicada al mundo del mural, del grafitti, del fileteado porteño y de la danza. Además, como artista colabora con distintas organizaciones y movimientos sociales de base, entre ellos Madres de Plaza de Mayo y Movimiento Cromañón y, en definitiva, en toda aquella acción que involucre a causas sociales. Además, es docente de Educación Física. En ese cometido, junto al grupo Fileteadoras del Conurbano, también lleva adelante acciones que no se limitan sólo a la CABA o al AMBA, sino que la llevan por todo el territorio. En ese cometido, estuvo en Rojas esta semana, trabajando junto a sus compañeras en la elaboración del mural que evoca los dos años del femicidio de Úrsula Bahillo, instalado en avenida Fuerte Federación, frente a la Plaza de las Banderas.
En diálogo con este diario, Azul destacó que “hemos venido para que el pueblo recuerde a Úrsula y la tenga siempre presente”.
“Hace siete años que soy muralista. Trabajo en distintas estéticas murales, como fileteado porteño, full color, animalista, y también utilizamos diferentes técnicas: graffiti, spray, látex. Siempre comprometidas con las causas de justicia social que lo requieran”, refirió la artista.
En cuanto a su trabajo destacó que “hace ya varios años que estoy pintando murales para Movimiento Cromañón, que también es una causa de justicia social, tenemos varios muros en el barrio de Once, y siempre con las Madres de Plaza de Mayo”.
“Pinto en calle porque todo lo que hago lo hago en la calle: hago arte público en general y también soy tatuadora. También soy profe de Educación Física pero me dedico de lleno al arte. Yo creo que nací con esta inclinación artística. En el 2015 tuve la oportunidad de viajar a México, y que se podía vivir del arte y que todo el mundo valora mucho el arte. Por ejemplo, aquí en la provincia de Buenos Aires, está muy bien catalogado el teatro independiente, y allí en México, lo visual. Así que en lugar de pintar por hobbie comencé a vivir de esto. Lo hago sola pero también tenemos el grupo Fileteadores del Conurbano, donde nos dedicamos a los murales fileteados de gran tamaño, siempre con contendio social”, nos comenta luego.
Pero, ¿por qué el arte callejero? “Lo bueno de pintar en la calle, es que la calle es un museo a cielo abierto y cada persona que pasa será interpelada por el mural. Por eso está bueno que sea en calle, porque el arte así es accesible para todo el mundo”.
“A los chicos les digo que está bueno meterse en el street art, que hagan arte público, que salgan a la calle, que es donde tenemos que estar, organizados para defender nuestros derechos”, completó la artista.