El incidente se registró este miercoles, en horas de la tarde – El transporte, aparentemente, enganchó la línea del preensamblado sobre esa arteria y produjo un verdadero desastre, que no terminó con alguna consecuencia grave de milagro – Se vuelve a plantear el problema de las plantas industriales instaladas en pleno casco urbano
En la tarde de esta miercoles, un serio incidente causado por un camión tolva de la firma molinera local Cabodi Hermanos, que circulaba por calle Mármol, hacia la intersección con Belgrano, no terminó en un desastre de proporciones por mera providencia. Es que el transporte, de alguna manera, enganchó la línea eléctrica de preensamblado de la CLYFER sobre Mármol, arrasando con cables y postación. Insistimos: por pura casualidad no se produjo alguna situación de gravedad, considerando los peligros potenciales que entrañó el siniestro.
Pero lo cierto es que lo sucedido, además de obligar a la CLYFER a realizar, en un marco muy complejo por la situación del servicio eléctrico, obras de reparación de urgencia, lo cual implica gastos no previstos en insumos y horas-hombre, vuelve a poner sobre el tapete una vieja problemática urbana de la ciudad, y es la presencia de plantas industriales de relativa magnitud en pleno casco urbano de Rojas.
Además de la contaminación visual, auditiva y ambiental que producen estas instalaciones, plantas como las de Cabodi además generan un intenso tránsito vehicular, en este caso de camiones de transporte de carga, que es desde hace tiempo uno de los mayores riesgos potenciales para la seguridad de conductores particulares y transeúntes. Rojas, de por sí, ya cuenta (para su tamaño y posibilidades de circulación segura), con un excesivo tránsito vehicular, y la presencia permanente de tránsito pesado de firmas como dicha molinera sólo contribuye a agravar el problema.
El problema, reiteramos, no es nuevo. De hecho, hace pocos años atrás, ya algunos vecinos de la planta de la mencionada empresa habían expresado en los hechos su disgusto por el paso de camiones de la firma, cortando la calle para impedirlo. Esto no llegó a mayores aunque fue un momento tenso. Pero tampoco se generó ninguna solución. Y como sucede invariablemente con las problemáticas urbanas que no se atienden en tiempo y forma, estas, lejos de desaparecer, tienden siempre a agravarse.
Y esta es claramente la situación hoy por hoy. Es evidente que hay que replantear ciertas cuestiones y comenzar a pensar en soluciones que, en definitiva, sean para beneficio de la comunidad. Sobre todo porque, fundamentalmente, no es aceptable la presencia de una instalación industrial en plena planta urbana, por ser altamente contaminante y potencialmente peligrosa para la seguridad de la comunidad. Como claramente quedó demostrado con este incidente. ¿Habrá que esperar a que suceda algo grave para que empresarios y gobernantes hagan los deberes…?