Argentina campeón del mundo, Rojas una fiesta

Una multitud se congregó el domingo en el centro de la ciudad para celebrar la tercera conquista mundial del combinado Argentino, que de la mano de un Lionel Messi fantástico superó en la final a Francia por penales tras igualar tres a tres en los 120 minutos.

 

Con sufrimiento, como no podía ser de otra manera, como en 1978 cuando se le ganó a Holanda en suplementario con un Mario Kempes que la rompió, como en el 1986 cuando de la mano del astro Diego Armando Maradona dimos la vuelta en México en un tres a dos infartante, y ahora en Qatar, 36 años después, siendo Lionel Messi quien llevó la bandera del equipo, que a sus 36 años tenía algo más guardado para una vitrinas que estaban cargadas de medallas y trofeos, pero le faltaba quizás el más importante, el que seguramente habrá soñado de pequeño en su Rosario natal cuando correteaba con la camiseta de Newell´s.

Hubo que sufrir también, porque se ganaba dos a cero, porque Francia no se dio por vencido y lo empató en los noventa, porque lo pasamos a ganar en el alargue, y luego apareció de nuevo el monstruo Mbappe para mandar la serie a los penales.

Messi convirtió desde los doce pasos, el Dibu Martínez hizo lo que nos venía teniendo acostumbrados y del otro lado del mundo volvimos a dar la vuelta.

Hubo que sufrir, comerse las uñas, llorar y después disfrutar, fueron casi tres horas en los que todo un país estuvo con los ojos pegados a la tele esperando la fiesta, y la fiesta llegó, porque Gonzalo Montiel mostró el mismo temple que tenía cuando pateaba los penales en River Plate y sentenció la historia.

Argentina es campeón mundial, en medio de un país que a veces se cae, a veces se levanta, donde las grietas parecen ser más importantes que los acuerdos, donde la sensibilidad de quienes nos gobiernan prácticamente no existe, pero en definitiva es un país que cuando se tiene que unir lo hace, y lo hizo este domingo para celebrar uno de los hechos que quedará guardado en la memoria de niños, adultos y abuelos, que poblaron las calles de celeste y blanco al nunca tan soñado grito de campeón.

Rojas no fue una excepción, el centro de la ciudad se colmó de alegrías, de camisetas del Lionel, de Di María, de buzos del Dibu, vivando al DT Leonel Scaloni y a todos los que formaron parte de este plantel que se hizo fuerte tras la derrota en el debut ante Arabia y luego nadie lo pudo detener.

Argentina campeón del mundo por tercera vez en la historia, las calles de Rojas a pleno, una ciudad que en el marco de un nuevo aniversario se da el gusto de celebrarlo nada menos que con la copa por la que sueñan todos pero que queda en los brazos de uno solo, y esta vez queda bien custodiada en las manos de un genio de la pelota, de Lionel, que seguramente bien la cuidará bajo la eterna mirada del Diego.

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