Para Jorge Newbery convirtieron Mateo Amichetti, Agustín Martino, Tomás Aquino y Nicolás Landriel, mientras que para Argentino anotaron Luciano Oroná y Esteban Calabia, en tanto Gaspar Calvo la dio contra el travesaño y Facundo Rodríguez se lo desvió a Juanjo Rodegiero.
La lluvia quiso terminar temprano con la noche en barrio Progreso, pero solo fue un condimento más para otro gran superclásico, con una definición que no se terminó en los noventa minutos, porque el penal convertido por Luciano Oroná estiró la película hasta los penales, donde, si ganaba Jorge Newbery se iba derecho a la finalísima, mientras que si vencía Argentino había otro partido más entre ambos.
Luciano Oroná, que la había metido unos minutos antes, arrancó con la serie marcando de nuevo, en tanto el segundo fue de Mateo Amichetti, que también la mandó adentro.
Esteban Calabia, con un potente tiro puso el dos a uno, y Agustín Martino, con otro fuerte remate el dos a dos, siendo su tercer gol de la serie.
Gaspar Calvo fue el encargado del tercer penal para Argentino, con un tiro que se estrelló en el travesaño, quedando en los pies del juvenil Tomás Aquino la posibilidad de poner a Jorge Newbery en ventaja. El pibe de la Sub-17 no falló y estableció el tres a dos.
Juanjo Rodegiero fue por el cuarto remate para el Albiceleste para igualar la serie, buscando también darle alto y al medio, encontrándose con un Facundo Rodríguez que la desvió y otra vez en el travesaño.
Nicolás Landriel, que había ingresado en la segunda etapa, tenía la gran chance de terminar con la manga, así que fue que apuntó bien de zurda, le rompió el arco a Dávila y agitó los corazones de la gente de barrio Progreso, con un Jorge Newbery que celebró al máximo el regreso a la cita máxima del balompié rojense que es la finalísima.