La reconocida bailarina y profesora de danzas viene de ofrecer una serie de espectáculos brillantes que le brindan un excelente cierre de año a la Academia, pero que no terminan allí, porque están previstas muchas actividades durante el verano
La reconocida bailarina y profesora de danzas Marisol Benítez (quien cumplió treinta y ocho años como docente de danzas), viene de ofrecer una serie de espectáculos brillantes que le brindan un excelente cierre de año a su Academia Everest, pero que no terminan allí, porque están previstas muchas actividades durante el verano.
“Un día sin actividad para nosotros es casi imposible. El movimiento nos mantiene vivos y hay que trabajar mucho para poder subsistir, más en una tarea como la nuestra en la cual hay que estar siempre a full, y siempre agradeciendo a todo el apoyo que tenemos en la comunidad”, le dijo Marisol esta semana a El Nuevo en Radio.
Marisol aprovechó para aportar un dato más que interesante, cuando le comentamos la gran recepción que tuvieron, durante el cierre de Rojas Celebra, los cuadros infantiles de Everest: “Las chiquititas que han participado de los últimos espectáculos son hijas, en su mayoría, de mis ex alumnas, así que tengo ya segundas generaciones. La academia cumplió 36 años y en mi caso 38 como docente, así que ha pasado mucha gente y esas peques maravillosas que tienen dos o tres años nos permiten disfrutar el doble, porque las mamás las ven y recuerdan sus momentos, y muchas están bailando todavía, o sea que es más lindo aún. Ese espacio que nos han brindado significa un mimo para nosotros porque permite que nos vean, para que la gente pueda comprobar la calidad y el gran talento que hay en nuestra ciudad en todo sentido. Es una hermosa vidriera para todos”, refirió.
Incansable trabajadora del arte y la cultura de Rojas, Marisol considera que “todo lo que estamos viviendo hoy es como un premio a todo lo que nos pasó durante la pandemia, porque la tuvimos que luchar mucho, y en eso tuvieron que ver en gran manera los papás que nunca me abandonaron. Hasta aprendimos una forma de trabajo que hasta hoy la seguimos aprovechando, porque tuvimos un Mundial donde pudimos ver a todos los países y nosotros logramos quedar en el puesto 13 entre 170 escuelas, o sea que todo esto nos enseñó muchas cosas: como se dice habitualmente lo que no te mata te fortalece y yo tenía que seguir, no solamente por una cuestión de subsistir, sino porque mi cabeza necesitaba seguir por mi mi salud, también mis alumnos y la gente necesitaban el contacto”, y recuerda que, en ese proceso, “incluso algunas coreografías las marqué desde la calle, donde no había nadie y las nenas abrían las cortinas de sus casas y yo les hacía las coreo desde afuera para que ellas me vieran porque el espejo del Zoom lo hacía más complicado online. O sea que nos enseñó mucho, porque pudimos resolver cuestiones que antes nos llevaban cinco o seis meses, cuando hoy podemos sacar una coreografía en uno o dos días. Nos ayudó mucho todo ese trabajo”.
Pero claro, fue duro: “Lo que más extrañábamos sin dudas era presentarnos ante el público, recibir los aplausos. Por eso el hecho de volver a estar arriba de un escenario, que la gente nos aplauda como nos pasó en el Festival del Italia, que estuvo lleno, como nos pasó ahora en la Semana de Rojas, es impagable, porque te quedás con el mejor de los recuerdos, percibís el reconocimiento, la gente te mira, te aplaude, le dicen cosas lindas a las nenas, vemos toda la familia unida. Son cosas hermosas, más para nosotros que vivimos del aplauso y el reconocimiento, porque el artista tiene un ego muy particular y espera siempre ese reconocimiento. Por eso fue muy difícil ese año que no contamos con todo eso”, nos cuenta.
Lo importante es que Everest no para: “Todavía no terminamos el año, seguimos durante todo el verano porque tenemos actuaciones importantes y hay que seguir ensayando. Vamos a tener el Mundialito de Rojas, donde vamos a tener nuestra participación nuevamente, tenemos también los exámenes en febrero, está la Colonia Artística para niños, para los niños que todavía no tienen edad de Colonia Municipal, que es una actividad que haremos todas mañanas. O sea que no frenamos, quizás alguna semana en febrero, pero la realidad, gracias a Dios, que todos quieren seguir, y es una gran vuelta, porque tuvimos un 2021 muy complicado porque los chicos no querían responsabilidades, no querían estar adentro, y recién ahora estamos volviendo a la normalidad de antes de la pandemia”.
“Quiero agradecer a todas las familias y a la comunidad que nos ayudas, estamos con mucho entusiasmo de poder llevar a Rojas al Mundial del año que viene y ya empezamos a trabajar para eso, y siempre que lo requerimos todos están atentos a nuestro trabajo. Somos un gran equipo que se forma con las familias, también con mi familia, y toda la comunidad”, completa.
UN MENSAJE IMPORTANTE
“Hay algo que pido siempre para estos espectáculos que hacemos en canchas o en lugares muy grandes: que por favor la pirotecnia sea cero, porque nosotros tenemos muchos animalitos que nos pasan a visitar todos los días, que se acercan a mirar lo que hacen las nenas y les tenemos un especial cariño. Por eso no es nada lindo que se asusten, se pierden un montón, y también pasa con los nenes que lo sufren, porque si no se puede no se puede. Hay que aprender de una vez por todas que no se tiene que utilizar la pirotecnia”.
